César Gavela: "Me fascina la belleza de la literatura. Me cura del dolor de vivir"
Manuel Cuenya | 08/12/2015 - 13:08h.
El narrador ponferradino César Gavela, autor de 'El puente de hierro' y 'Braganza', entre otros, está ahora con varios proyectos a la vez, entre los que se hallan dos nuevos libros de narrativa breve, además de un poemario y un libro nuevo, memorioso y largo, sobre el que ya tiene muchas páginas escritas.
César Gavela en una librería de Ponferrada. Foto: Manuel Cuenya
Hijo literario de su infancia, de su adolescencia y de su primera juventud, César Gavela es ante todo y sobre todo un narrador del Noroeste, que salió joven de su Bierzo natal, como tantos mozos de su generación, con su bagaje de mitos, sueños, melancolías, anhelos, esperanzas... porque su ilusión, entonces, era vivir en una ciudad grande, ganar un sueldo público y poder comprarse libros, instalándose en Valencia, desde donde sigue viendo y sintiendo el Bierzo con una gran nitidez, con interés, con cariño, con cercanía siempre, pero también con las ganas de frecuentarlo más a menudo, porque su memoria, su memoria afectiva y literaria, le devuelve a su tierra cuando lo desea, no sólo a la comarca que lo formó y conformó como persona y literato sino al Bierzo actual a través de la información, habida cuenta de que lleva escribiendo desde hace cuarenta años en la prensa leonesa, algo que lo mantiene en contacto con su tierra. El hecho de poder escribir columnas en la prensa, de escribirlas con aliento literario, le resulta muy placentero, una forma de felicidad, "un estímulo y un reto de cada semana. Un modo de estar muy vivo en la realidad pública", según él, que conoce la literatura que se está haciendo en la provincia de León. "Viviendo en el Bierzo hay dos excelentes narradores, a la altura de lo más auténtico y original de España. Me refiero a Carlos Fidalgo y a Fermín López Costero. De Carlos me gusta mucho cómo combina épica y lírica en sus novelas; de Fermín, su capacidad para descubrir las paradojas del vivir. También vive en el Bierzo una gran poeta que es Ester Folgueral. Profunda, radical, madura. En el resto de la provincia de León vive nada menos que Antonio Gamoneda, premio Cervantes, y muchos otros excelentes escritores. Que siguen creando, que siguen emocionándonos".
"Viviendo en el Bierzo hay dos excelentes narradores, a la altura de lo más auténtico y original de España. Me refiero a Carlos Fidalgo y a Fermín López Costero. De Carlos me gusta mucho cómo combina épica y lírica en sus novelas; de Fermín, su capacidad para descubrir las paradojas del vivir".
Desde Valencia, El Bierzo se le antoja una hermosa costumbre, una presencia constante. "Un enriquecimiento. Que dialoga y convive en mí con mi otra identidad, por así decirlo, la que yo forjé libremente, la de vivir en el Mediterráneo", rememora él, que se siente leonés del Bierzo y ciudadano valenciano, porque también la influencia de Valencia se aprecia en su narrativa, en sus artículos literarios, no sólo políticos, que escribe en la prensa diaria de esa capital, incluso en partes de 'La sagrada familia', una novela que escribiera con su amigo Alberto Gimeno, y aun un nuevo libro ambientado en la capital del Turia, en este caso un volumen de cuentos de amor, muy contemporáneos, que saldrá el año que viene.
Hijo espiritual asimismo de grandes autores como Azorín, Torga, Cunqueiro, Pereira, Carnicer (al que le ha dedicado un ensayo), Rulfo, García Márquez, Cortázar Bioy Casares o Borges, aparte de algunos escritores más recientes como Tabucchi o Michon –sin olvidarse del extraordinario Italo Calvino–, el autor de 'El puente de hierro' es, desde su juventud, un lector muy fiel de la poesía, "donde radica el corazón del idioma y su arte" y un entusiasta de la prosa de poetas como Juan Ramón Jiménez, Cernuda o Valente.
Por fortuna, en su casa de Ponferrada había muchos libros y su padre era un gran lector, recuerda él, que también leía mucho, tanto prosa como poesía, aunque la emoción y belleza de la literatura las descubriera en una tarde de otoño de 1967, en La Bañeza, donde estuviera dos años interno. A través de la lectura de 'Castilla', de Azorín, que le propusiera un profesor, se le reveló el encanto de la literatura: "La imprescindible fusión de forma y fondo. La brevedad y la transparencia. La belleza de la sencillez expresiva". A partir de aquel momento César, que aún guarda algunos de aquellos textos tan remotos y primerizos, decidió que quería escribir. Y desde entonces hasta el día de hoy no ha dejado de hacerlo, tanto en periódicos como en libros varios, véanse y léanse sus recientes 'Braganza' y 'El general se confiesa'.
(Puedes seguir leyendo esta fragua en el enlace):
No hay comentarios:
Publicar un comentario