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viernes, 15 de octubre de 2021

Siempre nos quedará Madrid

 Madrid es ciudad a la que uno siempre viaja con ganas. Con ilusión. Y este reciente viaje, que coincidiera con el Puente del Pilar, me ha resultado extraordinario. Allí que me fui desde el Bierzo a presentar dos de mis últimas obras, Del agua y del tiempo y Desde las entrañas. 

El lugar de presentación fue, cómo no, la casa leonesa, en la calle del Pez, que congregó, a pesar del Puente, a bastante gente. En realidad, la sala estaba llena. O eso me pareció. A sabiendas de que mucha gente del Bierzo (también de mi pueblo), de León en general, me dijera que no podría estar porque viajaría fuera por ser un fin de semana largo. 

Me hizo mucha ilusión regresar a Madrid después de tanta pandemia. Allí había estado a finales del 2019 después de mi viaje a Túnez.


Y me prestó mucho recorrer lugares de siempre. Me encantó volver a El Retiro, tan lleno de vida, incluso llegué a ver una exposición magnífica en la Casa de Vacas, realizada en acuarela por el artista francés Charles Villeneuve. Visita que hice en compañía del paisano y amigo Benjamín, que también me invitó a comer a su casa. Y aun pude darme alguna vuelta por algún sitio que no conocía. O no recordaba. 

Una tarde en El Retiro este domingo, con la luminosidad de un otoño estival, que te hace sentir la belleza y te religa con la naturaleza en medio de una gran ciudad. Me entusiasma este sitio, qué tan buenos recuerdos me trae.

Con Camino 
Y por supuesto me encantó que me acompañaran la escritora y profesora de origen omañés Margarita Álvarez, que escribió el prólogo del libro Desde las entrañas, y la también escritora y profesora María José Prieto, originaria de Santa Marina del Rey, que escribió el epílogo del mismo. 
La exposición que hizo Margarita fue sobresaliente, como queda constancia por escrito en un texto que publicara en el diario leonés La Nueva Crónica a propósito de mis libros: https://www.lanuevacronica.com/escribir-como-pulsion-vital
Mil gracias, Margarita, por tu gran labor. Y mi agradecimiento a María José, que además de su presentación siento que me tiene mucho afecto, como me ha demostrado a lo largo de este tiempo, sobre todo en esta última época, que se ha volcado de un modo increíble.  Y por supuesto, ahí estuvieron Felipe y Julián, sus compañeros de vida. Gente entrañable. Mi gratitud también por vuestra hospitalidad, por vuestra invitación. Con personas como vosotros se puede ir al fin del mundo. 
Me gustó mucho ver a gente conocida y amiga en la casa de León (no me olvido de ti, Paúl Sarmiento, gracias. Y de ti también, Chema Hidalgo) así como gente del útero de Gistredo: Raquel y el propio Benjamín, y aun otras personas maravillosas, como tú, Camino Pastrana, y tú también Babel... Sol Gómez, Marta del Riego, Jesús Díez... Chema y Rosa, Salomé, Santiago Trancón, Toño Benavides y su chica, Beatriz y su marido... y tanta gente.
Gracias a tantos cuantos habéis asistido. 
11 de octubre
Público

De repente, Madrid se alza como un Manhattan inmaculado (bueno, esto no sé si es adecuado, tal vez estaba pensado en la pintura de Murillo) y me traslada a otro tiempo. Como en una ensoñación.
Prosigamos nomadeando por la capital del Reino, impregnada toda ella por las huellas literarias de Cervantes, Lope, Quevedo, Gómez de la Serna, Valle Inclán, Larra, Umbral y muchos más.
De Madrid al cielo de los espejismos azul y rosa. Ahora se me acaba de cruzar el espíritu de Picasso, con su rostro cubista.

Algo de nostalgia sí sentí al recordar en la presentación el fallecimiento del amigo escritor y periodista José Luis Moreno-Ruiz, que llegara a presentar, junto al periodista toreniense Juanma Colinas y  y el músico y poeta Ángel Petisme, mi libro Mapas afectivos en la casa leonesa de Madrid. 

Moreno-Ruiz siempre será un maestro al que recordaré con cariño. Memorable se me hacía su programa de radio Rosa de Sanatorio en Radio 3 allá por los años 80: https://cuenya.blogspot.com/2021/01/adios-al-maestro-moreno-ruiz.html?m

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Público

El genio Lorca, que llevaba la música, la poesía y el teatro en vena, en las entrañas, por eso fluyen sus versos y sus letras y toda su dramaturgia, parece saludar al visitante desde la madrileña la plaza de Santa Ana, en el centro mismo de la capital.
En esa misma actitud, también en la plaza de Santa Ana, parece mostrarse el literato y filósofo Calderón, el de la barca, tal vez de Caronte, contándonos y soñándonos la vida en este teatro del mundo.
Margarita, Ramiro, Paz, Sol y Cuenya

La ciudad de Madrid es siempre una fiesta y un buen motivo para recorrerla. Además, ese fin de semana largo coincidió con las presentaciones de un libro del entrañable amigo Ramiro Pinto (el sábado 9 de octubre) y otro de la amiga Paz Martínez (el domingo 10 de octubre) en la biblioteca Iván Vargas, en pleno corazón del Madrid de los Austrias, en un antiguo caserón, que está chulísimo, con un patio magnífico, con magnolios y un pozo. 

Con Benjamín

Ramiro Pinto, que es una mente lúcida, nos habló, entre otras muchas cosas sustanciosas de que vivimos en una realidad evaporada, de la dictadura del protocolo y que escribir es espejear, todo ello a propósito de su novela Chirimiri, el nido de los sueños. “Un salto en la literatura del realismo mágico a la magia de la realidad, porque la vida sucede sin que nos demos cuenta… De improviso buscamos un sentido que a veces nos atrapa porque nos lo creemos, cuando todo cambia en cada uno de nosotros y en el mundo, tanto el que nos rodea como el que nos envuelve". 

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Público

Acabo de cruzarme con la actriz Ángela Molina en la madrileña plaza de la Marina Española. Qué curioso. Y ni siquiera he podido reaccionar. Todo un mito de la interpretación. La recuerdo como actriz fetiche de Buñuel. Y en otras muchas pelis. Por supuesto no me dio tiempo a hacerle una instantánea, incluso con cámara en ristre. Por cierto, iba pensando en que un buen día estuve con el cineasta Gonzalo Suárez en la plaza de Oriente. Que luce bellísima. Como todo ese Madrid lleno de arte y de historia.
Me encanta esta capital a la que no volvía desde algo antes de que comenzara la pandemia.
Un canto a la vida y a la Belleza, que sigue engendrando amor y bondad.

Lástima que llegara ya tarde a la presentación el domingo 10 (la presentación, como la de Ramiro, era a las doce de la mañana) y no porque me durmiera, antes al contrario, sino porque viví la odisea de darle apoyo a una chica marroquí, Mouna, que necesitaba ayuda.

Y la encaminé al Samur social de la Carrera de San Francisco, donde al final la atendió por fortuna un trabajador social, Víctor. Si bien es cierto, la noche anterior, después de coincidir con ella por azar el amigo Benjamín y un servidor en la Plaza Mayor, le ayudamos en lo que pudimos. De entrada a invitarla a un bocadillo de calamares, tan típico, y un café con leche. Una aventura increíble. Si es que Madrid es puro realismo mágico. No hay más que darse una vuelta por la Gran Vía, donde puede verse a gente durmiendo al sereno, al raso, a la intemperie, incluso algún tubero que te hipnotiza con su música, tocando con unas suelas de zapatilla. Puro realismo mágico o pura magia de la realidad, como apunta Ramiro Pinto. Una aventura para vivir en todo su esplendor. 

Y el domingo por la noche, también por azares de la vida (si es que el azar es esencial en nuestras existencias) nos topamos, en concreto en el Museo del jamón de Sol, con Eliza, de origen hispano, que contó una conmovedora historia de novela latinoché. Y lo mejor de todo es que conoce Matallana de Torío y aun otros lugares de la provincia de León. Curioso. De repente, León aparece en el mapa. Pues de Manzaneda de Torío, cerca de Matallana, son los escritores Pedro y Andrés Trapiello, la saga de los Trapiello (por cierto, Andrés es un peso pesado de la literatura española, que ha escrito un libro sobre la historia de Madrid, que me gustaría leer). Y es que la capital de España da mucho de sí. Merece la pena ser visitada de vez en cuando, sobre todo para quienes vivimos en provincia, como dicen los capitalinos. 

https://cuenya.blogspot.com/2020/03/madrid-en-las-entranas.html


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