En el Camino de Santiago, Manjarín, El Bierzo
El Bierzo, como comarca de paso y encrucijada cultural, mantiene una estrecha relación cultural y lingüística con sus vecinos, Galicia
y Asturias. Y eso se nota en su habla, o por mejor decir, en sus falas, puesto que en la comarca berciana
se habla, en general, una suerte de chapurreao
o chapurriao, que tiene rasgos comunes
con el gallego y el asturleonés, y es en realidad una fusión de
castellano-leonés, gallego y asturiano. Esta es más o menos la tesis que
sostiene Gutiérrez Tuñón en El habla del
Bierzo.
Dependiendo de la zona, dentro del Bierzo, está más marcada la
influencia de uno o de otro. Si bien hay varios Bierzos, cada cual con sus
particularidades lingüísticas: El Bierzo ancarés, el fornelo, el del valle del
Valcarce y la Peña del Seo, el de la Sierra de Gistredo, el Sil y el Boeza, entre otros, podría decirse que el Bierzo Alto, y pueblos limítrofes con Laciana,
tienen más contacto con lo asturleonés, mientras que el Bierzo Bajo lo tiene con el gallego-portugués.
Menéndez Pidal, en El
dialecto leonés, sitúa esta división en el Cúa. “Siguiendo el curso del
Cúa, a la derecha del río se extienden los dominios del gallego y a la izquierda los del astur-leonés”.
Verardo
García Rey, en Vocabulario del Bierzo,
sitúa este límite en la misma línea del Sil. “Hasta ésta –escribe García Rey-, son pocos los rasgos y
voces que quedan del gallego-portugués, y pasada la línea, invaden el centro y
occidente de la región castellanismos numerosos, que han convertido al
primitivo gallego de Lugo, hablado en esta parte, en un dialecto
castellanizado”.
En cualquier caso, como la lengua no conoce fronteras, por
fortuna, no se puede establecer una clara línea divisoria entre lo gallego y lo
asturleonés.
“Lo leonés le va pudiendo significativamente a los modismos
galaicos que también aquí campan –escribe Pedro Trapiello a propósito Noceda
del Bierzo- en su libertad fronteriza lejos de normativas lingüísticas que lo
empobrezcan”.
Lo sorprendente es cómo se establecen fronteras lingüísticas
entre el Bierzo y el resto de la provincia leonesa, cuando en realidad los
vocablos empleados suelen ser parecidos en toda la provincia.
Hay quien piensa
que cualquier palabra con terminación en eiro, como caldeiro, repolleiro,
Mataveneiro, etc., es gallego, o berciano, cuando en realidad también es
propio del leonés a partir del río Órbigo hacia el Oeste.
Por otra parte, está
el Bierzo cisastur, del que nos habla
Javier Callado en su libro Qué es la
cultura leonesa. Lo cisastur, según Callado, comprende aproximadamente la
actual provincia de León y el norte de la de Zamora hasta el río Duero, junto
con varias zonas hermanas como Valdeorras y parte del Trás-Os-Montes portugués.
Chano-Fornela
Sobre todo en el
Bierzo Alto y el valle de Fornela el habla tiene un deje asturleonés. En
Fornela, incluso, se habla el burón (según
estudio realizado por Alejandro Álvarez López).
El burón es una jerga empleada por los fornelos en el
siglo XIX, propia de los arrieros y comerciantes ambulantes de este singular
valle, y que está emparentada con otras que se hablan en Asturias, Galicia y
Castilla.
“El burón, es decir, el habla de Forniella –escribe Álvarez López-,
presenta… rasgos en general coincidentes
con la lengua del área occidental asturiana, aunque también posee algunos otros
que la emparentan con el gallego”. “Hoy el habla propia de la zona –se refiere
al fornelo- ha desaparecido prácticamente como lengua de uso debido a las
influencias castellanizadoras de la escuela, de los medios de comunicación y…
por el abandono de las actividades tradicionales y la emigración a las diversas
zonas”.
En otros tiempos era habitual que los de un pueblo se quejaran de que
los del pueblo aledaño hablaban peor que ellos. Como ocurría entre pueblos
vecinos, y aun pertenecientes al mismo ayuntamiento, véase Noceda y San Justo de Cabanillas.
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