Los Ansioliticos o Tranquilizantes Menores también ejercen como depresores del SNC, cuya acción disminuye, atenúa o elimina los síntomas de la ansiedad o angustia, entre ellos, la taquicardia, sensación de ahogo, insomnio, terrores nocturnos en forma de pesadillas, etc., logrando una tranquilidad emocional o apaciguamiento en el consumidor. Se podrían definir como "amansadores de fieras". Incluso en dosis leves provocan aturdimiento, dificultad para hablar y coordinar movimientos. Por eso están contraindicadas para manejar vehículos. También se utilizan en estados afectivos como el Trastorno Bipolar y aun en casos de epilepsia. Activan la Dopamina.
Entre los más conocidas cabe citar el Tranxilium, Trankimazín y Dormodor, por ejemplo.
Su descubrimiento se realiza a partir de los años cincuenta, y desde entonces se producen en grandes cantidades. Se suelen extraer del aceite pesado, cuyo coste es inferior a los opiáceos naturales.
Entre los ansiolíticos más empleados en la actualidad destacan las Benzodiacepinas (BZD), entre otras, el diazepam y Tranxilium, muy uilizadas por los occidentales para combatir el estrés y el insomnio.
Contrariamente a otros narcóticos y sedantes sintéticos, éstas no deprimen de modo generalizado el SN (Sistema Nervioso), sino sólo partes del mismo. En dosis pequeñas o medias son sedantes, y en dosis mayores funcionan como hipnóticos o inductores del sueño. También funcionan como relajantes musculares, y llegan a producir distintos grados de amnesia. Poseen un alto grado de tolerancia, con un peligroso síndrome abstinencial, que incluye temblores y convulsiones intensas. Entre sus efectos secundarios figuran la somnolencia, confusión, mareos, dolor de cabeza y estómago, diarrea, estreñimiento, sequedad de boca y depresión.
Otro inconveniente de las benzodiacepinas es su larga permanencia en el cuerpo. Por contrapartida, estas drogas suelen ser bastante seguras, aunque también hayan producido casos de intoxicación, incluso de muerte.
Otro inconveniente de las benzodiacepinas es su larga permanencia en el cuerpo. Por contrapartida, estas drogas suelen ser bastante seguras, aunque también hayan producido casos de intoxicación, incluso de muerte.
Por otra parte, están los barbitúricos, como el Pentotal, derivados del ácido barbitúrio, que también son sedantes del SNC, incluso anestésicos, cuyo uso y abuso crónico reduce la memoria y la capacidad de comprensión y provoca episodios delirantes.
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