Hace unos días, en concreto cuando celebramos el magosto en Noceda, actuó Yann Tiersen en Santiago de Compostela, pues anda ahora de gira por Europa, o sea, que quienes queráis escucharlo, tendréis que ir a Francia.
En París da un concierto el 7 de diciembre, en La Maroquinerie. Buena oportunidad para acercarse a la capi francesa o bien a lugares más alejados como Holanda, Bélgica, Hungría, Rusia, entre otros, donde también estará este fenómeno de la música contemporánea francesa, la nouvelle chanson de la posmodernidad.
Me hubiera gustado ver/escuchar a este músico bretón, que nos cautivó con la banda sonora de Amélie. Qué disparatada y a vez fascinante película.
En cambio, tuvimos el placer de reunirnos con amigos y familiares en busca del fuego... sagrado, como una tribu o bien como aquella mítica peli de Annaud, que tanto le debe a uno de los grandes zoólogos y etólogos, como Desmond Morris.
La francesidad nos toca por todos los costados, música, cine, literatura, etc. No obstante, y para mi consuelo, hace ya algunos años tuve la ocasión de asistir a uno de sus conciertos. Fue en el Divino Aqualung de Madrid, y me encantó. Ahora estoy escuchando, vía internet, La rade.
La música de Tiersen, con su acordeón, nos devuelve a esa bohemia francesa, que tanto nos ha marcado y emocionado. Su minimalismo musical lo acerca a músicos de la talla de Mertens, Nyman, entre otros; que un día nos descubrió Ramón Trecet en aquel maravilloso programa de Radio, Diálogos 3, en Radio 3, la radio con la que hemos crecido y aprendido tantas cosas.
A veces me parece que Radio 3 fue como una verdadera Universidad de la Experiencia: Luz Elez, Diego Manrique, José Luis Moreno-Ruiz, Juan de Pablos, Jesús Ordovás, Tolentino, José Miguel López, y tantos otros excelentes radiofonistas.
Hemos tenido la suerte de saber quién es Tiersen porque ha sido el músico-compositor de varias bandas sonoras, entre otras, además de la archiconocida Amélie, que se escucha como fondo en la exposición Muñecas rotas, de Banca Porro, en La vida soñada de los ángeles o Good Bye, Lenin. Ya sabemos que el cine tiene mucho tirón, y da a conocer la música y los músicos.
¿Qué sería a veces el cine, la imagen, sin música?
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