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lunes, 25 de octubre de 2021

León, la provincia que más ruge, por Aniano Gago


Se alegra uno de que el periodista y escritor Aniano Gago, colaborador de la revista La Curuja, se acuerde de uno en este artículo sobre León en esta revistur: https://www.revistur.com/
Enhorabuena
, Aniano.

“La historia de Léon es incomparable, inmensa, determinante en el devenir de España. Por eso sus gentes miran hacia atrás con el objetivo del futuro, porque lo mejor de esta tierra está por llegar.”

“León capital tiene un patrimonio único, maravilloso, pero toda la provincia está llena de monumentos excepcionales. No puede concebirse León sin viajar por su pueblos, meterse en sus entrañas, saborear su gastronomía y hablar con su gente.”

Aniano Gago

     Primero fue campamento militar (Legio VI Victrix), después Legio VII Gemina, después reino suevo, más tarde reino visigodo, después llegaron los musulmanes tras ocupar casi toda Hispania, fue recuperada por Alfonso I, más tarde estuvo deshabitada (a algo nos suena esto ahora) hasta que Ordoño I la integra en el Reino de Asturias, se repuebla, y finalmente Ordoño II convierte a León del Reino Astur iniciándose el Reino de León. Hablamos del año 914.

 

    ¿Alguien tiene más historia en esta Península? Porque es que ahora que he leído dos tomos de la formación del Condado de Castilla, del que fuera catedrático de Historia de la Universidad de Valladolid, Gonzalo Martínez Díez, es cuando he descubierto de verdad, y no con apuntes sesgados, la dimensión real de León. Una historia jalonada de valientes, de reyes con poderío, como los Ordoños, como los Ramiro, como García, como tantos otros. Una historia llena de dimensión que ahora sigue enhiesta. Una historia desde donde se fundamenta la lucha cristiana contra el poder islámico en la Península.  ¡Casi nada! Por supuesto que el Reino de Pamplona y el Condado de Castilla, sobre todo a partir de Fernán González, son piezas claves en esa lucha, pero León tiene un apartado propio, esencial y determinante en el devenir histórico en el que ahora vivimos.


                      PRIMERAS CORTES DEL MUNDO


    León tiene dentro la fuerza del nombre, el rugido permanente de las gentes que lo habitan; gentes indomables, capaces de haber hecho las primeras Cortes del mundo, que es como decir ser pioneros de la actual democracia. Antes que Inglaterra, antes que nadie, en 1188, reinado de Alfonso IX. De hecho, la Unesco la ha reconocido en el Programa Memoria del Mundo, como “el testimonio más antiguo del sistema parlamentario”. ¿Alguien puede presumir más? No. Otra cosa es que la Historia evoluciona, unos imperios se vienen abajo y otros emergen. Pero León, con esa fuerza natural que acompaña a esta tierra, sigue ahí con toda su vitalidad. Ahora integrada en la Comunidad Autónoma de Castilla y León, gobernada desde la Diputación Provincial y orgullosa de saber lo que fue y estar convencida de que lo mejor está por llegar. Eso siempre pasa cuando se tiene visión de pueblo, se sabe de donde se viene y se tiene capacidad para avanzar, por convencimiento, por recursos y por amor a la tierra.


    León es la Pulchra Leonina, esa maravilla de catedral que para mí siempre encerró la perfección. Cada vez que la veo siento lo mismo y digo lo mismo: la perfección existe. Y me entusiasma la Colegiata de San Isidoro, y todas las tumbas que encierra, que vienen a ser la memoria humana más clara y precisa de una tierra. Me deslumbra San Marcos, y me deja anonadado que ahí estuviera encarcelado mi más admirado escritor: Francisco de Quevedo y Villegas. Los nombres que acompañan a esta ciudad son inacabables, por eso solo podemos dar apuntes. Palacio de los Guzmanes, Casa de Botines, Palacio del Conde Luna, iglesias de San Martín y San Marcelo… museo de Arte Contemporáneo, Fundación Vela Zanetti (que no era de Burgos que era de León).

                             PUEBLOS Y GENTES


   Pero León son sus montañas, sus ríos, sus gentes, sus pueblos, si unos sugerentes otros colmados de patrimonio y riqueza histórica. El problema es resumir un imposible. Porque León llena libros y libros, bibliotecas y bibliotecas.  He hablado un poquito de León capital. Pero y ¿qué decir de Astorga? La capital maragata, además de su catedral, encierra una personalidad única, hasta en el nombre: Austurica Augusta, nada menos que el mayor emperador romano, Augusto, (27 a.C. 14 d.C.). Allí dejaron huella muchos artistas, pero uno muy especial, Gaudí, con su Palacio Episcopal. A mi de Astorga me gusta todo, pero fundamentalmente su chocolate, y su cocido maragato, siempre con Castrillo de los Polvazares y Santiago Millas como puntas de lanza.

  De joven, siendo futbolista, fui a jugar con el Zamora a La Bañeza. Nos ganaron, pero aquello ya no importa. Me quedé con las iglesias de Santa María y San Salvador, su plaza mayor y el inigualable sabor de sus alubias. La Bañeza presume de carnavales con razón, y de tener una personalidad muy definida, hasta el punto de haberle dado la reina regente María Cristina el título de Ciudad, acogido en 1896 con regocijo tras inaugurarse el ferrocarril Plasencia-Astorga.


    Ponferrada tiene la fuerza que le dio el hierro y el carbón, y el ser la capital del Bierzo, el maravilloso Bierzo, lleno de uvas y viñedos, de árboles frutales y riqueza aurífera, la que se llevaron los romanos, con Trajano al frente en algunas etapas, antes de que este ocupara el máximo poder romano. Lo explica muy bien Santiago Posteguillo en su libro “Los asesinos del emperador”. Leí con delectación este libro donde descubrí como explotaron las Médulas para sacar el oro que habría de servir para conquistar las tierras más allá del Rin. Ponferrada es templarios, Casa de los Escudos, Basílica de la Encina, Ayuntamiento..., es, sobre todo, un puente de hierro sobre la historia, viejas minas de carbón, Camino de Santiago, el que he cruzado gracias a un botillo por su sitio…y radio, la del museo Luis del Olmo, con quien trabajé, a sus órdenes, en Barcelona, en su “Protagonistas”, allá por 1980 y 1981…Ponferrada es museo de Energía, es gente de raíces, es   

capital del Consejo Comarcal del Bierzo…Ponferrada es mucho.

                           LO QUE FUE QUE ES Y NO ES

 

  Riaño…Riaño lo que fue y no es, su valle, su agua, su inundación, es recuerdo, es sacrificio, es una historia cambiada, es paisaje, es montaña, es pantano, es la puerta del Parque Nacional de los Picos de Europa…Siete fueron las poblaciones sumergidas por las aguas cuando se hizo el pantano. Entonces yo era Jefe de Informativos del Centro de TVE en Castilla y León y nunca olvidaré las refriegas de los vecinos ante lo que se les venía encima contra la policía…Anciles, Escaro, Burgón, La Puerta, Huelde, Pedrosa, Riaño, Vegacerneja y Salio…todo se lo llevó el `progreso´… ¡Qué ironía! Como diría Miguel Delibes…``ese no es el progreso que a mi me gusta´´. Pero ya es tarde. Ahora hay que ir a Riaño para seguir descubriendo la belleza nueva, la que quedó, la que se ha formado. La Ermita de Nuestra Señora del Rosario sigue siendo un lugar a visitar tras ser trasladado piedra a piedra, como San Pedro de la Nave en Zamora con el pantano de Ricobayo. Y, para los nostálgicos, no dejar de ir al Paseo del Recuerdo, pegado a las aguas, así como visitar los miradores de Las Hazas y de Valcayo.


    Villafranca del Bierzo… ¡qué señorío, qué palacios, qué conjunto histórico artístico…! La iglesia de Santiago yo la he visitado con devoción, como antesala de Compostela, templo románico de finales del siglo XII…capilla barroca del XVIII…portada norte del Perdón…visita obligada por los 300.000 peregrinos que cada año van a Santiago de Compostela. A mi Villafranca del Bierzo me lleva siempre a la lectura de Antonio Pereira -¡qué grandísimo escritor fue!-, a comer su botillo, a dormir en su parador, a descubrir sus alrededores, a leer su fascinante historia…La primera vez que visité Villafranca del Bierzo me dije: ¡cómo es posible que no conocieras esto! Y es que no sabemos de la misa la media.

   A Molinaseca he llegado renqueante desde la Cruz de Fierro de Foncebadón en el Camino de Santiago. Desde allí una bajaba dura, llena de piedras, se convierte en el mayor enemigo de los tobillos. Según vas bajando divisas Molinaseca y sientes alivio, pero siempre queda un trozo por cubrir. Pero si llegas en verano te tiras al agua de su estanque-piscina natural que hace el río Meruelo y se te alivian todos los males. ¡Qué maravilla Molinaseca! Siempre con bares abiertos a la pitanza, con casas solariegas y blasonadas, con historia, con piedra y mundo rural, su inigualable puente, el de los Peregrinos, rodeado todo de robles y castaños… Molinaseca.

    San Andrés del Rabanedo está pegado a León capital, pero tiene su propia esencia, su personalidad generada por sus más de 30.000 habitantes y sus concejos, bien asentados y definidos, marcados por la impronta del río Bernesga… ¡Cuántos soldados han pasado por El Ferral del Bernesga!... su campamento… Zona de cereales, hortalizas y comercio…que está dejando de ser pueblo para convertirse cada vez más en ciudad. Es el signo de todos los pueblos que han crecido pegados a las ciudades mayores, en este caso León. He ido poco, lo confieso, a San Andrés del Rabanedo. Pero no olvidaré que una vez fui al notario, donde se firmó un importante acontecimiento comercial. De significada relevancia para León. Pero eso no lo contaré, que no viene a cuento.


    Bembibre, Benevívere, lugar de bien vivir, muy medieval, de entonces y de ahora. He ido mucho a Bembibre, tierra también del olvidado carbón, y del hierro, pueblo acogedor de inmigrantes, abierto, siempre con ganas de vida. Está en el Alto Bierzo y sus gentes son tranquilas, calladas y apacibles. Rodeada de montañas asequibles a los andarines. El río Boeza riega la zona, y el Noceda, de los que tanto hablaba el escritor Ernesto Escapa. De Noceda del Bierzo es el corresponsal en Berlín de TVE, Miguel Ángel García, que fue compañero mío en el centro de TVE en Valladolid. Gran periodista. Pedanía, o concejo de Bembibre, es Viñales, donde vive mi amigo Eduardo Keudell, escritor hispano-argentino que ha enseñado a los bercianos a hacer asados de su tierra al tiempo de impartirles clases de literatura. Su mujer Manoli, sí es del Bierzo, de La Silva, y domina bien los entresijos y las conductas de la zona. El Teatro Benevívere es el centro cultural de la zona. Los grandes vinos del Bierzo siempre son aquí santo y seña, perfectos para completar las horas dedicadas al trabajo físico y al intelectual. Cerca la Sierra de Gistredo, la que tanto nombra en sus escritos el gran Manuel Cuenya.

                                SEÑORÍO Y CARBÓN


   Valencia de Don Juan tiene tanta historia como señorío, la que dan sus tierras, en plena vega del Esla, próximo todo a los Oteros. Edad del Hierro, romanos, visigodos, árabes…multitud de personalidades en todos los tiempos, siempre la historia dentro, con la iglesia de San Pedro en su centro, levantada a principios del XIX. El municipio lleva a gala que fue sede del Concilio de Coyanza, convocado por el rey Fernando I. Señorío de Valencia de Campos, Condado de Valencia de Don Juan, Ducado de Valencia de Campos…Su castillo, imponente, majestuoso, indica todo lo que fue y sigue siendo Valencia de Don Juan. Pasear por sus calles es llenarse del pasado, de su historia, y ver que el futuro le seguirá perteneciendo. Es el centro de la comarca y su industria harinera siempre fue muy relevante.   

   La provincia de León es inacabable, pero termino recordando dos lugares señeros también, como Pola de Gordon y Villablino. Pola de Gordón está a orillas del Bernesga y las montañas amparan toda su simetría. Como Villablino, en medio de las cumbres, zona muy minera, siempre pendiente de la nieve, del tiempo. Dos poblaciones llenas de historia también, y sobre todo de trabajo y esfuerzo para sacarle a la tierra lo mejor de sus adentros. En Pola estuve en una boda donde corrió el vino y se desbordó  la alegría, como correspondía. Y en Villablino jugué un partido de fútbol, allá por 1971, en el que el campo estaba cubierto de nieve y las líneas pintadas de rojo. El agua para ducharnos al término del partido procedía del deshielo. ¿Ustedes creen que puedo olvidar Villablino? No, claro. Y menos admirando, como admiro, a su gran escritor: Luis Mateo Díez, el de la `Fuente de la Edad´. Lo he entrevistado varias veces. Un fenómeno. Como tantos escritores de primera línea nacional naturales de León, una tierra que genera talento a raudales y emociones maravillosas a todo aquel que la visita. Pues eso: Viva León, que es mi Reino. (Servidor es de Zamora, del Viejo Reino de León).

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