La fragua literaria leonesa
Fermín Rodríguez Trabado: “El Bierzo me parece una joya natural de la que a veces hay que alejarse para valorarla”
El profesor y
microrrelatista berciano Fermín R. Trabado, autor de 'Terceras
personas', sigue trabajando, fiel a la narrativa breve, en una especie
de 'alter ego' de 'Terceras personas', que tardará en ver la luz a
resultas de la situación vírica que estamos viviendo, y porque suele
emplear en la reescritura y en labores de revisión casi tanto tiempo
como en la escritura misma.
Fermín Rodríguez Trabado.
Manuel Cuenya
| 29/04/2020 - 12:54h.
Originario de Sésamo (precioso nombre para fabular), Fermín
Rodríguez Trabado es el autor de un libro de microrrelatos titulado
'Terceras personas', su ópera prima, deudora a todas luces de la
narrativa del escritor cacabelense Fermín López Costero, tristemente
fallecido en febrero de 2018, aunque a buen seguro nos estará sonriendo
desde la otra orilla al tiempo que nos hace gestos narrativos con la
precisión de un orfebre del lenguaje: https://www.ileon.com/cultura/077509/fermin-lopez-costero-prefiero-fiarlo-todo-a-la-imaginacion-intento-que-la-realidad-no-estropee-mis-planes.
Fermín R. Trabado, berciano como su tocayo López
Costero, es asimismo heredero, como lo fuera el autor de 'Teatro de
sombras', de la retranca de un grande del cuento. Me refiero al genial
Antonio Pereira, que hablaba como escribía. Con una excelente agilidad
mental y mucho humor.
"Para bien y para mal, supongo que esta hoya geológica en la
que vivimos habrá tenido algo que ver en mi carácter, aunque solo sea
por esa ironía medio gallega que tenemos los bercianos", afirma R.
Trabado, para quien el Bierzo es paisaje, sangre y memoria.
"El Bierzo me parece una joya natural de la que a veces hay
que alejarse para valorarla (o pasearla cuando hay tiempo y calma, como
hizo Gil y Carrasco en su 'Bosquejo de un viaje a una provincia del
interior'). Pero no dejan de apenarme el declive de estos años y ese
pesimismo que se respira y que ahoga", explica el profesor Fermín al
tiempo que rememora su infancia feliz en Vega de Espinareda, adonde se
trasladara su familia después de vivir en Sésamo (localidad conocida por
sus pinturas rupestres).
"Feliz tuve la infancia allí (o así la recuerdo, que la
memoria es tramposa). Fue feliz aquel tiempo porque dinero había poco
pero a mí y a mis hermanas nunca nos faltó lo necesario (es la suerte de
unos padres que saben trabajar y hacer mucho con poco). Y recuerdo,
claro, aquella casa del barrio de La Barraca (qué nombre tan lorquiano,
¿verdad?); su patio, su corral, su huerta, su desván, su fragua, las
lecturas infantiles subido en el regazo del cerezo de la huerta... Y
mucha bicicleta", recuerda Fermín, cuya vocación por la lectura le viene
desde la infancia, pero su vocación creativa surgió no hace tanto
tiempo.
"Aunque he escrito algo de poesía y de teatro, la 'llamada
de lo literario' me viene a través del microrrelato... El congreso sobre
el cuento que se celebró en Villafranca del Bierzo en 2017 fue el
desencadenante de casi toda la micronarrativa que he escrito desde
entonces. A veces uno no sabe si creer más en las causalidades o en las
casualidades, pero lo cierto es que hoy para mí la escritura es alimento
(espiritual, que esto no es fútbol), ya casi tan necesario como leer.
Si fuera físico, quizá me acercaría al misterio a través de la cuántica;
como no lo soy, lo hago a través de la literatura (no solo escribiendo,
también leyendo)", expone, a sabiendas de que la literatura puede
darnos, a su juicio, muchas cosas: conocimiento, entretenimiento,
aliento psicológico y moral... En todo caso, cree que lo más valioso,
"su valor añadido, que diría un cursi mercantilista", es la posibilidad
de llegar donde la razón no llega y de explicar lo que la ciencia no
explica, y eso es el misterio.
"No creo que la literatura sea mejor ni peor que la ciencia,
sino que habitan universos diferentes (paralelos...). Quizá por eso
tengo predilección por esos poetas que de cuando en vez conectan esas
dos dimensiones a través de alguna puerta dimensional literaria; como
Rafael Guillén en esa trilogía que culmina con 'La edades del frío', o
Clara Janés en 'Orbes del sueño'. Por eso y porque pienso que en la
ciencia más puntera (la tecnología es otra cosa) está el germen de la
filosofía del siglo XXI. Además, creo que la literatura ha de estar
siempre de guardia para evitar que la inteligencia artificial nos
convierta en estúpidos sin retorno".
(Puedes seguir leyendo esta fragua en ileon.com:
https://www.ileon.com/cultura/107618/fermin-rodriguez-trabado-el-bierzo-me-parece-una-joya-natural-de-la-que-a-veces-hay-que-alejarse-para-valorarla)
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