Reencuentro con Marga Merino, después de tantos años

Hace unos días me he reencontrado con la gran poeta Marga Merino, a quien no veía desde hace añares, pues ella vive en Estados Unidos. 

Con Marga Merino y Eduardo Aguirre. Foto: Marcelo Barrientos

No obstante, a lo largo de este tiempo hemos mantenido contacto vía correos electrónicos y whats (sobre todo en este último periodo de tiempo). 
Y hasta pudimos hacer entrevista-reportaje para la fragua literaria leonesa (una sección literaria que comenzara allá por el año de 2012 en Diario de León,  con una fragua dedicada al inolvidable Fermín López Costero: https://www.diariodeleon.es/articulo/cultura/el-microrrelato-narratividad-brevedad/201211270400001303372.html,
siendo Pablo Lago el director de este periódico). Y que he podido dar continuidad a través del diario digital ileon.com hasta la fecha actual, esperando continuar hasta que San Juan baje el dedo, como se decía antaño.  

https://www.ileon.com/cultura/073015/margarita-merino-espana-es-un-pais-tremendamente-cruel-en-sus-modos-y-mas-con-sus-propios-hijos

Lo cierto es que alguna carta nos mandamos Marga y este menda lerenda después de conocernos en Bembibre con motivo de un premio que me otorgara ella y otros miembros del jurado. Qué tiempos aquellos. Y qué jóvenes éramos. 

Con Aguirre. Foto: Marcelo Barrientos

La verdad sea dicha que, desde aquel encuentro, hace ahora más de veinte años, nos caímos bien. Recuerdo que ella iba en compañía de su hija Eria y a mí me acompañaba mi sobrino Pablo. 

Pues eso, después de tantos años (en otra ocasión nos encontramos de un modo esporádico en León) hemos vuelto a vernos en la "capital del invierno" (como ella misma dice de la capital de nuestra provincia), en esta ocasión con motivo de su recital poético en la Fundación Sierra Pambley sobre autores del Siglo de Oro español: Garcilaso (tendré que leer a este poeta de la Vega), Quevedo, Góngora, Cervantes, Lope, Fray Luis de León, Santa Teresa de Jesús... incluso nos habló del magnífico Bernal Díaz del Castillo, autor de la monumental 'Historia verdadera de la conquista de Nueva España'. A fuego se me han quedado grabados sus relatos sobre México (país en el que tuviera la ocasión de vivir en los años noventa del pasado siglo). 

Con su chispa y energía, con su sapiencia, Marga Merino, acompañada por el catedrático y decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la ULE, Juan Mata, y el periodista y escritor Eduardo Aguirre, nos deleitó a un público entregado, dispuesto a escucharla con mística devoción. 

Me alegra haberla visto, escuchado y sentido. Y quiero agradecerle expresamente desde este espacio bloguero las palabras cariñosas y cercanas que me dedicara en la cubierta trasera de mi libro 'Del agua y del tiempo', que tengo intención de presentar prontamente en la localidad de Bembibre, donde conociera a la poeta Marga Merino.  

En Del agua y del tiempo Manuel Cuenya, en la raigambre de su entrañada matria del “útero de Gistredo”, -berciano y gallego, asturleonés viajero, ciudadano errante de los países del afecto-, nos acerca aquellos paisajes que conoce y ama. Nos los ofrece puros, al hilo de la sangre primigenia y al espejo de la memoria, en la fidelidad de ser hijo y hermano, vecino y compañero, amigo y amante de sus lares próximos y lejanos que recorre en la pasión, gozo y dolor de la vida -y de sus exilios y sus pérdidas-, y nos devuelve así el calor del origen y el temblor de la infancia en un Bierzo íntimo que ilumina sus páginas. Hace Manuel Cuenya homenajes de sus débitos a las enseñanzas del padre; a las de la literatura, el cine y la música; a los descubrimientos de su deambular vital todavía al aliento de estampas incólumes, para recordarnos (vallejiano / bretchiano) -guerras fratricidas y caídos- el frágil halo de la fraternidad universal como la lección primera donde se funda y sustenta la armonía angular de la belleza más consoladora y una parte sustancial de la poción misteriosa con que se mezcla el secreto de la felicidad. Y nos recuerda, como cantaba Atahualpa Yupanqui, “que lo primero es ser hombre / y lo segundo poeta”.

Margarita Merino (MMdL)