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jueves, 29 de noviembre de 2018

La fragua literaria leonesa: Sergio Castro


LA FRAGUA LITERARIA LEONESA

Sergio Castro: "Platón creía que las matemáticas eran la llave para desentrañar los secretos del universo, idea que muchos comparten en la actualidad"

El profesor, narrador, youtuber y bloguero Sergio Castro, autor de 'Historia de las matemáticas. Del cero al infinito', está comenzando con la documentación de un nuevo libro, que todavía no puede desvelar demasiado.

Sergio Castro 'Profesor de mates'
Manuel Cuenya | 28/11/2018 - 13:16h.
Ingeniero de formación (cursó estudios en la Universidad de León y en la Uned), Sergio Barrio Gómez, conocido en las redes como profesor10demateso Sergio Castro (en homenaje a su abuela) -que es como firma su obra 'Historia de las matemáticas. Del cero al infinito' (Galobart, 2018)-, es un auténtico fenómeno en divulgación de las matemáticas como lenguaje universal.
Tanto es así que su labor ha sido reconocida con diversos premios como el Botón de Plata de YouTube. O el premio al mejor blog de Castilla y León en 2017, entre otros. En todo caso, cree que lo verdaderamente importante es la pasión, la ilusión y la confianza con las que hace su trabajo. Y que a la gente le siga gustando cómo cuenta las cosas.
Insiste este profesor y narrador ponferradino en que vivimos rodeados de números, con lo cual no podemos, o no deberíamos darles la espalda. Y su obra es un intento de acercarnos, de manera amena y divertida, las matemáticas, contándonos, a través de anécdotas, la parte humana de los matemáticos y matemáticas más importantes de la Historia Universal, desde la civilización mesopotámica hasta nuestros días, con el australiano Terence Tao, el último de los grandes genios matemáticos, o la iraní Maryam Mirzakhani, la primera matemática en conseguir la medalla Fields (el equivalente al Nobel de matemáticas), incluso esa referencia al Google/gúgol (un 10 elevado a 100, esto es, un uno seguido de cien ceros). "Un gúgol es mayor que el número de átomos de hidrógeno en el universo conocido", nos aclara Sergio, que ha logrado, con su 'Historia de las matemáticas', despertarnos la curiosidad por el apasionante mundo de las matemáticas, que él relaciona además con la filosofía, el arte o la literatura. Pues los grandes matemáticos como Tales de Mileto (quien introdujera en Grecia el estudio de la Geometría), Pitágoras (conocido por su famoso teorema), Platón, Hipatia de Alejandría (quien obtuviera la cátedra de Filosofía platónica. Y fuera asesinada),  Descartes, Leibniz y Newton (tanto uno como otro "descubrieron el cálculo infinitesimal de manera independiente") o Bertrand Russell (uno de los pensadores más influyentes del siglo XX, sobre todo en la filosofía analítica. Y Premio Nobel de Literatura), fueron, entre otros, grandes filósofos.
El propio Platón, "influido por los pitagóricos, pensaba que las matemáticas constituían la llave para desentrañar los secretos del universo, idea que comparten muchos matemáticos en la actualidad", escribe este finalista al mejor canal de YouTube de habla hispana, que en su libro recoge también aquello de que, a la entrada de la academia platónica (la universidad de hoy en día), había un cartel que decía: "no entre nadie que no conozca la geometría".

(Puedes seguir leyendo esta fragua en este enlace de ileon.com:
https://www.ileon.com/cultura/092031/sergio-castro-platon-creia-que-las-matematicas-eran-la-llave-para-desentranar-los-secretos-del-universo-idea-que-muchos-comparten-en-la-actualidad)

martes, 27 de noviembre de 2018

Bertolucci, colosal

Se nos ha muerto Bertolucci en el barrio romano del Trastévere, donde vivía, donde viviera en su tiempo el poeta Alberti. Un barrio con sabor y aromas ancestrales. Con un colorido engatusador. 
Bertolucci era, seguirá siendo uno de los grandes cineastas. Tal vez el último emperador del cine clásico italiano. Se nos mueren todos los grandes. Se nos muere todo el mundo. 
Bertolucci-Wikipedia

Y el cine italiano, el cine universal, se resiente por tamaña pérdida. Aunque siempre nos quedará esa obra de arte titulada Novecento, que seguiremos viendo una y otra vez con absoluta devoción. Y por supuesto El último tango en París. Películas que figuran entre mis favoritas. Tan diferentes y emocionantes ambas. 
Sólo por haber filmado estas dos cintas, incluso por haber filmado sólo Novecento, el director italiano ya pasaría a la Historia del Cine como uno de los mejores. 
También siento cariño por El cielo protector, basada en la novela homónima de Bowles (quien hace aparición en la película), pues esta obra nos lleva al corazón de Marruecos, país que me sigue haciendo vibrar cada vez que lo piso. Ahora me espera con los brazos abiertos. 
Bertolucci entraría en el cine, por la puerta grande, de la mano del controvertido y genial Pasolini, quien aparcó la poesía (que no lo llevaba a ningún lugar) para dedicarse al cine, con gran proyección, haciendo adaptaciones de novelas emblemáticas, de corte erótico, como Los cuentos de Canterbury, El Decamerón o Saló o los 120 días de Sodoma (que tuviera la ocasión de visionar en un cine del barrio latino de París hace un montón de años). 
En el barrio del Trastevere

Bertolucci, con formación en filosofía (Marx) y psicoanálisis, comenzó en el cine como asistente de dirección de Accattone, de Pasolini, quien confesaba no tener ni idea de técnica cinematográfica cuando comenzó en el oficio. 
La mano filosófica, histórica, es evidente en Novecento
Y la psicoanalítica en películas como El último tango en París, donde vemos a Marlon Brando en estado de gloria, con una interpretación memorable (me asalta siempre la secuencia en que está velando a su mujer muerta, o bien al inicio cuando se cisca en Dios, aunque esta película de culto, que los españolitos y españolitas fueran a ver en su día a Perpiñán, sobresaliera por sus escenas eróticas. Y esa secuencia salvaje de la mantequilla que dejó trastocada a María Schneider. Eros y Tánatos, una vez más, fundidos en ardiente pasión) o bien La luna, que aborda una relación incestuosa de una madre con su hijo heroinómano. Con el escenario de las Termas romanas de Caracalla hacia el final de la peli). 
Si tuviera que quedarme con una película suya, no lo dudaría, siempre elegiría Novecento, con dos monstruos de la interpretación como Robert de Niro (me apasiona este actor, que simboliza la Italia fascista) y Depardieu (que simboliza la Italia campesina revolucionaria), además del potente Burt Lancaster (el patroncito de la hacienda), el bestial Sutherland (en esta película resulta vomitivo)  o la bella y cautivadora Dominique Sanda. Y la carnal Stefania Sandrelli. 
Termas de Caracalla

La secuencia de De Niro y Depardieu con una epiléptica en la cama se ha quedado grabada en el inconsciente/
subconsciente colectivo. Y aun otras muchas. 
La dirección de foto, a cargo del maestro Storaro, logra auténticos cuadros pictóricos en movimiento. Y la banda sonora de Ennio Morricone es magnífica. Una gran obra de arte, que te mantiene pegado a la pantalla durante más de cinco horas. 
Pues sigamos viendo y soñando con su cine, como esos Soñadores suyos. 

sábado, 24 de noviembre de 2018

El Bierzo literario

Me topo, por puro azar (el azar, tan esencial en nuestras vidas, aunque haya quienes crean que pueden tener todo bajo control, craso error), con este enlace del diario digital infobierzo, firmado por Nuria Martínez, a quien no conozco, o no recuerdo conocer, la cual hace hace un recorrido literario por el Bierzo. https://www.infobierzo.com/el-bierzo-los-parajes-de-una-comarca-escenario-de-mil-y-una-aventuras-literarias/278862/
Y en este recorrido aparece, entre otros libros, Trasmundo, un volumen de relatos que me publicara el IEB en 2009, con prólogo del profesor y escritor César Cabezas. Y que luego, transcurridos unos años, el escritor, periodista y editor Valentín Carrera reeditara en formato digital. 
Cubierta de Trasmundo, con mi hermana mayor montada en caballo (estampa neorrealista a la berciana)


























El Bierzo, en la literatura, ha dado hermosas páginas, de la mano de nuestro escritor acaso más universal, el villafranquino Gil y Carrasco, a quien la autora de este reportaje menciona, naturalmente.  Y ahí están por supuesto los imprescindibles libros de Carrera por el Bierzo. Y los de Guerra-Garrido. Y el ponferradino César Gavela, un narrador nato, con una excelente calidad. Y tantos otros, entre los que no podemos olvidarnos de los maestros narradores Pereira y Carnicer. Y por supuesto del poeta Juan Carlos Mestre. Otro villafranquino universal. En realidad, todos villafranquinos. ¿Qué tendrá esa pequeña Compostela del Bierzo? Gilberto Núñez era otro excelente poeta. Y González-Guerrero en la vecina Corullón. Y Fermín López Costero en Cacabelos. Y Luisa Picado en Matarrosa. Y Carmen Busmayor. Y María José Montero en Villadepalos. Y más... (Qué nadie se ofenda por no aparecer aquí y ahora. Sabéis que os llevo en mi corazón, a todos y todas, quienes en algún momento habéis construido Bierzo con vuestras palabras, con vuestro arte). 

He de confesar que la primera vez que me asomé a Viaje del Vierzo me quedé deslumbrado. Y me planteaba qué fenómeno había escrito semejante proeza viajera-literaria. Pues el autor, al que años más tarde llegaría a conocer, haciendo buenas migas con él, hablaba, entre otros asuntos, del Bierzo Alto y en concreto de Noceda del Bierzo, mi pueblo. Y aun de la mítica fragua de Pepe, la fragua de Furil, que me daría el título de otro de mis libros. Un libro, La fragua de Furil, que tuvo su origen en los textos/columnas semanales que publicara en Diario de León a lo largo de una década, hasta que llegó Paco con la rebaja -llegó el Comandante y mandó parar-, que coincidió con el comienzo de una crisis, que aún continúa. Una crisis cerebral, que se produjo en el magna blando de los tiburones financieros y los mandamases chupacandiles, que aspiran a mantener a raya al pueblo, impidiendo asimismo que la clase acomodada siga en su universo de bienestar (alguien debe producir para seguir nutriendo el perverso engranaje capitalistoide). Y los pobres, pues eso, a pasarlas cada día más putas. Hasta que todo reviente por los aires. Porque los ricos riquísimos, los todopoderosos terminarán reventando también de puro colesterol malsano. Vaya utopía. Mientras haya esclavos, habrá amos, déspotas, cabrones elevados a la enésima potencia. El orbe Tierra está hecho un asquito, con un porcentaje altísimo de la población en estado de pobreza. Y analfabeta (no tengo ni idea de estadísticas, aunque llegara a estudiar estadística, incluso en la uni, pero me lo figuro, visto como está el percal).
Pero yo no venía a hablar de mi libro, o sí (como el cascarrabias Umbral, que además y sobre todo era un genio literario, acaso el mejor columnista español de todos los tiempos). 
Yo venía, en el fondo, a rescatar del arca... de la alianza... este enlace, publicado en infobierzo, que habla del Bierzo en la literatura, en las letras, en las palabras de al menos algunos autores y autoras. Pues sigamos entonando alguna canción acerca de esta bella y olvidada comarca, cada día más olvidada, con la minería ya en extinción, sin horizontes, con una población harto envejecida y subsidiaria, pensionada. Con un panorama desolador. ¿Seremos capaces entre todos los bercianos, entre todas las bercianas, de resucitar a nuestra hermosa muertita?  Qué alguien logre un milagro, como en la época de Jesucristo nuestro señor, que en gloria de su papá esté, sentado a su diestra. O en su regazo zurdo. No importa. Lo que cuenta es alentar, volver a la vida al Bierzo. Con divinas palabras, con amor, con trabajo, con ideas, con ilusión. La ilusión, ay, es lo último que se pierde. 





jueves, 22 de noviembre de 2018

La fragua literaria leonesa: Paco Flecha

LA FRAGUA LITERARIA LEONESA

Francisco Flecha: "Ya no queda industria, minería, ganadería y casi ya ni gente, pero podemos exportar literatos"

El profesor de Filosofía y contador de historias Paco Flecha, autor del reciente libro 'La lenta luz del amanecer', entre otros, continuará contándonos historias con el humor que le caracteriza.

Francisco Flecha
Francisco Flecha. Imagen de Gus Berrueta.
Manuel Cuenya | 22/11/2018 - 09:32h.
"... Decían de él que "conoció la vida a los dieciséis años, primero a través de Dostoievski y luego de las putas de Nueva Orleans".
Si hubiera invertido el orden se habría ahorrado, tal vez a Dostoievski".
...
"... Macondo es sólo una forma de mirar alrededor con ese mirar embelesado con el que miran los locos, los poetas, los niños y los viejos.
Que Macondo, ya te digo, está sólo en la mirada".
...
"... Cuando el profeta se enteró de que hablaba por inspiración perdió, definitivamente, la fe:
-¿Cómo creer en un dios que amenazaba con un futuro de llanto y crujir de dientes?...
...
"...Lástima que aquí, como en Macondo o en Comala, no podamos sentarnos un rato a charlar en la cocina los vivos y los muertos"
...
(Francisco Flecha, 'La lenta luz del amanecer')
Profesor de Filosofía en la Universidad de León y contador de historias, Francisco Flecha, más conocido por Paco en los ambientes familiares y amistosos, es una persona con buen sentido del humor, lo que es indicativo sin duda de una saludable inteligencia.
La verdad es que deberíamos reírnos más. Y sobre todo reírnos de nosotros mismos. No tomarnos tan en serio, porque la vida no deja de ser una farsa, un sainete, un teatro, que conviene encarar con excelente humor, incluso ante las adversidades de la vida, que siempre serán más de las que nos gustaría, porque no vivimos en una burbuja. Y la realidad se impone como una apisonadora.
En todo caso, nos recuerda Paco Flecha que el humor no debe confundirse con la risa, esa risa que nos hace descreídos, como los Cristos buñuelescos que aparecen en sus películas, o bien la risa de la 'Poética' de Aristóteles, que Umberto Eco retoma en 'El nombre de la rosa' ("la risa libera al aldeano del miedo del diablo"), porque el humor "viene a ser mirar la realidad desde otra perspectiva, como miraría el mundo un niño, un extraterrestre, un loco, un poeta, un filósofo, un cuentista".
Mirar la realidad como si fuera la primera vez que nos acercáramos a la misma es también un extraordinario ejercicio poético. Que algunos cineastas como Wenders ('Cielo sobre Berlín') o Erice ('El sol del membrillo') han querido, en su cine poético, mirar la realidad como si fuera la primera vez. El propio Pasolini, que además de poeta era cineasta, hablaba de un cine en prosa y un cine poético. Y el cineasta ruso Eisenstein, el autor de 'El acorazado Potemkin', quiso aunar el lenguaje lírico y de la razón a un tiempo en su cine.
"No he pretendido hacer una 'obra', sino, simplemente, contar cosas. Por eso, si te digo la verdad, me gustaría mucho más tener 'oyentes' que lectores"
"Dice mi amigo Martín Favelis: 'No sé si la vida tiene algún sentido; pero mientras lo encuentro, me voy arreglando con el sentido del humor'", precisa Paco Flecha, a quien resulta placentero leer. Y sobre todo escucharlo hablar, contar.
Lo conozco desde hace años, aunque tampoco hayamos tenido tanto contacto. Y es una de esas personas que no te deja indiferente, por lo que dice y cómo lo dice. Lo recuerdo asimismo en aquellos filandones que organizara, en la Facultad de Educación de la ULE, el entrañable Justo Fernández Oblanca, quien fuera en su día Decano de la Facultad de Educación. Y profesor de Literatura.
Paco Flecha, como buen contador de historias, tanto por oral como por escrito, es un heredero del maestro villafranquino Antonio Pereira, el gran contador, que siempre nos deleitaba con su verbo humorístico, picarón, certero. La pasión del autor de 'El vuelo del milano' por Pereira queda patente en su nuevo libro, 'La lenta luz del amanecer', editado por el Servicio de Publicaciones de la ULE. Un título que es todo un guiño a un micocuento de Pereira que se titula 'Lenta es la luz del amanecer en los aeropuertos prohibidos', un título poético y embrionario que lo dice todo en sí mismo. Pura poesía. Y que Paco Flecha integra en su reciente volumen de microrrelatos. "No he pretendido hacer una 'obra', sino, simplemente, contar cosas.  Por eso, si te digo la verdad, me gustaría mucho más tener 'oyentes' que lectores.  Me gustaría contar esas cosas a cada uno y verles cara a cara para que me dijeran las historias que a ellos les sugiere lo que cuento", afirma Paco Flecha, a quien, es evidente, le entusiasma la llamada literatura oral, los cuentacuentos, o los cuentos a viva voz, los filandones, en definitiva, tan propios de nuestra tierra leonesa. Filandones que, como bien sabemos, han sido un gran estímulo a la hora de crear con la palabra. Y por ende que surjan escritores varios y fecundos en el panorama leonés, otrora (ahí están los consagrados) o los actuales.

León, el territorio más fecundo en lo literario de toda España

En este sentido, cree nuestro autor que León es, sin duda alguna, el territorio con mayor fecundidad literaria en toda España. Y añade: "cierto que ya no queda industria, minería, ganadería y casi ya ni gente, pero podemos exportar literatos.  Este es nuestro siglo de oro (y los siglos de oro en literatura han ido siempre acompañados de pobreza en lo económico, sabe dios por qué será). Y lo que me llama la atención es que se está generalizando una cierta 'espontaneidad democrática' (cualquier plaza, cualquier bar, cualquier lugar de encuentro se están convirtiendo en lugares de participación literaria). Pidámosle a dios que no quiera tutorizar toda esta energía algún concejal o cosa por el estilo, no vaya a arruinar la experiencia".
Escéptico, cuando menos, ante la política leonesa, Paco Flecha dice no sentirse escritor. ¿Qué es ser escritor? Quien escribe. Y tampoco diría que está entusiasmado con la literatura o con la escritura literaria.  No obstante, a él siempre le ha gustado "contar cosas", "encandilar" con la palabra, lo cual ya es en sí mismo magnífico.

miércoles, 21 de noviembre de 2018

Isamil9, balsámica y emocionante

Isamil9 en biblioteca del Campus de Ponferrada. Foto con móvil. Cuenya
Breve e intensa, balsámica y emocionante, la artista Isamil9, a la que he podido ver y escuchar en varias ocasiones, nos condujo a las estrellas en la noche de ayer martes ante un público entregado aunque poco numeroso, lo cual que me apena, porque cuando algo es tan hermoso, como lo que nos cantara Isamil9, uno se replantea montones de cosas: ¿por qué no acude más gente a este tipo de eventos? ¿No se entera? ¿No está bien publicitado? ¿No es el lugar adecuado? ¿No es incluso el mejor día? O simplemente es porque vivimos en un mundo saturado de información y actos, en el que no atinamos a discernir entre lo mediocre y lo excelso. Nos inundan con zafiedad, con asuntos banales. Y cuando nos ofrecen algo, encima gratis, no hacemos ni caso. Cómo somos los humanos, demasiado animales en ocasiones. 

Porque lo que hizo Isamil9 se me antoja sublime, aunque fuera en verdad breve (lo bueno si breve, dos veces bueno).  En realidad, le habían pedido que hiciera algo breve, nomás. Pero un concierto enterito nos hubiera gustado (al menos eso me hubiera gustado a mí) mucho más. 
El pre-texto de su actuación es la expo que se le dedica al gran poeta salmantino Marcos Ana (que luchó por la libertad y contra la represión dictatorial franquista) en la biblioteca del Campus de Ponferrada. Y que ha organizado la propia Asociación Marcos Ana en colaboración con Comisiones Obreras de Castilla y León. Por ahí estaban Alberto, de Comisiones Obreras en Ponferrada, algunas personas de la Universidad de León como Elena Fernández y César Ordónez. Y por supuesto uno de los organizadores de este acto, el escritor Ignacio Fernández (que también forma parte de la familia de la fragua literaria leonesa, junto a Isamil9, y otra mucha gente). 
Me quedo, ya para siempre, con la voz poderosa de la gran artista Isamil9, que nos hizo temblar de pura emoción. 

sábado, 17 de noviembre de 2018

Las rosas del sur

Poético título, Las rosas del sur, para el nuevo libro del narrador y poeta leonés Julio Llamazares, que es la prolongación de Las rosas de piedra, en realidad un solo libro, dividido en dos volúmenes, pues entre uno y otro han transcurrido varios años, los que el autor se ha tomado para recorrer todas las catedrales de España (75 en total, a lo largo de 14 viajes), de este país de países, como él mismo nos contara ayer mismo en la librería Letras Corsarias de Salamanca https://letrascorsarias.com, ciudad en la que presentara su obra de la mano de la profesora, narradora y entusiasta de México, Charo Alonso, que además le dedica una interesante reseña en salamancartvealdía.
Julio Llamazares en la librería Letras Corsarias (Salamanca)

Como es habitual en él, cercano y agradable, estuvo sembrado de excelente humor y chispa narrativa, como buen contador de historias que es, no sólo por escrito, sino de un modo oral, habida cuenta de que es un magnífico heredero del maestro berciano Antonio Pereira. 
Llamazares nos cautivó a los presentes, que éramos muchos (entre los que también se hallaba Antonio Colinas, el poeta bañezano de la luz, que reside en la ciudad charra), con sus anécdotas chistosas, con su cercanía y su coherencia, con su forma de ver el mundo, de entender la realidad y la literatura, que en su caso es una misma cosa, reivindicando la literatura de viajes como la madre de la literatura. Ahí están libros fundacionales como La Odisea, incluso La Ilíada, las crónicas de indias (me atrevería a recordar a Fray Bernardino de Sahagún, quien por cierto cuenta con una placa en las Escuelas Mayores de la Universidad de Salamanca, y a Bernal Díaz del Castillo), El Quijote y aun las novelas del Oeste, entre otras. 
Qué es sino la vida: un viaje. A buen seguro un viaje sin retorno al punto de partida. Un viaje en el que nos encontramos con paisajes, personas. Y también con el azar, porque el azar forma parte de nuestras vidas, añadiendo salsa y aventura. No como los tours programados para turistas en rebaño, que rompen con la magia del azar, con la sacralidad del auténtico viaje, siguiendo las veredas trilladas de lo previsible. El turismo ha acabado con el concepto de viaje romántico. Y es habitual que las catedrales españolas (ahora ya se paga por entrar en todas), sólo sean visitadas por turistas... turistas en manada. Tal vez por eso, cuando el viajero-escritor Julio LLamazares le preguntó a un paisanín por una catedral del sur, de qué fecha era (más que nada para tirarle de la lengua, porque hay que hablar con el paisanaje, que da mucho juego literario/vital), éste, ni corto ni perezoso, le dijo que él no sabía la fecha porque era del lugar. 
Ser viajero y además contarnos sus viajes con tal maestría y encanto es un arte. Y en su caso la literatura se convierte en arte, el arte que se asemeja a la vida, que contiene vida, pero que incluso va más allá, porque leyendo y escribiendo uno vive más. Y tal vez mejor. 
"El que mucho lee y mucho viaja, mucho sabe y mucho conoce", como nos recordara a través de las palabras que le dice Don Quijote (ese loco cuerdo que emprende viajes por mundos reales e imaginarios) a Sancho. Viajar, siempre, con todos los sentidos, porque al fin viajar es sentirlo todo de todas las maneras posibles, como también dijera el poeta Pessoa. El viaje también de auto-conocimiento. Como ocurre en las películas de Wenders, por ejemplo en París, Texas, por la que siento pasión. 
Partir por partir es en realidad el lema de los grandes viajeros, sobre todo de los viajeros-escritores románticos, que son quienes comienzan a viajar por el placer de viajar. Y es que Julio Llamazares es un escritor-viajero romántico. Él mismo lo ha llegado a contar en varias ocasiones. Y hasta nos lo cuenta en libros como El río del olvido, en el que sigue el curso del Curueño, el río de su infancia. 
El viaje como pre-texto (nunca mejor dicho) para escribir. Y la escritura como algo terapéutico también. "Qué sería de mi vida, se planteaba ayer mismo Julio, en caso de que yo no me hubiera dedicado a escribir". 
Sus libros de viaje, como el ya mencionado y aun Tras-os-Montes, Cuaderno del Duero o los dedicados a las catedrales, son literatura en estado puro, porque el escritor leonés escribe con prosa sencilla y emocionante, poética, limpia. Y los lectores (lectoras) se lo agradecemos, porque nos contagiamos de su sencillez y generosidad (también como persona). Y nos alienta a recorrer el mundo, nuestro mundo, nuestra España, ya sea a través de las catedrales, que son inmensos libros abiertos en piedra, en los que es posible leer nuestra historia, nuestro modo ser, o bien a través de ríos o mediante una región como Tras-os-Montes (la patria o matria por ejemplo del gran escritor Torga), en Portugal, país por el que Julio siente devoción. Y país vecino que le ha dado las claves o palabras divinas que todo viajero debiera hacer: "Para, escucha y mira". Tómate tu tiempo, escucha al paisanaje y mira la realidad como si fuera la primera vez que la estuvieras mirando, como un niño (niña) o un ángel a lo Rilke (Elegías a Duino) que re-descubriera el mundo. Habla con la gente y bebe de todas las fuentes, como le recordara el escritor soriano Avelino Hernández a Julio, quien nos recomienda, antes que sus libros, sobre todo la lectura de Donde la vieja Castilla se acaba, de Hernández. 
Las catedrales, "esos barcos de piedra varados en nuestras ciudades levíticas", incluso inexistentes, como Mondoñedo, la tierra de Cunqueiro -acaso uno de los inventores del realismo mágico-, son como las pirámides de Occidentes, los lugares divinos en la tierra, que deslumbraban y aun siguen deslumbrando, con su luz, su incienso, sus retablos (auténticos cómics en la actualidad), con su belleza divina, a los seres humanos. 
Recordaba Julio cómo, siendo un niño, su padre lo llevó a ver la catedral de León, que lo dejó impresionado. Y se la mostró, como quisiera el escritor Unamuno (con raigambre salmantina), mirando, en vez de hacia arriba, hacia abajo, incluso en la pila de agua bendita. Es probable, contaba Julio, que su padre hubiera leído al autor de San Manuel Bueno, mártir. 
Otra de las catedrales por las que el autor de La lluvia amarilla (inmenso libro en prosa poética o directamente poético) siente devoción es la de Coria, "que está cerca de Salamanca", insistió él, porque atesora, además, reliquias increíbles como la leche de la virgen, la pluma del arcángel San Gabriel o una parte del barro con la que se moldeara Adán, entre otras. Puro realismo mágico. Lo que me hace rememorar el brazo incorrupto y el corazón partido de Santa Teresa en la localidad salmantina de Alba de Tormes. 
En este Día mundial de las librerías (ayer mismo), Llamazares nos hizo pasar una tarde extraordinaria. Y luego una velada inolvidable, en su compañía, con amigos entrañables: María, Ramón, Carmen, Carlos, José María, Gus... Con el descubrimiento de una joven poeta, Andrea Bernal (Adiós a la noche y Los pájaros). Y el re-descubrimiento del poeta salmantino Aníbal Núñez (del que ya sabía cosas y había leído gracias a la buena poeta Elba Maribel Hernández, que acaba de publicar un poemario titulado Claro del tiempo). 
"Los libros son como tumores emocionales o frutos que, cuando maduran, acaban cayendo por su propio peso". Como la manzana bíblica o mejor dicho la manzana de la gravitación universal de Newton. 

Rosas de piedra, rosas del sur, rosas del desierto o rosas valleinclanescas en clave lírica. 

jueves, 15 de noviembre de 2018

La fragua literaria leonesa: Vicente García


LA FRAGUA LITERARIA LEONESA

Vicente García: "La palabra y la imagen a veces van de la mano y se complementan"

Autor de '50 Rutas Leonesas', este profesor y fotógrafo astorgano se ha convertido por méritos propios en uno de los mayores divulgadores de la belleza de las montañas leonesas.

Vicente García.
Vicente García. Foto de Miguel Martínez.
Manuel Cuenya | 14/11/2018 - 17:55h.
Profesor, fotógrafo y ahora narrador, o mejor dicho contador de rutas de montaña por la provincia de León, a Vicente García siempre lo recuerdo con su cámara al hombro por los diversos eventos que se cocinan en la capital leonesa, ya sea en la presentación de un libro o bien en el archiconocido entierro de Genarín, santo y patrono de gentes de alegre vivir en tierra de León. Tanto es así que a Isidoro Rodríguez Cubillos –siempre hay gente ingeniosa– se le ha ocurrido, emulando el inicio del soneto satírico de Quevedo, decir de Vicente García que "érase un hombre a una cámara de fotos pegado".
El asunto es que este astorgano, atraído por las cumbres de la sierra del Teleno, acaba de ofrecernos un estupendo libro para quien desee recorrer y conocer a fondo las montañas de León. Un libro-guía editado por Eolas y el periódico La Nueva Crónica, que dirige el buen periodista y escritor David Rubio, a quien ya le hemos dedicado una fragua en esta sección de ILEÓN.
e trata de un volumen, ilustrado con bellas y sugerentes fotos, que el propio autor ha hecho. Y que incluye '50 rutas leonesas' (este es en verdad el título), entre las que figuran también algunas del Bierzo, tanto del Alto como del Bajo, entre ellas la ruta de los canteros, que nos descubre "un entorno agreste y escondido", Las Barrancas de Santalla, "un cómodo camino entre chopos, robles y castaños", la ruta del Peruchín, "por la vega del Burbia entre bosques, viñedos y valles misteriosos", el Pico Valdeiglesias, la ruta de las fuentes curativas o medicinales de Noceda (se alegra uno de que se haya acordado del útero de Gistredo y del manantial de la Doncella) o bien la ruta del Hayedo de Busmayor, "un lugar mágico donde belleza y poesía se dan la mano entre la paz y la serenidad del entorno", donde cada año, por el mes de agosto (en concreto primer fin de semana) se celebra, gracias a su creadora, la poeta y narradora Carmen Busmayor, un magnífico Encuentro literario, que este pasado agosto se le dedicara a la figura y obra del gran escritor cacabelense Fermín López Costero, con la participación del colosal poeta Mestre, el poeta y gestor cultural Rafa Saravia y la propia Carmen Busmayor.

(Puedes seguir leyendo esta fragua en ileon.com: https://www.ileon.com/cultura/091559/vicente-garcia-la-palabra-y-la-imagen-a-veces-van-de-la-mano-y-se-complementan)