Mi Vaticano es la tumba de John Keats
(La tumba de Keats, Juan Carlos Mestre)
La tumba de Keats, que está en un singular cementerio de Roma, nos recuerda, una vez más, nuestra condición de mortales.
Aquí no va a quedar nadie para cresta de gallo, dice el saber popular.
Aceptar la muerte como algo natural no resulta fácil, por más que le echemos literatura y buena voluntad al asunto.
Hace algunos días se dejaba la vida, como ya he escrito en este mismo blog, un familiar llamado Nino, cuñado para más señas, algo que me sobrecogió.
También por estas fechas se cumplen los aniversarios de muchos difuntos, porque la gente suele morirse mucho en otoño.
La muerte por accidente se me antoja estúpida, y la muerte por crimen me trastoca las neuronas.
En llegando esta época de muertos, de muertos que seremos, nos da como temblequera y nos entra “gorrión”, que diría Zoé Valdés. Pero conviene buscar el lado bueno del otoño, el impresionismo pictórico de los bosques bercianos, los magostos, los cumpleaños, por ejemplo el de mi padre, que hizo ochenta y un años, lo que es motivo de alegría.
La tumba de Keats es, por lo demás, un libro sublime de Mestre y una exposición fascinante sobre el cementerio romano, “juego entre la vida y la muerte”, cuyo autor es el berciano Robés.
Las fotos, en Blanco y negro, están acompañadas por textos del gran poeta, también berciano, Mestre.
El Blanco y negro como la expresión de verdaderos sentimientos.
Mestre |
Hace ya algún tiempo visité el Cementerio protestante donde está, entre otras, la tumba de Keats, el poeta romántico inglés. A la entrada del cementerio hay una placa con una inscripción que reza así: “Cimitero Acattolico per gli stranieri al testaccio. Protestant Cemetery”. Está ubicado cerca del metro Pirámide, en Vía Caio Cestio, al lado de la Pirámide Cestia, en el sur de la capital italiana.
El cementerio es pequeño y acogedor. Al lado de la tumba de Keats, desde la cual se tienen vistas hermosas sobre la Pirámide, están los restos de su amigo y poeta Joseph Severn, y no lejos de éstas se pueden ver las tumbas de Percy Bysse Shelley y su hijo William.
P. B. Shelley fue gran amigo de Byron y esposo amantísimo de Mary W. Shelley, la famosa creadora del mito de Frankenstein.
Grandes poetas románticos ingleses están enterrados en este cementerio, "el lugar más santo de Roma”, según Óscar Wilde.
También pueden verse las tumbas del hijo de Goethe y de Antonio Gramsci.
A uno, cual romántico, le entusiasman los cementerios, aunque resulta doloroso tener que visitar un camposanto en el que están enterrados tus seres más queridos.
Volveremos sobre el mito y la novela de Shelley.
cómo he disfrutado esta entrada.
ResponderEliminarY tomo nota, que se aprende mucho
y bueno por esta laridad del compañero
inquieto y minucioso con el que compartí
vino y palabra bajo la hospitalidad conquense
de Ángel Luis y María, De Idoia, Rafa, Curiel que ahora mismo está en Roma y ya ha visitado el cementerio citado así que otros muchos rincones infrecuentes, populares o imprevisibles.
Ganas de verte de nuevo, Manuel.
Un abrazote
Víktor