En Cuenca, como no podía ser de otro modo, se habló de poesía y poetas varios, se leyeron poemas al amor del jamón y el ron, y nos emocionamos sintiendo el ritmo de las palabras que tocan y acarician la piel sensual de la lírica. Víktor nos deleitó con sus lecturas, incluso la lectura de poemas de otros poetas, allí reunidos, en casa de Ángel Luis Luján, quien me obsequió uno de sus libros, donde recoge la poesía de varios autores, entre otros su propios poemas. Víktor Gómez también tuvo la gentileza de regalarme una de sus plaquettes artesanales, En un tiempo de gran orfandad, y Poemas del bosque y de la lluvia, cuyo autor es Antonio Rigo, una joyita, sin duda. "Cabalgo la serpiente del límite/ y no hay reposo/ sólo muerte o lucidez". Versos que me recuerdan al Morrison de los Doors. También leyeron sus poemas Miguel Mula y Rafa Escobar, mientras el gran Curiel pensaba a buen seguro en la composición de un poema, La Gatera, que algún día nos ofrecerá. Los poetas me han devuelto a una fantasía que ahora quiero mostrar:
"Viajé a través de la mirada inocente/con el silencio colgado de la razón/y el recuerdo atravesó el espacio de la demencia/por eso ahora estoy/entre el desequilibrio y un autobús de tercera/como un eco infinito/que susurrara el sabor de la belleza/porque he vuelto a resucitar de entre los marginados/para escuchar el grito azul/y el verano inspirador de los astros/quiero dejarme acariciar por el vaivén de las olas/y los girasoles untados de deseo". Seguiremos poeteando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario