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jueves, 2 de junio de 2022

A Tope en Canedo

 Hablar de Canedo, en el Bierzo, es hablar del intrépido Prada. A Tope, como él acostumbra a decir con enorme vitalidad. 

El esplendor del Bierzo, con viñedos de Prada

Y que recientemente estuvo en el campus de Ponferrada para conversar con nuestros estudiantes acerca de lo divino y lo humano, en realidad sobre su propia experiencia vital, como emprendedor, como empresario, capaz como ha sido de poner en valor su tierra, nuestra tierra berciana, dándole una gran proyección más allá de nuestras fronteras. Un fenómeno, José Luis Prada. Y un pionero en turismo rural y sostenible. Que ha viajado por el mundo (fascinante su viaje a Londres atravesando Francia en su singular coche) para darse cuenta de la importancia de su comarca.

“Un soñador con los pies en la tierra”, acostumbra a decir él de sí mismo. Todo un personaje, que llegó a ser legionario y viajó por Europa en un coche tuneado, con cuernos en el parachoques, pintado cual si fuera un objeto Pop Art. 

Un hombre despierto, con amplia visión para los negocios, un berciano internacional, que cree en la buena materia prima, convencido de que si se ofrece algo bueno a la clientela, ésta acabará subyugada. Como cuando un perfume excitante nos cautiva, nos embriaga. Y nos deja hipnotizados. Como ocurre en la novela titulada El Perfume de Süskind, que posteriormente fuera llevada a la gran pantalla, en una adaptación que tiene gran interés. 

Palacio de Canedo

La aventura empresarial de Prada A Tope comenzó como zapatero, negocio que heredara de su padre. Cuentan, quienes lo conocieran en esa época, que iba por los pueblos del Bierzo, incluso del Bierzo Alto (como Noceda, el útero de Gistredo) vendiendo sus zapatos. La zapatería ambulante pasó a convertirse en un zoco, rastro o abarrotes en el que vendía todo tipo novedades, que encontraba, según él, en las ferias de Londres o Barcelona, adonde gustaba viajar, pues uno hace patria/matria descubriendo lo que existe más allá del horizonte. Y en esto Prada es un hombre instruido, viajado, un auténtico lince.

Pronto daría un giro a su negocio. Y se iniciaría con la marca Prada A Tope (en la que vemos su autorretrato), metiendo los productos del Bierzo, el Bierzo gastronómico, en botes, desde cerezas en orujo hasta los singulares pimientos asados o castañas en almíbar, entre otros. Incluso –ha llegado a decir él mismo en alguna ocasión- puso una pequeña barrica de vino con una zueca para que quienes pasaban por allí, entre ellos peregrinos, pudieran echar un trago de vino (otro producto que tanto éxito y proyección le ha dado. Y le sigue dando. Como ocurre con su famoso vino de  maceración). Y de esta manera fue metiéndose en el bote a la gente, a los turistas y peregrinos, pero también a los oriundos.

Flor y Ossorio hechizando al grupo

Ayer mismo, de la mano de la Asociación de alumnos/as de la Universidad de la Experiencia en el campus de Ponferrada, cuya responsable es María Jesús Méndez (también Nacho y Manoli como miembros del staff asociación), nos fuimos derechitos a Canedo para hacerle una visita a Prada y de paso una cata de vinos.

Una visita magnífica por sus viñedos, con las explicaciones de un guía fabuloso como es Ángel Ossorio, patrono de la Fundación Prada A Tope y buen conocedor de los vinos.

Recordemos que desde 2008 Prada cuenta con una Fundación, cuyo objetivo primordial es la defensa del patrimonio natural y arquitectónico rural de la comarca del Bierzo, premiando a las mejores iniciativas.

Parda y María Jesús charlando distendidamente

La visita en compañía Ossorio fue instructiva amén de divertida. Nos reímos mucho. Uno al menos se divirtió de lo lindo.

Ángel Ossorio es historiador, periodista y además imparte clases en nuestro programa interuniversitario de la Experiencia. Un lujo. Mis felicitaciones para él.

Cortesía de Luz. Nacho y un servidor y Manoli en retaguardia

Ya en el palacio, que es una preciosidad en medio de un entorno maravilloso, nos acompañó también Flor, la compañera de Prada. Y el propio José Luis, A Tope, nos saludó, como suele ser habitual en él. Y también nos obsequió con unas palabras de bienvenida.

El Palacio de Canedo, cuyo origen se remonta al siglo XVIII, es en manos de Prada un templo de la gastronomía berciana, con vinos extraordinarios, que ayer mismo pudimos catar en compañía de suculentos pinchos. Todo un festín sensorial.

Grandes los ángeles

El Palacio de Canedo, como alguna vez he escrito, es una belleza comestible, como quisieran los surrealistas, porque la belleza será comestible (y bebible) o no será nada. Situado en el municipio de Arganza, es un paraje con mucho encanto, es nuestro Falcon Crest, con sus viñedos, como a alguien se le ocurriera decir. 

Mi reconocimiento a este hombre que se conserva como un mozo, a pesar de sus achaques, como él mismo señala, con sus cerca de ochenta año (setenta y siete, para ser precisos). ¡Quién lo diría!

Un todoterreno que ha sido reconocido como berciano predilecto y en unos meses también estará lista su biografía, de mil páginas, según él.
Enhorabuena
, estimado Prada.
Eres un ejemplo a seguir.
Con ganas de regresar al Palacio de Canedo.

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