Siempre resulta agradable reunirse con gente para compartir palabras, incluso memoria afectiva. Al menos quienes creemos en esto de la escritura, la escritura como salvación de los males que asolan y aquejan a la Humanidad. Bueno, no hace falta ser tan pretenciosos. Basta con que la escritura cumpla su función comunicativa, catártica, terapéutica, al menos para uno mismo. Y lo importante es reunirse, charlar de lo humano, demasiado humano, conocerse, al menos un poco, mostrar nuestros sentimientos y emociones, que suelen aflorar cuando uno escribe, porque a través de la escritura nos mostramos, incluso más de lo que creemos, porque la escritura es un reflejo, harto fiel, de lo que somos, de quienes somos.
Participantes y amigos/as en Noceda, con el fondo de Gistredo |
En un mundo capitalista, donde todo lo manda el dinero, y la producción -pues somos meras marionetas, puros numeritos, de un engranaje perverso-, la poesía, la literatura en general, cumple una función importante, al menos nos ayuda a imaginar, soñar, creer en otro mundo, que quizá sea posible, aunque dentro de éste, para dejarse ir, incluso contracorriente, la literatura como ese lugar al que no van a parar quienes están atados de pies y manos, los miedosos y los cobardes, en extremo apegados a lo convencional, a las normas establecidas, a lo cotidiano vulgar. Qué pena.
Isabel Llanos y Daniel H. López Abella |
Aunque debemos ser conscientes de que en el mundo llamado Tierra, siendo en verdad generosos, la mayoría de la población subsiste como puede. Y el analfabetismo y sobre todo la ignorancia son altísimos, pues ya se encarga el suprasistema, el Gran Hermano que nos vigila, de que esto sea así, para que el personal no se mueva, no piense, no analice, no desarrolle un pensamiento crítico, analítico. Y por esa vía no tienen cabida ni la poesía, que puede ser reveladora, ni la filosofía... ni nada que nos invite a reflexionar, incluso a poner en cuestionamiento el mundo en que vivimos, que está diseñado para explotar, sacarles bien el unto, a los pobres seres humanos, demasiado animales.
Por eso, aunque seamos ingenuos y utópicos, creemos que unos chutes psicodélicos de poesía, de narrativa, de amor y afecto, nos vienen bien de cuando en cuando. En realidad, las palabras literarias y los afectos debieran prevaler sobre todo y en todo momento.
Ayer fue una tarde amable, con la intervención de varios autores y autoras, que pusieron sus granitos de arena en el oasis nocedense, todos ellos y todas ellas con sus propios estilos, lo cual agradezco. Y por supuesto con el arropamiento de familiares, amigos y amigas, entre ellos y ellas, Javi, Ana, Ricardo, Elena, Pili, Nina, Mingo, Auri, Venancio de Paz y Venancio Álvarez, Chente, Eladia, Emilio, Marta... Flor Méndez Villagrá, el escritor y periodista Eduardo Keudell..., o bien alumnos y alumnas de los cursos de escritura como Consilii, Elba y José Luis. Y luego la velada en amor y compañía, cenando y charlando en un entorno montañoso y verde, como lo es Noceda, y en concreto en Las Fontaninas. Gracias Miguel y Natalia por vuestra hospitalidad.
Público asistente |
El próximo año, si aún nos quedan dos gotas de sangre en las venas (y estamos en este mundo), seguiremos apostando por la poesía y la narrativa. Hasta siempre.
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