Cultura
Gabriel Ferreras: "En lo literario ninguna ficción supera la realidad"
Manuel Cuenya
| 29/12/2015 - 14:06h.
El
narrador Gabriel Ferreras Estrada, autor de 'Son de canto rodado',
sigue viajando y escribiendo, ahora un capítulo sobre Rusia, que no
pudo incorporar en su libro de viajes. Y espera continuar con esta
temática viajera antes de mudar de línea y de metodología.
De padre leonés y madre asturiana, a Gabriel Ferreras
Estrada lo nacieron en Asturias, si bien su familia se trasladó a
Astorga, en época de posguerra, cuando él apenas contaba con seis meses
de edad. Y allí, donde conociera al poeta y narrador berciano Antonio
Esteban González Alonso, vivió su infancia y adolescencia hasta que se
fuera a la costa mediterránea, a la ciudad de Murcia, donde ha
desarrollado su labor como docente y funcionario hasta su jubilación. En
todo caso, sigue apegado a su tierra leonesa. "No veo la distancia, soy
leonés y estoy aquí, bueno, a lo mejor... no en todas las ocasiones",
confiesa este viajero y narrador cuya lectura, más o menos reciente, de
'Roma contra Cántabros y Astures', de Eutimio Martino, le ha removido
las entretelas, y lo ha devuelto a su época moza, aquella en la que
recorriera, 'sacrílegamente', espacios como Cistierna, Riaño, San
Glorio, Las Médulas, o Foncebadón... "Sacrílegamente", puntualiza,
porque entonces no era consciente de lo que en esos sitios había
ocurrido.
Apasionado del 'Ulises' de Joyce, la prosa poética de
Umbral, la magia de García Márquez y por supuesto la literatura de
viajes, Gabriel acaba de publicar un "libro libre" de viajes, 'Son de
canto rodado' (editado por united p.c. y reeditado en Amazon como
e-book), que es un recorrido por diversos lugares de la geografía
mundial, entre otros, China, Argentina, Brasil, Cuba, Turquía o Irlanda.
Viajes, según su autor, que no son espectaculares, ni con cargo a
grandes medios ni proyectos, sino al alcance de cualquiera; incluidos
los sitios que publicitan las agencias de turismo, "no son sitios
cualesquiera aunque tantos hayan sido prostituidos; he querido
encontrar la razón de por qué es interesante ir, he querido descubrir
al viajero común que el viaje gratifica, que merece la pena, sabiendo
ver, enseñando a ver, desmontando la vulgaridad, la devaluación en que
han caído de tanto pisar y pasar tanta gente por tantos lugares
magníficos".
Para encontrar el título barajó más de siete opciones, y al
final se decidió por lo de canto rodado en alusión al andariego rodar
del viajero por los caminos, "que es lo que hacemos cuando vamos de
tumbo en tumbo por ahí". Respecto al término 'son' aclara que es la
música de ese andar, "porque el andar siempre te cuenta inesperadas
cosas, distintas, es novedad, como un despertar. Insensiblemente subes
de tono, y cuando te das cuenta circulas por otra dimensión. Caminar es
una lírica", apostilla Gabriel, que siempre ha necesitado viajar como
medio de rotura de la inercia, la rutina del trabajo, la esclerotización
de los hábitos, la monotonía; "lo he necesitado como renovación y como
reencuentro del otro y de otra cosa porque, de rebote, es encuentro de
mí mismo".
(Puedes seguir leyendo en este enlace):
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