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jueves, 9 de noviembre de 2023

Luis Mateo Díez, flamante ganador del Premio Cervantes

 Me alegra mucho que al escritor lacianiego, nacido en la vecina Villablino, le hayan concedido el Premio Cervantes, porque es uno de nuestros grandes narradores, con el Premio Nacional de Narrativa y el  Premio de la Crítica. Y encima leonés. 

Tuve el privilegio de conversar con él hace años, incluso vino al campus universitario de Ponferrada -en la etapa de la Escuela de cine- a impartir una charla y lo acompañé encantado. Me pareció un hombre ameno, cercano, un gran conversador, con mucha lucidez. Y eso me entusiasmó porque a veces ocurre que, incluso un buen escritor o buena escritora, no son santo de devoción en lo personal de uno. 

Luis Mateo Díez. Foto: La Nueva Crónica

Si bien he leído al gran Luis Mateo Díez, confieso que no tanto como debería, aunque a partir de ahora lo leeré más. 

No obstante, sí recuerdo con fascinación su Relato de Babia, al que le hago un guiño en El verde aroma del Noroeste. Y por supuesto El reino de Celama, territorio legendario, simbólico, que tanto me hace recordar la Comala de Rulfo, otro maestro de la narrativa universal, a quien he leído en su totalidad, Pedro Páramo, El llano en llamasEl gallo de oro. Bueno, su obra es realmente breve, aunque muy sustanciosa. 

https://cuenya.blogspot.com/2018/03/rulfo-o-el-mexico-profundo.html

Llegué a ver también, hace tiempo, la adaptación del Teatro Corsario de la Celama de Luis Mateo, de lo que doy cuenta en una entrada en este mismo blog. https://cuenya.blogspot.com/2013/11/los-muertos-de-celama.html


Me entusiasma asimismo el Teatro Corsario. 

https://cuenya.blogspot.com/2013/06/el-teatro-corsario.html

Recuerdo con mucho agrado la participación de Luis Mateo en la película El Filandón, de Chema Sarmiento. Con su relato Los grajos del Sochantre. Desternillante historia ambientada en la ciudad de León, con los grajos, el canónigo y la catedral como protagonistas. 

https://cuenya.blogspot.com/2016/12/pereira-y-el-filandon.html

El propio cineasta de Albares de la Ribera, Chema Sarmiento, adaptó un libro de relatos, Los males menores, de Luis Mateo, en una película del 2011 titulada Viene una chica, que tuve la ocasión de ver en León cuando se estrenó en presencia de su director, película en la que el académico y escritor Luis Mateo fue coguionista. Por ahí, en la película, anda como sacerdote el bueno de Andrés Martínez Trapiello. 

https://cuenya.blogspot.com/2018/02/la-fragua-literaria-leonesa-andres.html

Imagen de El Filandón, la película de Sarmiento

He leído algunos microrrelatos suyos, como El pozo o La carta, pues es todo un especialista en este género. Y hace años llegué a leer Días de desván, una delicia sobre su infancia en Villablino, y también La fuente de la edad, que espero releer. Cuenta el propio Luis Mateo acerca de esta su novela que los cofrades que la protagonizan son vitalistas, despendolados, heridos por la mala fortuna de unos tiempos infames, y por eso buscan en la Fuente la felicidad eterna que sólo puede construirse con sabiduría y libertad... La Fuente es un mito, una quimera, un ideal, un camino de salvación... 

El director leonés Julio Sánchez Valdés -al que recuerdo con agrado como profesor en la Escuela de cine de Ponferrada-, hizo una película a partir de La fuente de la edad, que no he visto. A ver si logro conseguirla y verla. En el guion de esta película también intervino el gran Julio Llamazares. 

https://cuenya.blogspot.com/2010/01/julio-sanchez-valdes.html

Mateo Díez fue uno de los fundadores, junto a los grandes poetas Agustín Delgado, Ángel Fierro y Toño Llamas -a estos últimos he podido incluso entrevistarlos-, de la mítica revista Claraboya, donde se publicaron sus primeros poemas. También en esta revista se publicó el maravilloso poema de Toño Llamas titulado No amanece

https://cuenya.blogspot.com/2021/05/la-fragua-literaria-leonesa-jose.html

Estamos de enhorabuena los leoneses con este premio Cervantes, que en el 2014 recibió mi admirado Juan Goytisolo y en el 2006 otro leonés, nacido en Oviedo, el colosal poeta Antonio Gamoneda. 

Mis felicitaciones a este hombre bueno, a este escritor brillante de Villablino llamado Luis Mateo Díez. 


domingo, 5 de noviembre de 2023

Sabios paisajes

Sabios Paisajes, cuyo subtítulo es Naturaleza y cultura campesina del Bierzo a través de sus estaciones, me ha cautivado desde el principio hasta el final. 

Se me antoja un libro bellísimo, esa es la palabra, creo, visualmente muy atractivo gracias a sus imágenes, sus "santos", como se decía antaño en mi pueblo. Y es que los "santos y santas" que ilustran esta obra corresponden, en su mayoría, a Isidro Canóniga, que es un excelente fotógrafo de paisajes, también humanos, porque también figuran imágenes de otras personas. De estos paisajes, sabios, que nos hacen amar la comarca del Bierzo, tan singular y mágica, sobre todo para quienes hemos nacido y crecido en la misma, para quienes en definitiva hemos aprendido a leer a través de sus paisajes y también de su paisanaje, porque este libro, ya desde las primeras líneas, nos alerta de que: "Aquella Naturaleza que siempre nos gustó era ciertamente más Cultura que Naturaleza. Aquellos paisajes que tanto hemos apreciado no eran en realidad paisajes sino paisanajes. Los árboles y los bosques que tanto amamos son también fruto del ancestral uso humano". Somos nosotros, en verdad, quienes modelamos la Naturaleza, los paisajes de nuestra memoria, con nuestra forma de ser y hacer. Y los paisajes del Bierzo, nuestros paisajes, "fueron creados y tutelados a partir de un inmenso elenco de conocimientos y prácticas concebidas a partir de la adaptación al entorno local y compartidos en comunidad", como bien resalta uno de sus autores, Alfonso Fernández-Manso, que me obsequió con este libro hace unos meses, lo cual le agradezco porque lo he disfrutado mucho. Y por supuesto me ha ayudado a conocer más y mejor nuestro entorno, nuestra biodiversidad, nuestra riqueza patrimonial. 

Valle del silencio-Isidro Canóniga

Es el profesor universitario y escritor Alfonso Fernández-Manso, junto con otros autores como Toño Nespral y Carlos Martínez, entre algunos más, uno de los artífices de este libro que no sólo es atractivo en lo visual, como decía, sino en otros sentidos, nunca mejor dicho, como el olfativo, el gustativo, y también el táctil y auditivo. Estamos, pues, ante una gran belleza comestible. 

A través de la Asociación A Morteira, que trabaja en el estudio, conservación y divulgación de la biodiversidad, Alfonso, Toño y Carlos se erigen en los editores de esta obra imprescindible, que nos adentra por la puerta grande a través de las cuatro estaciones del año -la estructura del mismo-, en nuestras tradiciones, costumbres, nuestros preciados productos como el vino, las castañas o las cerezas... “Imprescindible, no solo para los que habitamos la comarca berciana, sino para todo aquel amante de las tradiciones y los paisajes naturales, con textos de una pléyade de autores, amantes y profundamente conocedores de nuestra comarca”.

Lago Cheiroso-Isidro Canóniga

Este gran libro, en todos los sentidos, pretende, como ya se ha señalado, dar testimonio de toda esta inmensa cultura campesina y sus valores, pero también aspira a ir más allá analizando lo que fue (con una economía moral que sirvió para mantener vivas las aldeas con la búsqueda del bienestar colectivo mediante el concejo abierto) y lo que es en la actualidad el Bierzo. Con la esperanza de que se puedan emprender nuevos caminos verdes, sostenibles, para esta comarca que, a día de hoy, no luce su mejor rostro debido al abandono en que ha caído, tanto por parte de unos como de otras. Y encima con la implantación abusiva de complejos de aerogeneradores en lugares que hace tiempo hubieran debido preservarse como santuarios naturales, como reservas de la biosfera. 

Almendros-Isidro Canóniga

La idea básica es que el ser humano se integre en su entorno, logrando de este modo equilibrio, armonía. 

A través de las estaciones podemos disfrutar en todo su esplendor del esa cuna llamada Bierzo, cual si estuviéramos rítmicamente mecidos como bebés mientras escuchamos una nana, porque en esta comarca leonesa aún podemos degustar las cuatro estaciones, a saber, la primavera de sinfonías afrutadas de almendros, cerezos y moreras, pintada por urces y savias; el verano de las mil celebraciones y romerías, una estación de calechos y de siega, de huerta, centeno y pozas ribereñas, con el terebinto o cornicabra, la encina o xardón (emblemático el Peruchín hasta su derrumbe en 2019), los zofrerales o alcornocales (como el de Cobrana), los bosques de ribera (sauces o salgueiros, alisos o humeiros...), sebes, negrillos característicos (en el Acebo, Borrenes, Cacabelos, Columbrianos, Ferradillo, Narayola...) y las brañas; el otoño, que es tiempo de plenitud y humedad, de braseros y brumas, de migraciones, de sanmartinos, el otoño como síntesis de todas las estaciones, con el castaño, que es un tótem, los magostos, las setas, el asado de pimientos, los robles y nogales y la cultura de la vid y el vino (Denominación de Origen); y por último el invierno de nieve (la memoria de la nieve, según Julio Llamazares, en La Guiana, la Sierra de Gistredo...) y lareira, al calor de la lumbre, con los filandones. el ramo de Navidad, el Carnaval o entroido (los maranfallos de Burbia...), "ese invierno de lunas anchas y pequeños días", según el poeta Ángel González, una estación de tejos (como el milenario de San Cristóbal de Valdueza) y hayedos (como el Faxeiral de Busmayor, donde se celebra un encuentro literario). "Un tiempo estacional en el que anclar y encajar la sucesión de tareas agrarias y ganaderas, en la que marcar ritos y celebraciones". 

Bodega del Niño-Isidro Canóniga

Este libro contiene, asimismo, espacios dedicados a la fauna en el paisaje agrario tradicional, con urogallos, osos y el lobo como un superviviente nato, entre otros animales.... el ciclo del pan y sus paisajes, los hórreos, los molinos (consustanciales a casi todas las localidades del Bierzo), los hornos comunales... las fuentes y lavaderos públicos, las ferrerías y fraguas (la Herrería de Compludo, la fragua de Furil en Noceda -aunque no aparezca en el libro-...), los pueblos abandonados o semiabandonados, los palomares, como también me recuerda la amiga Irma Basarte, aldeas como Labaniego y ecoaldeas como Matavenero; las cantinas y bodegones (La cantina de Teixeira o La bodega del Niño en Cacabelos, por ejemplo). 

Con un glosario y referencias bibliográficas se da fin a esta obra en la que han colaborado varios autores y autoras: Ignacio Abella, Fernando Arias, Roberto Arias, Marisa Cela, Toño Criado, Dolores Fernández, Carlos Fernández, Xavier García, Félix J. González, Raquel González, Carlos Martínez, Bernabé Moya, Ana I. Nespral, Toño Nespral, Roberto Núñez, José A. Rodríguez, Héctor M. Silveiro, Luz Valbuena, Miguel A. Vizcay y el propio Alfonso Fernández-Manso. 

Aparte de las acuarelas, de Fernando Fueyo, petrografías, de Luis R. Díaz, cartografía, de Óscar y Alfonso Fernández-Manso, y  maquetación, de Javier Nespral. 

Canedo-Isidro Canóniga

Mis felicitaciones a todos ellos, a todas ella, por ofrecernos esta maravilla. Y en especial al colega Alfonso Fernández-Manso, ciudadano del mundo, capaz de ver más allá, de comprender una comarca como el Bierzo, cuya labor resulta extraordinaria. 

Un Bierzo con gran potencial.