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jueves, 16 de diciembre de 2021

La fragua literaria leonesa: Óliver Álvarez Riera

LA FRAGUA LITERARIA LEONESA

Óliver Álvarez Riera: “En todo ese afán de lectoescritura hubo un profesor, César Cabezas, que me dio aliento”

Licenciado en Filología por la Universidad de Santiago de Compostela y también profesor de Literatura, Óliver Álvarez Riera es autor de 'Constante Qwerty', un libro que prologara el narrador, poeta, ensayista y crítico literario Vicente Luis Mora, que otrora llegara a ser director del Instituto Cervantes de Marrakech, al que tuve la ocasión de conocer hace años con motivo de la presentación de un libro en esta ciudad marroquí por la que siento devoción.

Óliver Álvarez Riera
Óliver Álvarez Riera  

Manuel Cuenya | 16/12/2021 - 14:53h.

Dice Vicente Luis Mora a propósito de 'Constante Qwerty' que la 'textovisualidad' de estas páginas nos convierten en lectoespectadores, lo que revela no sólo una voz personal, sino y sobre todo una 'mirada' única, cuya visón propia se plasma en el texto abierto ante nuestros ojos.

Por su parte, el autor de esta obra aclara que se trata de una pequeña antología poética en edición no venal que publicaran en 2017 la Fundación Antonio Pereira y la del Conde de Lemos, donde se espigan textos de unos tres libros distintos: 'Download.zip', 'Sismógrafo' y 'Ágora de ti, geoda'. "Esa selección me sirvió sobre todo para revolver y resolver alguno de los otros poemarios", precisa Óliver, que agradece no sólo la labor de Vicente Luis Mora como prologuista del libro sino también la faceta del maquetador así como la de los promotores. Y por supuesto muestra su gratitud a Daniel Volgy, "camarada, cortometrajista de animación e ilustrador de la portada del librillo en ciernes".

En cuanto a su faceta como docente, recuerda que enseñar, preparar e impartir unas clases siempre conlleva recorrer lo aprendido para comunicarlo, darle vueltas (cuando no ir abriendo campo), y eso afianza aspectos y estrategias que podrían ir rebotando en la actitud creativa.

"Resulta tan tópico como evidente: al enseñar se aprehende mucho; pero la creatividad, como el aprendizaje, no tiene necesariamente que ver con la acumulación, sino con un decantado óptimo. Se me ocurre que podrían ser de algún modo destilados asimilables: el maestro 'enseña' un camino y el artista lo 'señala', que etimológicamente sería lo mismo", detalla Óliver, que en estos momentos coordina un club de lectura juvenil en la Biblioteca Municipal de Ponferrada, Leercianos, a través de la asociación literaria ALCE: "un pequeño granito de arena para tentar y afianzar los intereses librescos entre la juventud de la zona", apunta.

"Es probable que también se monte algo en algún local de la ciudad vinculado con la literatura, aunque de momento lo que hay son ganas y algunas ideas dando vueltas. Y hay por ahí también latente un lento pero ambicioso proyecto de activismo cultural en el que andamos metidos varios locos y locas que irá cuajando para el 2022", agrega Óliver, cuya pasión por la literatura comenzó siendo un chaval de trece o catorce años, cuando alguien de su familia le regaló una antología y en algún momento le llamaron la atención las canciones de Sabina que escuchaba su madre.

"Resulta tan tópico como evidente: al enseñar se aprehende mucho; pero la creatividad, como el aprendizaje, no tiene necesariamente que ver con la acumulación, sino con un decantado óptimo. Se me ocurre que podrían ser de algún modo destilados asimilables: el maestro 'enseña' un camino y el artista lo 'señala', que etimológicamente sería lo mismo"

"Después está aquella frase que un viejo libro de citas célebres que tenían mis padres por casa atribuía a Platón, pero vete tú a saber, como con los memes: 'Al contacto con el amor, todos nos hacemos poetas'. Luego, unas lecturas me fueron llevando a otras, y como imitar nos viene de serie, iban cuajando las hormonas a sílabas contadas. Pura ludopatía", así cuenta que se inició en las palabras y en el lenguaje literario.

(Puedes seguir leyendo este enlace en ileon.com: https://www.ileon.com/cultura/la_fragua_literaria_leonesa/124602/oliver-alvarez-riera-en-todo-ese-afan-de-lectoescritura-hubo-un-profesor-cesar-cabezas-que-me-dio-aliento)

 

lunes, 13 de diciembre de 2021

El coronel no tiene quien le escriba

 Hoy mismo, en el campus de Ponferrada, haré el pase de esta peli de Ripstein, basada en la novela homónima del Nobel García Márquez. 

https://www.diariodeleon.es/articulo/bierzo/campus-acoge-proxima-semana-ciclo-cine-mexicano/202112110334192171489.html

El coronel destapó el tarro del café y comprobó que no había más de una cucharadita. Retiró la olla del fogón, vertió la mitad del agua en el piso de tierra, y con un cuchillo raspó el interior del tarro sobre la olla hasta cuando se desprendieron las últimas raspaduras del polvo de café revueltas con óxido de lata.

Mientras esperaba a que hirviera la infusión, sentado junto a la hornilla de barro cocido en una actitud de confiada e inocente expectativa, el coronel experimentó la sensación de que nacían hongos y lirios venenosos en sus tripas. Era octubre. Una mañana difícil de sortear, aun para un hombre como él que había sobrevivido a tantas mañanas como ésa. Durante cincuenta v seis años -desde cuando terminó la última guerra civil- el coronel no había hecho nada distinto de esperar. Octubre era una de las pocas cosas que llegaban.

(García Márquez, El coronel no tiene quien le escriba)

Traducir a imágenes las palabras no resulta tarea fácil, aunque en ocasiones se logra. Y es ahí cuando un relato, una novela… con sustancia se convierte igualmente en un relato fílmico sustancioso.


En el caso de la novela breve de García Márquez El coronel no tiene quien le escriba –escrita con mucha sensorialidad mientras vivía en París– tampoco le resultó fácil al solvente director mexicano Ripstein, que contó para adaptarla con su mujer, la guionista Paz Alicia Garciadiego. Cabe recordar que ambos habían adaptado El gallo de oro, de Rulfo.

Al final Ripstein y Garciadiego lograron una película que respeta la esencia de la novela del Nobel Gabo y su ambiente tan singular de realismo, quizá mágico. Tanto es así que al autor de Cien años de soledad el resultado le pareció excelente, incluso llegó a emocionarse viéndola. 

El propio Nobel Gabo, cuyo estilo resulta muy visual y por ende atractivo para el cine,  tenía gran interés en que Ripstein (el director, entre otras, de La perdición de los hombres) llevara a la gran pantalla su novela, habida cuenta de que ésta es relativamente fácil adaptarla al cine porque, en opinión del escritor colombiano (que tan bien conocía los entresijos del cine, pues llegó a cursar estudios de esta disciplina), la novela tiene una estructura cinematográfica y su estilo narrativo es similar al del montaje cinematográfico. Asimismo, existe una gran economía de palabras, los personajes hablan poco.


Con una puesta en escena digamos teatral, rodada en el trópico mexicano de Veracruz, tan parecida al Caribe colombiano, con una ambientación nocturna, lluviosa y casi espectral, el cineasta mexicano Ripstein lleva a su propio terreno esta historia para mostrarnos a un coronel pobre, honrado y librepensador (encarnado por el actor Fernando Luján, que llegó a destacar en la época dorada del cine mexicano, compartiendo créditos con figuras de la talla de Pedro Infante, María Félix o Cantinflas), que espera en vano a que el Gobierno le conceda una pensión al tiempo que le resulta absurdo comprender la muerte de su hijo durante una pelea de gallos. Un hijo que tenía una amante prostituta, interpretada por una joven y bella Salma Hayek, que prácticamente debutó en el cine de la mano de Jorge Fons con la película El callejón de los milagros en su papel de Alma (Almita), que tendremos ocasión de visionar y comentar el miércoles de esta misma semana.

En esa espera le acompaña, envejecida y enferma,  su esposa, que interpreta de un modo magistral la actriz española Marisa Paredes. En todo momento, les vemos mantener su dignidad ante la situación insostenible que sufren. 

El propio coronel cuida a un gallo de pelea como si fuera su hijo, acaso con la esperanza de que este lo salve de la penuria.

*Existe una adptación teatral dirigida por el cineasta Carlos Saura e interpretada por Imanol Arias, entre otros actores/actrices, que no he tenido el gusto de ver. 

 

Tiempo de reflexión (segundo semestre)

 Julio fue un mes de viajes, lo cual se agradece mucho, porque viajando se orea el alma y se desentumecen los pies, que son alas para surcar montes y cielos. Madre mía, qué trascendente. Sí, viajar procura apertura de mente y búsqueda de nuevos horizontes. 

Pasajes en la costa vasca

El horizonte, ay, es esa línea que separa en apariencia el cielo de la tierra. Horizonte es asimismo un programa de Íker Jiménez. Horizontes de grandeza, esa es una peli de Wyler.  Pues eso mismo, que julio fue un mes para viajar y sentirlo todo de todas las maneras. Viajes a Asturias: Oviedo, que es ciudad familiar, mapa afectivo. http://cuenya.blogspot.com/2021/07/oviedo-exotica-y-familiar.html, Lastres y Tazones y Tapia de Casariego http://cuenya.blogspot.com/2021/07/lastres-de-cine-y-tazones-invadido-por.html 

Tazones, Asturias

Viajes a Cantabria: Santander y Santoña. http://cuenya.blogspot.com/2021/08/la-bahia-de-santander.html. Viajes, en definitiva, a la costa cántabra: http://cuenya.blogspot.com/2021/09/la-costa-cantabra.html 

Viajes a Galicia y nuevamente a Asturias: A Fonsagrada (mi gratitud al gran Bolaño y su hijo Adrián, que se portaron muy bien). http://cuenya.blogspot.com/2021/07/a-fonsagrada-directa-al-alma.html, Taramundi (la cuna del gran Jovino Andina, astur bembibrense) y los Oscos y Ribadeo. 

http://cuenya.blogspot.com/2021/07/taramundi-y-los-oscos.html

Viaje a través de los Ancares lucenses y leoneses... hasta arribar a Balouta, que conociera por primera vez siendo casi un rapacín, en una excursión familiar: http://cuenya.blogspot.com/2021/07/a-traves-de-los-ancares.html

Cementerio de Llamazares-zona del Curueño
Viajes a Sabero para ver y escuchar al magnífico escritor Julio Llamazares que presentaba Primavera extremeña en el Museo de la siderurgia http://cuenya.blogspot.com/2021/08/leon-como-mapa-afectivo-y-punto-de.html y recorrer la ribera del Curueño, el río del olvido, dejándose arrullar por la cascada del Nocedo, que me traslada a la cascada de La Gualta en Noceda del Bierzo. http://cuenya.blogspot.com/2021/08/la-memoria-de-la-ribera-del-curueno.html 
Cascada Curueño

Qué maravilla viajar, incluso con la imaginación. Recorrer espacios y tiempos. Adentrarse en otras dimensiones. Vivir viajando. Y soñando. Vivir para contarla, como nos dijera el Premio Nobel Gabo en ese libro delicioso que son sus memorias. 

http://cuenya.blogspot.com/2021/08/verano-para-viajar.html 

También pude presentar Desde las entrañas en la Fundación Merayo, gracias a la artista Ángela y Jesús, sus mecenas. http://cuenya.blogspot.com/2021/06/desde-las-entranas-en-la-fundacion.html

En la Fundación Merayo

Y llegó agosto, con frío en el rostro (es un decir) para enfriar la relación que mantenía con una chica, la cual acabaría dándome una coz en todo el morro.

Lekeitio
Sin anestesia. Así, a lo bravo. A las bravas. No obstante, también hubo viajes, aunque el viaje de principios de agosto al País Vasco estuviera a punto de truncarse porque algo estaba pasando, que ya no iba bien el asunto amoroso. Oso oso. Y el osito amoroso se despelujó. Riámonos. Es lo que nos queda. 

Y después de la tormenta llegó una aparente calma, que no era tal, porque la procesión iba por dentro. Ay, las procesiones, de dentro y de fuera.

Con mi sobrino Luis-Foto en Arlanza

Y hablando de tormentas, me gustaría decir que los acantilados vascos son bellísimos, como creo que lo son todos los acantilados del universo, bueno, unos más que otros, como diría Orwell en Rebelión en la granja a propósito de los animales-humanos, que unos son más iguales que otros. Así es la vida.  http://cuenya.blogspot.com/2021/10/viaje-al-pais-vasco-desde-las-entranas.html 

Visité a mis sobrinos Luis y Mónica, que viven en Castro Urdiales, a las puertas de la costa vasca. Se mostraron, como siempre, cariñosos y hospitalarios, tanto conmigo como con mi acompañante, que parecía feliz con el viaje y en nuestra compañía. Mas aquello era tan solo una pose por su parte, visto lo visto. Qué poca madre, que dicen en México. Castro es, por lo demás, un lugar de una gran belleza. 

 A mediados de este mes hicimos (qué manía con utilizar el plural mayestático, ¿se dice así?) el encuentro literario en mi pueblo de Noceda del Bierzo, con gente maravillosa (hicimos, eso decía) como la periodista y escritora Camino Pastrana, la escritora y profesora Margarita Álvarez, que acaba de publicar y presentar su estupendo libro Palabras hilvanadas en la casa leonesa de Madrid, las también escritoras y profesoras Marisé Prieto y Alicia (Alice) López Martínez y el poeta y cantautor Dionisio Álvarez. Creo que no se me ha quedado nadie en el tintero. Un bello y emotivo acto que contó con la presencia de un entregado y amable público, con mi gratitud también al Ayuntamiento de Noceda y al fotógrafo Jesús Madero por obsequiarnos con sus imágenes. 

Igüeña

Agosto también me procuró viajes al interior del Bierzo con visitas a los pueblos deshabitados de Los Montes (donde el director de cine Chema Sarmiento, de Albares de la Ribera, filmara un precioso mediometraje, entre la ficción y la realidad) y Urdiales de Colinas, este último en compañía de Benjamín y Jesús. Toda una odisea. Con parada por supuesto en Igüeña, que ya forma parte también de mis mapas afectivos. El restaurante bar Sabugo es como la casa de uno. 

Y para finalizar el mes de agosto me fui hasta Vigo y alrededores, incluso me acerqué hasta Tui (Tuy) y ya de paso, total, me adentré en Portugal, en concreto en Valença do Minho, que es tierra fronteriza.

Vigo

http://cuenya.blogspot.com/2021/10/dos-ciudades-dos-paises.html

 Me entusiasmó este viaje, como todos, la verdad, aunque he de reconocer que mi relación amorosa ya se había enfriado porque ella estaba poniendo, sutilmente (o no tan sutil), tierra de por medio. Ya a comienzos de agosto apuntaba a una crónica de una muerte anunciada, si bien me resistía a ver la realidad, que se imponía como implacable.

Cíes
La esperanza es lo último que se pierde, o que debería perderse. Pero ella ya no estaba por la labor desde hacía tiempo, meses, como luego me confesaría a principios de septiembre, diciéndome que ya no sentía amor por mí, como si de la noche a la mañana una persona pudiera variar sus sentimientos. Pero no adelantemos acontecimientos. Que aún sigo en el mes de agosto.  

Y llegó precisamente septiembre -llegó el comandante y mandó parar- y ahí que se complicó el asunto amoroso, porque, si bien nos vimos en el Bierzo y aquello parecía que podía tener algún viso de continuidad, no tardaría en irse todo al traste.

Ozuela, el Bierzo
Recuerdo aquel finde como algo agridulce, porque, por una parte, la ruptura parecía un hecho. Y por otra parte disfrutamos de nuestra compañía (así lo sentí, al menos) y hasta recorrimos algunos pueblos como Ozuela (por ahí andará el periodista y escritor Toño Criado), Orbanajo (pena que no nos viéramos, amigo José Ángel) y por supuesto Toral de Merayo. La Alondra es un sitio magnífico para comer rico. Y la tetería de Toral un lugar chulísimo para tomarse un té frío, que me supo aún a amor, a cariño, mientras permanecía sentado en un balacín, con ella al lado en plan -ahora se dice mucho esta expresión entre la juventud- arrumacos. ¿Te gustan los amorines? Sí, me gustan. Menos mal que le gustaron esos amorines, aunque ya tuviera previsto descartarme, hiciera lo que hiciera. Cuando estamos juntos, nos sentimos bien, eso creo, le dije. Pues sí, pero esto es una burbuja, la vida real es otra, me respondió, lo que me espeluznó. Para mí es la vida real. Entonces para ti es una vida paralela, pensé. 
Hasta me encontré en esta tetería con Nico de la Carrera, que es toda una institución en Villar de los Barrios o Villar de los Mundos. 
Desde Orbanajo

Podemos continuar siendo amigos, incluso algo más, aunque no seamos pareja, llegó a verbalizar ella. Yo creía que entre nosotros había algo más sólido, incluso esa relación espiritual de la que tanto hablábamos en varias ocasiones. Pero entonces me di cuenta de que no había nada, que se había esfumado el amor de la noche a la mañana. No, hace tiempo, quizá desde enero de este año, que ya no siento amor por ti, aclaró. Joder, pues has hecho un teatro extraordinario, un papelón digno de una actriz brillante, porque siempre me decías que era el amor de tu vida y que era un tipo estupendo y todo ese bla bla bla. 

Tetería de Toral de Merayo

Mensajes y audios de WhatsApp, correos y demás así lo confirman, prácticamente hasta el último minuto, incluso después de decirme que ya no sentía nada por mí. Mamma mía. No doy crédito. Estoy desconcertado. Pos vale. Qué extraño todo. No se puede dejar de querer a alguien de un día para otro. No. Por cierto, el vocablo pareja me horroriza emplearlo para seres enamorados, pareja es la de vacas o los bueyes, o la de la Benemérita, que tal vez también podrían estar en amoríos. Pongamos por caso. 

Casi al día siguiente, ya alejados en el espacio y creo que también en el tiempo, me envió un relato para que lo leyera. Cariño, a ver qué te parece este relato, me dijo. Egoístamente -me había recordado-, me gustaría mantener algún tipo de vínculo contigo. Qué franca. Dios mío. Ya el título de su relato, contundente, incitaba a la lectura. El contenido me dejó sobrecogido. Le metí algunas correcciones, no sin antes pedirle permiso, porque quizá, ya a esas alturas, no le pareciera bien. Pero quedó encantada. O eso dijo. 

En esos días me llamó Andrés Pérez Cuenya, hermano de mi padre por vía materna, o sea, hijo de Simona Cuenya, de Vega de los Árboles (La Vega) y quedó en acercarse a mi pueblo. Y se pasó con su mujer. Habían venido a pasar unos días en León, ya que viven en Alicante. Y nos vimos en Noceda, en casa de mi madre. Me alegró verlos y saludarlos y compartir un día con ellos en El Verdenal y en el Fado. Hasta la próxima. 

Llegó la fiesta de la Encina de Ponferrada y una parte de mi familia, incluida mi madre, había decidido irse a Cantabria, en concreto a Cóbreces, pues allí está el bueno del tío Leoncio, que es monje en la abadía cisterciense de Santa María de Viaceli.

Abadía de Viaceli
Y allá que me fui, después de darle alguna pensada, con la creencia de que me haría bien permanecer al lado de mi familia y disfrutando de un entorno tan bello, apto en todo caso para la relajación y la meditación trascendental, acaso para entrar en éxtasis místico. http://cuenya.blogspot.com/2021/10/cobreces-hacia-la-espiritualidad.html

Y fue durante esos días cuando ya todo se vino abajo, aunque no lo pareciera, porque hablábamos por teléfono, incluso por cámara, de un modo amable, incluso diría que afectuoso. Pero ella ya estaba en otra onda, aunque ahora no entraré en detalles. Y sobre todo los tres últimos días, antes del corte final, the final cut, aquello se enrareció hasta el punto de que ella estaba eufórica, con una euforia desmedida, y al día siguiente la vi, a través de la cámara del móvil,  alicaída, como si estuviera ausente y le hubiera pasado por encima una apisonadora. Con un resacón del copón bendito.

Vigo

No obstante, el día previo a la ruptura definitiva parecía haber recuperado la energía perdida, y entonces, ya envalentonada, dijo que quizá ya no volveríamos a vernos, como teníamos previsto, pero que no obstante (acaso haciéndome el favor del siglo) le daría una vuelta y al día siguiente me respondería. Como un gesto de bondad hacia ti, creo que llegó a decir. Pues qué bondadosa. Osa osa. 

Y sí, le dio una vuelta (la vuelta al día en 80 y más mundos), que era lo que ya tenía masticado desde hacía tiempo, y me descartó, que así se dice en el argot. No quiero ningún tipo de contacto contigo ni que te acerques por mi casa, vino a decirme, lo cual me dejó helado. Pero si tengo las llaves de tu casa y algunas pertenencias mías, me atreví a decirle. Ya me las dejarás en algún sitio y yo te dejaré tus cosas. Pero ya no quiero verte.  ¡Pero no íbamos a ser al menos amigos!, pensé. Pues no. Ná de ná moná.  

Frontera España Portugal

Recuerdo que, a finales de agosto, después del viaje a Vigo y alrededores, incluidas las islas Cíes -lamento no haberlo señalado en el capítulo agosteño, así es la memoria, que vine y se va-, el poeta Emilio Vega me había avisado, con suficiente antelación, para que fuera al Encuentro de poetas de Quiroga, en Galicia. Encuentro al que he asistido en otras ocasiones.

http://cuenya.blogspot.com/2021/08/encontro-de-poetas-en-quiroga.html Y allí que me fui. Regresé de Vigo ese mismo día, 28 de agosto, para leer allí mis poemas. Y uno de esos poemas estaba dedicado a esta chica, que agradeció mucho, dicho sea de paso, que lo leyera. Por ahí está un audio suyo en el que me dice que le hacía mucha ilusión que lo leyera porque el poema era muy bonito; cariño, te mando muchos mimos, muchos besos, me dijo. Mas nada de eso fue suficiente para que, pocos días más tarde, decidiera darme el descarte definitivo. Quizá, con el paso del tiempo, podamos retomar amistad con afecto, me dijo. ¿Acaso la amistad, si es genuina, no es con afecto? Qué curioso. Primero me arrojas al vacío y luego me dices esto. Santo Dios. Vaya mesecito, septiembre, para comenzar con ilusión el año académico. Como parar tirar cohetes en los campos floridos de mis amapolas. 

El primer finde de septiembre, coincidiendo con la visita de esta chica, vino Julio Llamazares a Ponferrada porque la amiga Álida Ares presentaba un libro dedicado al autor de La lluvia amarilla, que ya cuenta con adaptación teatral. 

La profesora, filóloga y escritora Álida Ares publicó, a través del Instituto de Estudios Bercianos (IEB), El hilo de oro en la obra de Julio Llamazares. Un placer volver a reencontrarme con Llamazares y por supuesto con Álida, Jordi y otra gente amiga que asistió al acto. De ello doy fe en este enlace: http://cuenya.blogspot.com/2021/09/el-hilo-de-oro-en-la-obra-de-julio.html 


Con Ramiro Pinto y David Rubio. Foto: Paco Fergar 
Y en septiembre presenté mi libro Desde las entrañas en el Instituto León de cultura de la mano de Roberto Soto, Ramiro Pinto y David Rubio, personas entrañables que me arroparon con su cariño, además del público asistente, entre el que se encontraban, entre otros muchos, mis hermanas y el escritor y filósofo Miguel Ángel Castro Merino y la escritora Yolanda de la Puente, que hizo una maravillosa reseña acerca del libro Desde las entrañas: http://cuenya.blogspot.com/2021/09/desde-las-entranas-por-yolanda-de-la.html 
Embalse de Matalavilla

Hacia finales de septiembre, con un clima extraordinariamente bueno, hubo tiempo para darse una vuelta por Salientes y Salentinos, incluso hacer una parte de la ruta que conduce directamente al Catoute. 

Salientes se mostró como una aldea remota en medio de una vegetación exuberante, de una naturaleza esplendorosa, donde los osos campan a sus anchas. Se trata de una tierra que mira hacia imponentes picos, con el sabor y el aroma de lo primigenio. En pie sigue Mil madreñas rojas, que evoca las mil y una noches bajo una bóveda celeste refulgente de estrellas. Lástima que no estuviera Toni Robles, el dueño de Mil madreñas rojas, para saludarlo.

Antes de alcanzar Salientes, el embalse de Matalavilla me ofreció su rostro más amable y sonriente bajo un azul y un verde comestibles. Por su parte, la belleza primigenia de Salentinos despertó, una vez más, mis sentidos.

Hacia el Catoute

Y me hizo soñar con un mundo de fantasía, con casas de cuento de hadas. Un gran placer regresar a esta tierra familiar, que además es punto de partida para encarar la cumbre del pico Catoute.
Recuerdo que hace años, en compañía de familiares, logramos coronar este pico. Una gozada absoluta, aunque cuesta subirlo, por supuesto.  

Con mis hermanas. Foto: Paco Fergar

Llegamos a octubre, como el que no quiere la cosa, con el fallecimiento del paisano y amigo Venancio Álvarez de Paz, el hermano de Pepín. Qué pena que ambos se murieran en el mismo año. Pepín llevaba años enfermo pero Venancio (Nanci) se veía rebosante de salud. http://cuenya.blogspot.com/2021/10/a-venancio-alvarez-de-paz.html Pero la parca se impone, la quiera uno o no, cuando gusta hacerlo. Por más que nos resistamos. Ahora recuerdo que esta chica, tan amable ella, se lamentó por la muerte de Nanci Álvarez de Paz, haciéndome saber, y eso que ella ni lo conocía. Qué empática, si bien me había dicho que no quería ningún tipo de contacto conmigo. Y ella solita había roto su propia regla de silencio.

En este mes acompañé a Yolanda de la Puente en la presentación de su novela  Última estación en el Museo de la Energía de Ponferrada. Un placer conversar con ella. http://cuenya.blogspot.com/2021/10/ultima-estacion-de-yolanda-de-la-puente.html Y me fui hasta la capital del Reino para presentar, en la casa leonesa, Desde las entrañas y Del agua y del tiempo (un dos por uno), con el arropamiento de la prologuista y escritora omañesa Margarita Álvarez y de la escritora y epiloguista, si tal puede decirse, Marisé Prieto, que son mujeres extraordinarias. Y me han ayudado mucho, lo cual se lo agradezco infinito.  

En la casa leonesa en Madrid

http://cuenya.blogspot.com/2021/10/siempre-nos-quedara-madrid.html 

También por esta época estuve arropando, en la mesa de presentación, al poeta Emilio Vega y su reciente poemario No callarán mi voz: http://cuenya.blogspot.com/2021/10/el-alma-poetica-de-emilio-vega.html Ahora, que me da por pensarlo, octubre fue un mes de presentaciones porque el IEB, gracias a su presidenta Patricia Pérez Bruzos y su equipo constituido por Marino y Ana, con la colaboración de varios autores y autoras, le dedicó unas jornadas literarias al escritor César Gavela, que falleció a resultas de un cáncer en el 2020.

Margarita, Ramiro, Paz y Sol en Madrid

Y ahí que estuvimos algunos para rendirle homenaje como se merece César, que es por cierto primo carnal de Raquel (Raquelina, Raque), una buena amiga. http://cuenya.blogspot.com/2021/10/a-cesar-gavela-al-que-siempre.html 

Homenaje a César Gavela

Hacia finales de octubre también presentó Marta del Riego su novela Pájaro del noroeste en el Museo de la Energía de Ponferrada, de lo que doy cuenta en este enlace: http://cuenya.blogspot.com/2021/10/pajaro-del-noroeste-de-marta-del-riego.html

Muchas pérdidas y ausencias en cuanto llegó el otoño, ya anticipadas antes de finalizar el verano, que a uno le hizo entrar en nostalgia. http://cuenya.blogspot.com/2021/10/perdidas-y-ausencias.html 

Y para rematar octubre, que este año nos obsequió con un clima primaveral, asistí en Albares de la Ribera a la presentación del libro The End sobre la minería, cuya autora es la artista Cecilia Orueta, la compañera del escritor Julio Llamazares. Una velada estupenda en compañía de amigos. 

En Albares de la Ribera

https://cuenya.blogspot.com/2021/10/the-end-libro-y-exposicion-de-cecilia.html

Encetamos noviembre con otra presentación, en este caso de Thanam y Yael en el teatro Benevivere de la capital del Bierzo Alto, cuyos autores son Mari Cruz y Orlando, que allá por el mes de abril de este año (olvidé incluirlo en este mes) se mostraron bien hospitalarios enseñando sus lugares sagrados de Folgoso de la Ribera, la tierra de los jainines. 

https://www.youtube.com/watch?v=pykH-nXqTkc 

Un libro en el que trabajé con intensidad porque tuve la ocasión de corregirlo. Me gusta esta labor de corrección, aunque confieso que requiere de mucho tiempo y dedicación. http://cuenya.blogspot.com/2021/11/thanam-yael-y-el-retorno-de-la-verdad.html 

Uno mismo presentó el libro Desde las entrañas en la casa de las culturas de Bembibre. https://cuenya.blogspot.com/2021/11/desde-las-entranas-en-la-casa-de-las.html y también en el campus de Ponferrada, con el apoyo del escritor Ruy Vega y Pilar Marqués como Vicerrectora del campus, que hizo una entrañable presentación de mi persona, algo que le agradezco. Tampoco quiero olvidarme de la Televisión de Ponferrada y la amiga María de Miguel, que me hizo una entrevista con este motivo. Bueno, María siempre está ahí como buena amiga que es.

En casa de las culturas de Bembibre

Fue un placer volver a la casa de las culturas de Bembibre, que uno siente como su casa. Con un público extraordinario. Con quien pude mantener una conversación interactiva. Sigamos reflexionando acerca del mundo en que vivimos, quiénes somos y hacia donde nos encaminamos. Sigamos buceando en el consciente y aun en el subconsciente. Con ilusión. Con esperanza y por supuesto con pensamiento crítico. Mi agradecimiento a quienes acudieron a la presentación, entre ellos Elba, Elsa, Mise, Toñi, Mari Paz, Nidia, Carmen, Loli, Raquel, Jovino Andina o Eduardo Keudell... Y por supuesto a la concejala de cultura Belén Martín y Mario Pérez González del periódico Bembibredigital.

El propio Ruy Vega presentó su libro de ciencia ficción La última misión Apolo en el Museo de la Energía de Ponferrada. Y allí estuve para darle mi aliento ante un público numeroso y entregado. Me obsequió con su libro y una dedicatoria entrañable. Grande Ruy, que estuvo arropado, además de los asistentes, por la periodista y escritora Noemí Sabugal, el profesor y escritor Sergio Barrio y la concejala de cultura de Ponferrada Conchi Vega.

Un placer escuchar, para finalizar el acto, a los nuevos creadores, que en este caso eran niños, entre ellos, el hijo de Ruy.
Allí estuvo también la librera Marta, de Quiñones. Un placer grande que pudiera asistir a esta presentación. Y compartir un momento así con gente amiga.
Lago de Carucedo

Después de algún tiempo regresé a este lago forjado con la lírica de los romanticismos. A Gil y Carrasco le sirvió de inspiración para componer su obra porque bajo sus aguas se esconden pepitas de oro y misterios. Lago de leyendas, Carucedo me sigue cautivando como si fuera la primera vez que me sumergiera en sus aguas.
De repente, se abrió un valle de color y fantasía, con la sonrisa medular de un tiempo otoñal. Una aparición o alucinación visual que me trasladó al valle de las rosas, en pleno corazón del Atlas. Aquel día lucía un sol espléndido mientras contemplaba extasiado Las Médulas.
Y luego me acerqué a Cornatel, siempre fascinante, como castillo y espectacular mirador al Bierzo.
Cornatel

Como una tarde de otoño viejo, con la morriña acechando tras algún olmo viejo, deambulé con la sensación de haberme adentrado en algún bosque milenario, donde habitan las xaninas y los duendes.
Como una tarde de otoño viejo, con su música melancólica a cuestas por algo que pudo haber sido y no fue, vagué como un espectro bajo las hojas secas y la luz dorada del tiempo presente, sumergiéndome en las profundidades de un mundo nuevo.
Ahora sigo con mis ensoñaciones, que es un modo de sobrevivir a este mundo caníbales y reyes y reinas. 
Ahora, mientras camino por las veredas de mi pueblo, se me aparece un cielo sonrosado, el cielo de las ilusiones. Como un vino que embriagara mi espíritu en una tarde de otoño. Entonces, comienzo a respirar aire puro a través de los poros de la Naturaleza, con la sensación de adentrarme en el huerto de las delicias, bajo el calor y la luminosidad de un nuevo día.
La llamada salvaje de las montañas me conduce directamente a un espacio de libertad impregnado por un azul comestible.
Cena literaria en el Trastevere

De repente, otra vez, me encuentro con algunos amigos que deciden hacer una cena literaria en el Trastevere Ponferradino.
El Trastevere romano me entusiasma. Y este restaurante, enclavado en el corazón de la capital del Bierzo, también, sobre todo si uno está en compañía de buena gente, con verbo y poesía en su interior.

En este mes la actriz mexicana Ángeles Rodríguez, que está afincada en León desde hace años, interpretó el monólogo Serena en Valencia de Don Juan, que tuve a bien escribir para ella.

Aparte de presentaciones, clases, entrevistas a autores y autoras, que uno hace semanalmente para la fragua literaria leonesa en ileon.com, me gustó viajar a las Asturies, visitando lugares que no conocía como Espinaredo o Torazo. De ello doy fe en este enlace: https://cuenya.blogspot.com/2021/12/asturies-que-guapina-yes.html

A finales de este mes, la nieve asomó su rostro a la sierra de Gistredo, el útero, la matria, donde sentí por vez primera el latido del mundo, la belleza del universo, que a buen seguro conformará para siempre el ser que uno es.

Monumento al minero.Taverga

Diciembre nos visitó con la matanza del gocho a la antigua usanza gracias a la Asociación de las Rapinas, que mantiene viva esta tradición en el Bierzo Alto, en este caso, en la matria, en el útero de Gistredo.

Esto ocurrió el 4: Día de Santa Bárbara, patrona de los mineros. Salud, creadores, mineros que llevamos en las entrañas.

La matanza reunió al paisanaje del pueblo en torno a un vaso de vino y unas viandas. Pues eso, qué siga corriendo la juerga.

Y unos días más tarde volví a asistir al espectáculo de la nieve en el útero, llegando a creer que había aterrizado en el Polo Norte.

El útero de Gistredo

Papá Noel, cargado de aguinaldos, se deslizó en trineo por las praderas nevadas de aquel qué verde era mi valle, sintiendo que el mundo es una aldea global. La nieve me esquimalizó. Y me devolvió una sonrisa blanca.

Un placer volver a La Moncloa de San Lázaro, en Cacabelos, en compañía de buenos amigos para disfrutar de un día luminoso de diciembre y suculentas viandas. A ver si el amigo periodista Juanma Colinas puede hacer su Botillo del Bierzo (Ciberbotillada) el próximo año, allá por el mes de enero, en este lugar emblemático, al que he podido asistir en alguna ocasión.
Cacabelos es por lo demás la cuna del siempre recordado amigo el escritor Fermín López Costero, al que me unía la escritura y los afectos.
A lo largo de estos últimos días quise acercarme a Madrid para ver la puesta en escena de La lluvia amarilla, pero me dijo el propio Julio Llamazares, tan atento y generoso como siempre, que ya no quedaban entradas. Así que esperaremos a verla en otro sitio, más o menos cercano, porque merece mucho la pena.
La lluvia amarilla es de lo mejorcito que se ha escrito. Siento devoción por esta novela escrita como si fuera un colosal poema. Mucho éxito y mi enhorabuena para su creador y amigo Julio.
Por otra parte, reconozco que me ha divertido e instruido leer Palabras hilvanadas, de Margarita Álvarez, que acaba de presentarlo en la casa leonesa de Madrid.
Mi agradecimiento a ti, Margarita, por este libro maravilloso, editado por Lobo Sapiens, editorial comandada por el escritor Reñones. Y por supuesto mi gratitud a David Rubio como responsable de La Nueva Crónica por publicar este reseña.
Aún quedan algunas semanas de diciembre, así que a ver qué dan de sí. De momento, esta misma semana, a partir de este lunes, haré, como coordinador de la Universidad de la Experiencia en el Campus de Ponferrada, una semana dedicada al cine mexicano. Y para finalizar la semana me iré a Madrid (no sin antes hacer una PCR, que espero salga negativa) para desde ahí emprender viaje en busca de luz. Veremos, que dijo el ciego de El Lazarillo. Creo que esto acabo de sacármelo de la chistera.