Y ahora este poemita de noche y cuarto.
Algún día serás dichoso
cuando el mundo obedezca al raciocinio
y las mareas soplen fuerte
más allá de las hecatombes
cuando los humanos duerman
en el jardín de la bondad.
Algún día tocarás el meollo
entonces sabrás
de qué color es la muerte
tu muerte
y tus límites del cuerpo-mierda,
Qué difícil la incorrupción
ahogada en un grito
en un silencio aparente
lamida por la hipocresía
Te haces el longuis
como si giraras tu esqueleto
en el estiércol
de un cementerio que ironiza
sobre la muerte y el dolor
Aparcas tu yo irreal
tu yo revestido
carne-disfraz que se pudre
mientras procuras alejarte
porque tu cadáver sufre
y no quiere que el mundo
tus otros
lo vean
desarrapado
vacío
inerte
porque estás hecho de agonía
y tú lo sabes
con des-amor
y malestar en las entrañas
pero no olvidas
que algún día estirarás la pata
y nunca más serás tú
ni yo
y nadie hablará de ti
porque sólo fuiste peregrino
en los pasos inciertos de la vida
latido aterrador
que disloca tus vísceras
Ahora no pienses más
dora tu pellejo
come manzanas
y sueña con tu hija
que nunca fue.
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