Me cuenta nuestra amiga Idoia -algunos y algunas que seguís el blog, la conocéis- que si bien los kebabs están sabrosos y gustan al personal, sobre todo "cuando el rollo de carne está recién puesto en el pincho-asador y la carne es más fresca", no es menos cierto que hace ahora unos unos 15 años salió una noticia en todos los periódicos de Europa, que nos sorprendió y algunos/as les asqueó. Al parecer, "un 70% de las salsas blancas de Kebabs analizadas en Holanda incluían esperma humano". Increíble pero real. Si es que lo que no hagamos los humanos, demasiado animalines por lo demás, no lo hace nadie, ni siquiera las bestias que copulan en los atardeceres rosa, tras montes de plástico y asfalto. Vivimos en un mundo cainita, perverso y en determinados casos hecho a nuestra medida bestial. Se pregunta Idoia si "¿lo de que echen semen dentro de la deliciosa salsa blanca es una venganza yihaidista de los árabes que curran en estos barecillos? O bien ¡¡¡¡¿Será que el peculiar saborcillo de la salsa se lo da el toque de semen humano?!!!!". Pues de todo habrá en este putiferio seminal, otrora jardín de las delicias, pintado con maestría por El Bosco. La próxima vez que alguien se coma un kebab que piense en los placeres que procura una comida sana y exquisita. Que no es nuestra intención -vivan todas las diosas del olimpo- en chingar el negocio de los dönner y los shish. También en Méjico/México se dice que el pulque está aderezado o fermentado con mierdecilla humana. Pero no dejen de probarlo.
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