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domingo, 31 de octubre de 2021

The End, libro y exposición de Cecilia Orueta en Albares de la Ribera

 Las películas de Hollywood terminaban siempre con esa expresión: The end (Fin). Fueron, de hecho, las dos primeras palabras en inglés que muchos españoles aprendimos. En los poblados mineros, donde la realidad recordaba el ambiente de las películas del Oeste que tanto se proyectaron en la segunda mitad del pasado siglo, la expresión The end pasó al imaginario popular con el halo épico y crepuscular de aquellas películas que contaban historias no tan lejanas a las de los mineros españoles.

Este trabajo fotográfico emana de ese aroma cinematográfico, de derrota de una ensoñación, que el fin de la minería ha dejado en los pueblos mineros. Una historia de 150 años ha terminado y lo que quedan son las imágenes de una película que se va convirtiendo poco a poco en ruina y en memoria...

(Cecilia Orueta, The end)

Desde que descubriera la faceta artística de Cecilia Orueta -recuerdo que fue a través del libro Elogio de la distancia. Dos miradas a un territorio, cuyas fotos corresponden a esta artista madrileña-, me siento cómplice, como ella misma me escribe en la hermosa dedicatoria de su libro The End, de sus imágenes y sus palabras. 

Con Cecilia Orueta en Albares

Aquel libro me fascinó, al igual que lo hiciera el documental rodado por Felipe Vega -al que recuerdo con cariño como profesor de la Escuela de cine de Ponferrada-, con guión del gran escritor y amigo Julio Llamazares. Y la colaboración del intrépido Yuma, que por Espinareda andará. 

El documental también se titula Eloxio da distancia/Elogio de la distancia sobre la comarca gallega de A Fonsagrada, donde estuviera el pasado mes de julio en compañía de una persona que decidió desaparecer de mi universo afectivo. 

Recuerdo, eso sí con afecto, cómo nos acogieran el fenómeno Bolaño y su hijo Adrián en su restaurante Cantábrico. Y la felicidad que parecía mostrar la mujer con la que iba, que poco tiempo después saliera zumbando como alma que lleva el diablo. ¿Qué moscón le picaría, que aún no me he enterado a día de hoy? 

Antes de la presentación en Albares

Queda constancia de este venturoso viaje en esta entrada del blog:  https://cuenya.blogspot.com/2021/07/a-fonsagrada-directa-al-alma.html

En su día reseñé Elogio de la distancia porque me parece una obra bellísima, que nos adentra en los confines de la provincia de Lugo a través de las cuatro estaciones y cuatro personas, entre ellas el hospitalario Bolaño: https://cuenya.blogspot.com/2009/11/elogio-de-la-distancia-en-el-albeitar.html 


"La distancia no sólo como concepto geográfico, sino vital y hasta filosófico", señala Llamazares, que ayer mismo estuviera arropando a su compañera de viaje Cecilia en la presentación de su libro The End, con impactantes imágenes (entre otras una que emplea el minero y escritor Zana en su libro Relatos mineros: https://cuenya.blogspot.com/2020/01/la-fragua-literaria-leonesa-zana.html), acompañadas por algunos testimonios de mineros y textos de autores, entre ellos el propio Julio de Escenas de cine mudo, sobre el final de la minería en las provincias de León y Palencia. 

La presentación fue en localidad berciana de Albares de la Ribera, donde nacieran al padre de mi madre (Antonio Robles), cuna  asimismo del cineasta Chema Sarmiento, el director de la mítica El Filandón, y del actual alcalde del municipio de Torre de Bierzo Gabriel Folgado, cineasta formado en la Escuela de cine de Ponferrada y director, entre otros, del imprescindible Paisajes interiores sobre la minería, al que le hemos dedicado alguna reseña: https://cuenya.blogspot.com/2011/04/gabriel-folgado-en-tardes-de-cine-en.html  

"La distancia es un tiempo para pensar, decía la veterinaria que recorría los montes de A Fonsagrada por su trabajo en la película de Felipe Vega, sabedora de que el tiempo es a la vez un tesoro", escribe Llamazares a propósito de Elogio de la distancia. 

Beli, Raquel y Julio

En el año de 2012 tuve la ocasión de encontrarme de nuevo con la obra de Cecilia Orueta en La Cabrera, en concreto en Quintanilla de Losada, con motivo de un encuentro sobre documentales. Y allí exponía Cecilia imágenes llenas de verdad y belleza sobre esa comarca aun remota que se nos antoja La Cabrera: https://cuenya.blogspot.com/2012/09/ii-encuentro-de-cine-documental-en.html 

Y ayer mismo, nomás, pude asistir a la presentación de este libro de fotografías sobre el final de la minería (The End), que tan de lleno nos toca, porque la minería conforma nuestro pasado emocional: https://cuenya.blogspot.com/2010/09/mineros-la-historia-del-bierzo.html

Foto: Cecilia Orueta
Un libro editado por Héctor Escobar, que también estuvo presente en el acto, el cual acaba de aterrizar en León después de asistir a la feria del libro de Frankfurt, como él mismo dijera. 

Con Noemí y Héctor

Allí nos dimos cita gentes amigas, colegas del periodismo, de la literatura, del arte, entre ellos Noemí Sabugal, que ha publicado un libro sobre la minería, Hijos del carbón, el profesor e investigador taramundés bembibrense Jovino Andina, el fiscal y diarista Avelino Fierro y su mujer Mar Astiárraga, que acompañara a Cecilia Orueta en la presentación del libro y fuera su acompañante también, como apuntadora de datos y diarista, en su recorrido por los diferentes espacios mineros donde Orueta tomara sus fotos, o el artista Sendo (amigo de la amiga común Álida Ares). 

La presentación fue introducida, cómo no, por el alcalde y cineasta Gabriel Folgado, quien figura a través de un breve texto suyo en el libro de Cecilia, y por Melchor Moreno, el concejal de cultura, que ya avisó al público asistente que para allá del mes de febrero del 22 (aún queda trecho) también presentaré en alguna de las pedanías del municipio de Torre Desde las entrañas. Y que nuestra querida amiga Yolanda de la Puente volverá en enero del 22, a petición del público, a presentar su Última estación: https://cuenya.blogspot.com/2021/10/ultima-estacion-de-yolanda-de-la-puente.html

Thesa y su madre

Me gustó charlar, antes y después de la presentación, con la Cecilia Orueta. Y por supuesto con tanta gente amiga, como es el caso de Julio Llamazares. Y ver de nuevo a Thesa y a su madre, que es por cierto familia de mi madre. Qué tiempos aquellos del teatro en Albares, Thesa. 

Fue un gran placer. Gracias Beli por la invitación al acto y a la velada. Y a ti, Raquelina, por tu generosidad. 

         

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