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viernes, 2 de abril de 2010

Psicodélicos Menores, la píldora del amor (MDA) y Éxtasis (MDMA)

Antes de emprender vuelo a Estambul -que de repente, al escribir sobre sustancias psicotrópicas, me hace recordar El expreso de medianoche, de Parker-, paso a estas drogas visionarias y estimulantes -como el éxtasis o MDMA o M y su precursora la MDA de la contracultura norteamericana de los años setenta-, que se sintetizan a partir de alcaloides presentes en la nuez moscada y en simientes de cálamo, y ambas con efectos similares.
El éxtasis es una droga sintética de principios del siglo XX, de sabor amargo, vendido por lo general en forma de pastillas, que funciona también como estimulante, produciendo una sensación de bienestar general y euforia. El éxtasis está íntimamente relacionado con la serotonina, aunque también y en menor medida con la noradrenalina y la dopamina.
Entre sus "subidones", derivados de esta liberación de serotonina, están la apertura afectiva y empatía con el otro/a, dilatación de las pupilas, ausencia de sed y por ende deshidratación, que se potencia cuando se combina con alcohol, aumento de la temperatura corporal, hipertensión, taquicardia.
Dosis altas o varias dosis en poco tiempo, como a menudo les gusta hacer a los pastilleros de fines de semana, producen estados depresivos, porque baja el nivel de serotonina, algo que los consumidores suelen paliar con un antidepresivo como el prozac.

La MDA, conocida como la píldora del amor o anfetamina para amantes, es la precursora del éxtasis y la droga po excelencia de la contracultura norteamericana de los años setenta. Se vende en pastillas en el mercado negro, con la consiguiente adulteración con talco, aspirina molida... Entre sus efectos, al igual que el éxtasis, cabe destacar que intensifica la empatía, dilata las pupilas, provoca sudoración, disminuye el ritmo respiratorio y actúa como inhibidor orgásmico.

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