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domingo, 29 de abril de 2018

La manada

No me gustan nada las manadas ni la manada (ahora que está en boca de toda la población española). Qué peligro, che. Miedo me da. Si te topas con una manada échate a temblar. Como tembló la chica del susto del miedo y las embestidas y cornadas que le propinaran los verracos de turno en los San Fermines. Sal volando. Si puedes. Volar, sí, ojalá pudiéramos salir volando ante situaciones amenazantes. Ojalá esta joven pudiera haber salido volando de la encerrona/encierro. Salvar el pellejo de los ataques salvajes de los humanos, demasiado bestiales. 
Vivimos en medio de la jungla, de la selva. Aunque a veces creamos, con cierta ingenuidad, que hemos evolucionado como especie. 
En nuestro país (como en el resto) todo lo manda el dinero (la moneda de cambio con que compramos y vendemos). Y, por desgracia, no todos los seres humanos somos iguales ante la ley. Ni ante nada. El poder y el dinero imperan y reinan en el país de las corrupciones. La justicia no siempre es justa, o por mejor decir, casi nunca es justa. Quien hace la ley, se dice, hace la trampa. Y la trampa está servida. Vivimos en una trampa. Una gran farsa, que no la desentraña ni el motor inmóvil (por decirlo en términos aristotélicos), que está, al decir de algunos, en los cielos malvarrosa de la irrealidad. 
Nunca me han gustado las manadas humanas, o humano-animales, porque los seres humanos, lo queramos o no, somos animales, en ocasiones civilizados, o bien portados, y en otras, como bien sabemos, salidos de madre, faltos de razón. Es entonces cuando asoman los colmillos de la violencia, las garras de la agresividad..., que están a la orden del día. Las venganzas, las traiciones shakesperianas... los odios y las iras, las guerras... son el pan hambruno de nuestra época. Y en verdad de todas las épocas porque nunca el ser humano ha sido un almita de la caridad (bueno, exceptuando algunas almitas, quede claro, que de todo hay en la viña del Señor y la Señora). 
El mundo se divide, así a grandes rasgos (aun a riesgo de caer en un maniqueísmo) en seres buenos (habría que matizar este término) y en seres malos (quizá también habría que matizarlo) con independencia de la raza (la única raza existente es la humana), la ideología, la clase social, la cultura, la religión, el género...
Amparados en la razón, a veces, y des-razonados en cuanto se tuercen las cosas o se nos botan las tuercas al séptimo cielo, así nos revelamos y rebelamos los seres humanos, demasiado animales. Emocionales que somos. Y psicópatas que se vuelven algunos. La irracionalidad, la falta de empatía, la falta de solidaridad, la egolatría... producen monstruos. 
No sabemos a ciencia cierta si el ser humano es bueno o malo por naturaleza, o bien la sociedad lo acaba volviendo malo o trastocado. 
En el fondo (que nadie se rasgue las vestiduras) a todo menganito le puede llegar a salir la mala baba, porque el lado oscuro está presente en todos los seres humanos, aunque este lado no aflore con frecuencia. Por fortuna. Y casi nunca salga a la luz si las circunstancias resultan favorables, pues tampoco debemos olvidar aquello que dijera nuestro gran filósofo Ortega: "Yo soy yo y mi circunstancia". 
No vivimos en una burbuja, sino en sociedad. Es probable que la maldad sea consustancial a la especie humana. Como nos recuerda el psicoanalista y médico Luis Salvador López-Herrero. Y si a ello le sumamos trastornos de todo tipo, pues el panorama se complica y se nos muestra desalentador.  
"Yo, señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo. Los mismos cueros tenemos todos los mortales al nacer y sin embargo, cuando vamos creciendo, el destino se complace en variarnos como si fuésemos de cera y en destinarnos por sendas diferentes al mismo fin: la muerte. Hay hombres a quienes se les ordena marchar por el camino de las flores, y hombres a quienes se les manda tirar por el camino de los cardos y de las chumberas", escribe el Nobel Cela en La familia de Pascual Duarte.
Lobos-humanos que se zampan a otros humanos. Sociedad caníbal. Una manada lobuna aterra. Y una manada humana también. Sólo el aullido de un solo lobo nos sobrecoge el corazón. 
No me gusta nada ni la manada ni las manadas porque uno prefiere moverse a su libre albedrío, sin ampararse en el rebaño, pensar y actuar, en la medida de lo posible, por sí mismo. Tarea harto complicada. 

martes, 24 de abril de 2018

La fragua literaria leonesa: Isabel Revilla del Río (Isamil9)

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LA FRAGUA LITERARIA LEONESA

Isamil9: "Escribo y canto para sentirme útil, volar... para sonreír, aprender, querer, encontrarme y vaciarme, para amar"

Manuel Cuenya | 24/04/2018 - 09:35h.

La cantautora y poeta Isabel Revilla del Río (Isamil9), autora de 'Párvula nAnAs' (un libro-disco editado por Marciano Sonoro), está ahora en proceso con la edición de un 'Libro Disco Doble' de su poeta de cabecera, Miguel Hernández.


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Isamil9, Isabel Revilla del Río. Foto: Alex Sanz
...Ay mi pequeño, sin ti no hay mar.
Te he soñado en cien poemas,
y te he escrito alguno más,
hoy que te canto esta nana,
ya no hay cuna que acunar.
Ay mi pequeño, sin ti no hay mar.
Cómo hiere este silencio,
de sentir que no serás,
que no vomitaré amores,
que no me fatigarás,
que pasarán nueve meses,
como pasa un vendaval,
demasiada penitencia,
sin un dios al que rezar.
Ay mi pequeño, sin ti no hay mar.
Ay mi pequeño, sin ti no hay mar,
demasiada penitencia,
sin un dios al que rezar.
(Isamil9, 'Párvula nAnAs')
La cantautora y poeta Isabel Revilla del Río, más conocida en el mundo artístico como Isamil9, es también miembro de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) cuya labor resulta encomiable con la sociedad, con aquellas familias a quienes les fueron arrebatados sus seres queridos,  aquellas personas que fueron brutalmente asesinadas y enterradas en cunetas y fosas comunes, en una época atroz, en una guerra fratricida y aun una posguerra de espanto.
Cuenta Isamil9 que el deber del Estado no es sólo aplicar la Ley de Memoria Histórica (que a su parecer se queda corta), sino evitar los palos en las ruedas que continuamente impiden que la Verdad-Justicia-Reparación sean una realidad. Y aunque ella reconoce que no tiene abuelos en las cunetas, se siente comprometida con aquellas familias que sí han sufrido tal barbarie. No se trata de reabrir heridas, como algunos querido subrayar, sino precisamente de lo contrario, de cerrarlas de procurar que dejen de supurar dolor, frío y silencio –precisa Isamil9–, que colabora con esta Asociación porque cree que es un derecho de vida poder decidir dónde reposar la muerte. "Somos porque fueron, somos semilla de la libertad que no pudieron asesinar. 'Quién encierra una sonrisa, quién amuralla una voz...'", apostilla.
Recuerdo que fue en un acto organizado por esta Asociación en Ponferrada cuando la vi y escuché cantar por primera vez, hace ya algún tiempo. Luego he tenido la ocasión de verla actuar en algunos otros eventos. Y realmente Isamil9 es una artista con mayúsculas porque logra emocionarnos con sus temas, con sus canciones, con sus palabras, y ahora con su 'Párvula nAnAs', una obra en la que sus lectores/as encontrarán vida. "Es abuela, son padres, pueblo, infancia, dolor y amor, vida vivida, y vida _espero_ por vivir... Canto nAnAs, y me siento párvula, no sólo porque quisiera ser alumna eterna, sino por eso que mi Miguel Hernández escribió: 'menor que un grano de avena', o lo que es lo mismo, pequeña".
Reconoce Isamil9, que tuvo la ocasión de vivir durante tres años en el sur de Francia,  en una aldea cercana a Burdeos, la gran influencia que ha ejercido el poeta Miguel Hernández en su vida y su obra. Aunque también es consciente de las huellas emocionales y las reflexiones que le han procurado autores/as como Pizarnik, Dickinson, Gloria Fuertes, "esa Gloria que escribió 'Al borde' o 'Nací para poeta o para muerto'", Juan Gelman, Bukowski, Neruda,  Delibes, García Márquez, Maya Angelou o Nicanor Parra, "redescubierto gracias a otro poeta, Víctor M. Díez, que ha escrito el preludio de mi Libro Disco". Y entre los poetas y narradores leoneses, aparte de Víctor M. Díez, Isamil9 dice que, "más cerca y, literalmente, rozando piel e intentos", están Juan Campal, Sol Gómez Arteaga, Raquel García Raposo, Rafael Saravia y Antonio Merayo.
A propósito del narrador y poeta Merayo, señala Isamil9 que es el aforismo por escribir, "y ese que dice que 'en un poema hay mucho más que palabras'. Y que su Tiempo escrito y el no escrito aún, es para quien tenemos la suerte de leerlo, tiempo de vida. Y sobre el hombre que hace al poeta, o viceversa, decir que nadie en esta vida es imprescindible, pero es sencillo acostumbrase a lo necesario, y él, lo es. Es apoyo incondicional, y creo que ya éramos nAnA al unísono y compartíamos cebolla, antes siquiera de coincidir".
"Una nana es alimento de los sueños y besos que se oyen y llegan al fondo de la vida", escribe Antonio Merayo.
Se siente orgullosa de que en la provincia de León haya tanta gente buena y tanta buena gente con ganas de hacer y dar a conocer, con ánimo de contar y cantar. "Orgullosa del maridaje intergeneracional que palpo, y de que en León, ciudad y provincia, latan letras y talento en diversos formatos (aunque no sea por las ayudas, facilidades y el apoyo institucional, en muchos casos. Eso de que se vea como 'afición' y no como profesión, duele y no quita hambre. El día que comprendamos que la Cultura es un bien de estado, y no de partidos, este país habrá saltado un charco inmenso)... Es lujo poder componer para otros, como para mis compañeras de Gritsanda, pandereteras, más cantar con ellas; lujo ir a presentaciones de libros, ser parte de mil9_colectivoLiterario, formar parte de El Candil, Centro Obrero Popular que trabaja a pie de calle desde hace cuatro años...Todo tiene interés, lo nuevo y lo tradicional, porque todo tiene su espacio y sus instantes, y de todo y todos puedes aprender, si quieres, claro está".

martes, 17 de abril de 2018

La fragua literaria leonesa: Loli González Prada

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LA FRAGUA LITERARIA LEONESA

Loli González Prada: "En las dos novelas que tengo publicadas, el Bierzo es uno de sus protagonistas"

Manuel Cuenya | 17/04/2018 - 14:04h.

La narradora y poeta Loli González Prada, autora de 'Ocho días de guerra para amarnos' (Ediciones Atlantis, 2017), está ahora con una novela entre manos, que nació el día que fuera a un concierto de Melendi.

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Loli González Prada
Loli González Prada
Foto. M. Cuenya
Valdecañada se desperezó con cautela y sin urgencia, con el nuevo amanecer regresaron las historias adormiladas contando viejas leyendas que en amalgama rezumaban aromas a madera.
Valdecañada se desperezó mecida por el canto de los pájaros que aún no habían partido, el de las palomas torcaces que perseguían un halcón que les había robado lo que no les pertenecía y del susurro del viento que peinaba la mañana colándose sin pedir permiso por las chimeneas para mecer los fuegos de leña húmeda que no habían sucumbido a lo largo de la noche...
(Loli González Prada, Capítulo III, 'Ocho días de guerra para amarnos')
Hija de emigrantes, la narradora y poeta Loli González Prada, aunque la nacieran en París (eso pone en su carnet de identidad), es y se siente del Bierzo porque, además, siempre ha vivido en esta comarca leonesa.
Cuenta que no sólo ella sino que fueron muchas las personas que, por razones de trabajo, nacieran fuera de España, en una época en la que el nuestro era un país con muchas estrecheces y carencias. Un país, cabe decirlo, que parece que cada cierto tiempo estuviera en crisis, como está ocurriendo en esta época, desde hace tiempo. Un país, el nuestro, que no acaba de levantar cabeza. Y el ámbito cultural hasta parece que hubiéramos involucionado. Y es que no ayudan las políticas actuales, es más, ponen trabas a las ruedas del carro del mundo artístico. Como sabemos.
Si bien ha estado en la capital francesa en dos ocasiones después de su nacimiento y no se ha sentido extraña paseando por sus calles (que tampoco es aquella esplendorosa ciudad de años pasados, adonde fuera a parar la flor y la nata de la intelectualidad mundial, amén de muchos trabajadores de la Europa pobre y aun de otros lugares) su tierra es el Bierzo, donde cree que hay mucho potencial en el ámbito literario, aunque tiene la impresión de que no ha sido debidamente reconocido, "pero aun así es muy firme y confiable todo lo que se está logrando".  Y le encanta ver cómo la literatura de la provincia leonesa se expande y tiene mucho que decir. Y hasta se escuchan las voces narrativas leonesas fuera de la provincia.
"Nunca he vivido fuera del Bierzo y creo que no sabría hacerlo, mi tierra forma parte de mí, me vio crecer y sin dudarlo estoy orgullosa de ser berciana y presumo de ello siempre que puedo. En las dos novelas que tengo publicadas, el Bierzo es uno de sus protagonistas, porque me gusta encontrar su reflejo en lo que escribo", recuerda con afecto la autora de 'Primera clase con billete de vuelta', una novela editada por Hontanar, que le produjo una gran emoción. Y le procuró encontrar a personas que hoy son sus amigas.
"Quienes escribimos sabemos que son muchas horas de dedicación y a veces tienes que robarle tiempo a tu vida diaria, pero merece la pena"
Las nubes, ahora, son mi único hogar. Aquí no hay contaminación. Las nubes filtran toda la porquería, deteniendo su ascenso hacia nosotros. Aquí la escarcha nos da calor. El calor, humedad. No sudo ni tengo frío. Ahora sí que me cunden las horas y tengo tiempo para pensar en lo equivocado que viví. Aquí no acuso la ausencia de ordenador, ni la falta de dinero. Aquí descubro El mundo que tengo a mis pies.
Viajé por la India, paseé por la muralla china, volé en el Air Force One, asistí a la última misa del Papa en la Plaza de San Pedro, viví el rodaje accidentado de la última película de James Bond perdido entre bambalinas, conocí la fría Irlanda, la hermosa Gracia, la bella Venecia.
-¡Ay! –suspiré, recordando tantas cosas extraordinarias que no puedo compartir con nadie.
(Loli González Prada, 'Primera clase con billete de vuelta')
'Primera clase con billete de vuelta' nació de un pensamiento, "acababa de perder a mi tío", apunta. Y le sirvió como liberación, catarsis. Imaginando lo que su tío estaría haciendo en el cielo –señala–, le ayudó a sonreír mientras escribía y lo recordaba.
Hugo, el protagonista de esta novela, sufre un accidente. Y desde el cielo, sentado en una mullida nube, se dedica a espiar a su mujer mientras rememora su existencia en la Tierra, dándose cuenta de sus errores.
Sus primeros pinitos con las letras se remontan, según ella, a sus acicaladas y extensas redacciones del colegio, que fueron el comienzo de lo que vendría después.
Recuerda que, cuando tenía quince años, escribió su primera novela, que guarda celosamente en una caja, "pero con dieciséis abandoné los estudios y me puse a trabajar, con dieciocho me casé y definitivamente dejé a un lado mi pluma y mi imaginación".
Por fortuna, hace nueve años, sus dedos teclearon una frase en Google y quiso el destino que sus palabras aterrizaran en un blog literario, en el que esta "aprendiz" (como ella misma se califica), entusiasmada con todo lo que descubre  en la literatura, comenzara a escribir y desde entonces –precisa– no ha podido dejar de hacerlo.
"No era lectora de poesía, excepto los poemas que leí obligada en el colegio y en el instituto, pero en este blog nos proponíamos retos y comencé a crear. Reconozco que soy una atrevida, he escrito poesía, relatos de zombis, épicos, fábulas, microrrelatos, novelas, haikus y cartas", afirma esta apasionada de Danielle Steel, la escritora romántica de best-sellers. "Me gusta cómo escribe, cómo me llega, cómo lo cuenta". Asimismo, se reconoce devota de escritores "increíbles" de la talla de Murakami o Cortázar, entre otros.

domingo, 15 de abril de 2018

A Milos Forman

Se nos ha muerto Milos Forman, el gran cineasta checo, que nos ofreció al menos dos obras maestras, Alguien voló sobre el nido del cuco y Amadeus. 

Dos películas que me causaron conmoción en su día. Y que he podido ver o visionar (como se dice en el argot fílmico) en más de una ocasión. Sólo por este par de cintas a Forman lo considero uno de los mejores directores de los últimos 50 años. 
Originario de la República Checa, Forman cursó estudios de cinematografía en la Escuela de Praga, con la que dicho sea de paso y a la buena de dios, nuestra escuela de cine de Ponferrada llegó a tener, gracias a la ULE y en concreto al magnífico Rafael de Paz de Relaciones Internacionales (que ahora debe seguir en la ciudad de Rabat) un convenio académico. A decir verdad, uno modestamente también contribuyó a que se firmara este convenio entre ambas escuelas de cine. 
Praga es ciudad que he podido visitar en al menos dos ocasiones. Y ahora me están entrando ganas de volver a la misma. 
Puente Carlos en Praga

El asunto es que Forman, después de realizar algunas pelis en su país, se lanzó a la aventura americana y acabó haciendo Alguien voló sobre el nido del cuco, con un Nicholson en estado de gloria. Interpretación maravillosa la suya en un filme que nos muestra las entrañas de un hospital psiquiátrico, de unos seres que son literalmente maltratados por su personal médico. Una puesta en escena de locura, que por momentos nos arranca la sonrisa, aunque lo que trate sea terrible, con unos personajes, aparte del fenómeno Nicholson, que me enternecen. Y me hacen ponerme de su lado, una vez más, porque creo que uno debe estar con los seres desvalidos, con los sin voz, con los marginados y silenciados. Y, como bien dijera el extraordinario escritor Juan Goytisolo, es mejor hacer el recorrido (y analizar la realidad) desde la periferia al centro, que desde el centro a la periferia. Tal vez por eso al autor de Señas de identidad le interesaba el sur español de La Chanca y Campos de Níjar así como el mundo magrebí de las medinas de Tánger y Marrakech (donde llegó a establecer su residencia definitiva después de la muerte de su mujer Monique Lange hasta el final de sus días).
Tuve la suerte (o la desgracia) de realizar prácticas en un hospital adonde iban a parar psicóticos. Y mi experiencia, aun siendo buena, inclusa muy buena, me dejó trastocado. 
La casa bailarina-Praga
Recuerdo como si fuera hoy mi estancia en el Hôpital de la Chartreuse de la ciudad francesa de Dijon allá por principios de los 90, en un inicio como becario Erasmus y luego con otra beca llamada Comett/Leonardo Da Vinci (esta fue en verdad la sustanciosa de cara a mi stage en este centro hospitalario).
Una experiencia que nunca olvidaré a órdenes sobre todo del terapeuta ocupacional Alain Vasseur, un buen tipo con quien llegué a establecer una relación estupenda. Y que me introdujo, por la puerta grande, en técnicas teatrales, en el teatro como una suerte eficaz de terapia contra las "maladies" de la psique. 
Milos Forman, qué chulo, me ha ayudado a viajar a Praga, a Francia, incluso a Almería (recientemente he estado allá, ya contaré algo al respecto) y a Marruecos. 
Su otra brillante peli es, cómo no, Amadeus, sobre Mozart, para uno acaso el mejor compositor y músico de todos los tiempos, aunque esto sea mucho decir. Y habrá mucha gente que no comparta mi opinión. Mozart era genial. Y así queda patente en la obra de Forman, sobre todo cuando vemos al celoso y envidioso Salieri (que interpreta de forma fascinante el actor Murray Abraham, al que viéramos como Bernardo de Gui en su papel de inquisidor en El nombre de la rosa, otro peliculón), trastornado literalmente con la chispa descomunal y arrolladora de Mozart aun en sus últimos momentos. El Réquiem me sobrecoge. La música impregna todo y somos capaces, como espectadores, de ver y sentir cómo suenan las notas en la cabeza del músico divino. También ahora me están entrando ganas de volver a ver Amadeus. 
Forman también nos ofreció películas interesantes como Valmont (basada en la novela Las amistades peligrosas) o Los fantasmas de Goya, entre otras. Por fortuna, seguirá con nosotros su espíritu fílmico (acaso la única manera de pervivir más allá del olvido). 

miércoles, 11 de abril de 2018

La fragua literaria leonesa: Noemí Sabugal

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LA FRAGUA LITERARIA LEONESA

Noemí Sabugal: "El periodismo es una buena escuela de escritura porque obliga a la concisión, comprobación de datos, y cierta limpieza estilística"

Manuel Cuenya | 10/04/2018 - 18:03h.

Escritora, periodista y educadora Noemí Sabugal tiene una obra literaria en la que refleja su interés de búsqueda y aprendizaje. Su última novela es 'Una chica sin suerte', "una historia llena de música, soledad y ciudades bajo la lluvia".

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Foto: Manuel Cuenya
La felicidad no existe en esta tierra.
...
Hay que creer en Dios.
Nunca seremos felices sin Dios. Aquí no hay más que miseria 'para nosotros. Tenemos que confiar en él. Es la única manera.
...
No podemos ser felices aquí, creedme. Hay niños que se mueren de hambre en África, hermanos nuestros. No podemos ser felices hasta que el último de esos niños hermanos nuestros sea feliz. Eso es lo justo.
Hay hombres que aún son esclavos. Son esclavos de sus vicios, del alcohol y de las drogas, esclavos de su envidia y de su violencia, esclavos del Diablo...
(Noemí Sabugal, extracto del capítulo 'Lucerna', incluido en 'Una chica sin suerte')
Autora de la reciente novela 'Una chica sin suerte', Noemí Sabugal es periodista y narradora vocacional pues ya sentía la necesidad de fabular, según ella, cuando ni siquiera sabía leer ni escribir.
Cuenta que se inventaba historias que luego les contaba a sus padres y a su hermana en su tierra natal de Santa Lucía de Gordón, pueblo minero que, en su opinión, le ha hecho estar en contacto con un trabajo muy duro y con una forma de vida que interrelaciona y afecta a toda una comunidad.
"La vida en las cuencas mineras, para bien y para mal, tiene sus singularidades. La minería, con la muerte acechando en el grisú o en los derrabes, es una profesión que lleva a una forma de vivir el día a día. El declive actual del valle de Gordón y otros municipios próximos, tanto laboral como demográfico, también me afecta y me preocupa", sostiene Noemí, que se define como una gran lectora, habida cuenta de que leer es una forma de vivir más.
En su caso la lectura le ha ayudado a salir de los estrechos límites de su propia vida y su propio yo, con lo cual su inmersión en la lectura ha sido muy profunda. "Y esto lo sigo buscando en los libros. En la lectura siempre hay una búsqueda hacia afuera y otra hacia adentro –aclara–. Primero se es lector, que es una forma de estar en el mundo, y después, sólo en algunos casos, se escribe. En mí era muy fuerte la necesidad de crear mis propias historias. Lo primero que escribí fue poesía. Después, cuentos. Y, ya en la adolescencia, alguna novela que no llegué siquiera a concluir".
En la actualidad (ya desde hace algunos años), Noemí Sabugal vive en Ponferrada. Y cree que, de alguna forma, el Bierzo tiene unas características parecidas a su tierra de Gordón, aunque en el Bierzo –matiza– con una mayor presencia de la actividad agrícola. "Y, tanto en el caso de Gordón como en el del Bierzo, su naturaleza y sus montañas abren la mirada a la belleza", apostilla Sabugal, quien, después de ejercer el periodismo en diferentes medios, entre otros 'Diario de León' o 'La Nueva Crónica' (donde sigue publicando artículos de opinión), siendo reconocida su labor en 2005 con el Premio de Periodismo de Castilla y León Francisco de Cossío por su reportaje 'De cruce de caminos a cruce de culturas' sobre la inmigración en el barrio leonés del Crucero, trabaja como profesora de lengua y literatura en el Instituto de Educación Secundaria de Fuentesnuevas.
"He llegado a la enseñanza de forma exploratoria y aprendo mucho cada día. Es otra vía para estar en contacto con la literatura y la comunicación, en este caso de persona a persona. Pero aún no sé qué puede aportar a mi escritura. Es una experiencia que, como las demás, también podría convertirse en material literario en algún momento", afirma Sabugal, convencida de que entre el periodismo y la literatura existe relación, "pero sólo a veces", sobre todo en las columnas de opinión, "que es el género periodístico en el que la escritura puede ser algo más libre, en el que puedes salirte de las necesidades que marca la información".
"La vida en las cuencas mineras, para bien y para mal, tiene sus singularidades. La minería, con la muerte acechando en el grisú o en los derrabes, es una profesión que lleva a una forma de vivir el día a día"
Asimismo, también se pueden utilizar muchos recursos literarios, a su juicio, en la crónica y el reportaje, porque la mirada es más personal. "Pero en la noticia, el estilo debe hacerse más invisible, porque su peso puede estropear la efectividad de lo que se pretende, que es informar. En todo caso, el periodismo es una buena escuela de escritura porque obliga a la concisión; a la comprobación de datos, que también es importante en la documentación para la novela y el ensayo; y exige una cierta limpieza estilística".
Con dos novelas reconocidas, enmarcadas en el género negro, 'El asesinato de Sócrates' (Alianza, 2010), que fuera finalista del XI Premio de Novela Fernando Quiñones y elegida por el Ministerio de Cultura para representar a España en el XI Festival Europeo de Primera Novela de Budapest, y 'Al acecho' (Algaida, 2013), que recibiera el Premio de Novela Felipe Trigo en la XXXI edición, Noemí nos ofrece ahora una obra de corte diferente. Se trata de 'Una chica sin suerte (Ediciones del Viento, 2018) sobre la cantante de blues norteamericana Willie Mae "Big Mama" Thornton adicta al alcohol, en concreto al bourbon con leche, maltratada, "una historia llena de música, soledad y ciudades bajo la lluvia".
Un recorrido por diferentes ciudades, basado en una gira que hiciera Big Mama por Europa en 1965, en la que figuran Baden-Baden, Berna,  Lausana ("Suiza es una nación de campesinos"), Zúrich, Lucerna, Basilea ("El Ayuntamiento de Basilea es como un tomate maduro, pero cuadrado y con una torre"), Mannheim, Bremen, Copenhague, Estocolmo, el Berlín del Muro ("esta parte de la Friedrichstrasse siempre está animada"), Bruselas, Amsterdam-La Haya (Den Haag), Manchester, Newcastle, Glasgow, Belfast, Dublín, Birmingham, Bristol, Londres, Düsseldorf, Iserlohn, Múnich, Frankfurt, Estrasburgo, París ("existe un París que se corta las venas y un París que ríe mientras bebe champán"), Barcelona ("Barcelona es diferente a las ciudades que han visitado hasta ahora... En parte es por la luz, más brillante y limpia, pero sobre todo es por la gente") y Ginebra ("el lago es un gran vientre negro que devora la lluvia, un vientre de piel tensa que se estremece con cada gota").
(Puedes continuar leyendo esta fragua en ileon.com: 

http://www.ileon.com/cultura/084661/noemi-sabugal-el-periodismo-es-una-buena-escuela-de-escritura-porque-obliga-a-la-concision-comprobacion-de-datos-y-cierta-limpieza-estilistica)