"Ánimas benditas, rezo", esto se decía antaño en los pueblos, al menos en mi útero de Gistredo se decía esto.
Si no tenías para dar un donativo para las ánimas benditas (o sea, para la sacro-santísima iglesia), entonces proferías la palabra 'rezo', y así, con un poco de suerte, te librabas de apoquinar.
Tiempos medievales, con los que llegamos a convivir incluso quienes naciéramos a finales de los sesenta, cuando la religión católico-apostólico-romana imponía una forma de vida a sus fieles. Y todo giraba en torno a la misma.
Todos y todas derechitos/as por la senda de fe, apartados de todo pecado y sobre todo de toda lógica filosófica, de toda ciencia, de todo aquello que arroja luz sobre las sombras de un mundo en tinieblas y vuelto del revés, acaso porque nos han mostrado que hay vida después de la muerte, cuando lo que habría que plantearse es si realmente hay vida antes de la muerte, a tenor de lo que ocurre en casi todo el orbe, porque nacer pobre (algo por lo demás habitual en América, Asia o África... también podríamos incluir a Europa y Oceanía... y hasta el congelado continente antártico) es una gran cabronada. Nacer pobre y vivir con el espantajo de la ignorancia y el miedo, factores que nos acaban convirtiendo en auténticos esclavos al servicio del sistema antropófago que nos maneja y domina a su antoja. Pero hoy, aquí, no he venido para soltaros estas reflexiones, sino para poner en valor esta tradición de ánimas, este maravilloso espectáculo o teatro de la vida y la muerte.
Vanesa Díez |
La vida es un gran teatro. Y esto de las ánimas también. Así que que lo celebraremos por todo lo alto, como espectáculo que es, en el pueblo de Villalfeide, en la montaña central leonesa, este próximo jueves día 31 de octubre, gracias a la maestra y escritora Vanesa Díez (a quien me une el afecto de la amistad).
Gracias a ti, amiga Vanesa, podremos darnos cita en tu pueblo de adopción algunas personas (imagino que el pueblo estará ese día hasta los topes) para contemplar esa noche iluminada de ánimas, esta güeste.
Allí estaremos el tío Ful (que hoy mismo mismo nos ofrece su reseña en La Nueva Crónica: https://www.lanuevacronica.com/acorralando-al-halloween), el escritor Ángel Fierro (a quien hace tiempo que no veo) y este servidor de ustedes, almas puras, para festejar la vida en vida (eso quiero creer), para recordar a nuestras ánimas.
Bar de Villalfeide |
Tenía prevista la lectura de un poema del gran Poe (tal y como me había sugerido Vanesa) pero al final he decidido poner algo de mi cosecha, acaso porque uno podrá respirarla y sentirla como propia.
Nos vemos y nos sentimos en Villalfeide (donde espero estar por segunda vez en mi vida).
Ci sentiamo, que dicen en la bella Italia.
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