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jueves, 3 de febrero de 2022

Bizerte como revelación

22 de diciembre de 2021

Todo un descubrimiento, acaso una revelación, este espacio colorido, con sabor a dorada y ensalada a la parrilla, gracias a una guía magnífica y una compañía extraordinaria. No en vano, ella, que es una gran viajera a los confines de la tierra, conoce como nadie su país.


Bizerte o Bizerta es la ciudad más septentrional del continente africano, con su belleza exótica, que por momentos me hace recordar a Aveiro, en Portugal. Con churros incluidos.

Este recuerdo me trae el Facebook, que durante esta travesía por Túnez se convirtió en mi diario de a bordo. Otrora una libreta servía para tomar notas. Y ahora el Facebook sirve para anotar reflexiones, impresiones, sentimientos. 

Bizerte como revelación, acaso divina, divina como término que hace referencia a lo estupendo, a lo sublime.

Lo sublime como belleza extrema y aun inefable, que ni siquiera puede expresarse con palabras, aunque las palabras, bien empleadas, puedan dar cuenta de pensamientos elaborados. Pues eso, juguemos con las palabras hasta lograr expresar nuestras emociones más arraigadas.
Bizerte se me apareció como una belleza de luz y color, como una sucesión de imágenes con poder de sugestión, tal que fueran cuadros pictóricos, hechizando mis sentidos. Era la primera vez que ponía los pies (espero que también el alma, con el deseo de regresar algún día) en esta ciudad a orillas del Mediterráneo, la Venecia tunecina, se me ocurre imaginar. Qué la imaginación nos haga volar. Una ciudad llena de historia.
Con alguno de sus canales y su viejo puerto. Con su lago o laguna, que es en realidad su bahía, como reserva natural, que invita a soñar despierto.

Me encantó pasear por las callejuelas de su medina, recrearme en su fortaleza o kasbah y degustar sabrosa comida en el viejo puerto en agradable compañía. Aunque uno se siente viajero, y además me fascina descubrir sitios por mí mismo, a mi aire, sin presiones, sin rebaño en que ampararme, también resulta gratificante, que una amiga oriunda, como ocurrió en esta ocasión, te acompañe y te muestre lo que a ella le gusta. 

Un día inolvidable, pleno de felicidad, o algo que se aproxima a una cosa parecida.
*Foto-recuerdo en Bizerte. En vez de en busca del tiempo perdido. Como Proust. En busca de churros en este mundo magrebí.

Merci à toi pour la photo.


1 comentario:

  1. Dan ganas de ir hasta allí y disfrutar de tantas maravillas que describes!

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