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domingo, 19 de julio de 2020

De Cóbreces a Llanes

El viaje continúa. Y aunque en un inicio pensé en acercarme a Suances (qué es también un sitio bonito, que he llegado a visitar en alguna ocasión) o la propia ciudad de Santander (en la que no estoy desde hace muchísimos años, y de la que conservo buenos recuerdos), al final el rumbo elegido ha sido el concejo de Llanes, en las Asturies. 
Playa de la Franca

Tan sólo 50 kilómetros (quizá un poco más) separan Cóbreces de Llanes. El trayecto resulta magnífico, con un alto en la playa de La Franca, en Ribadedeva, otra de esas playas que atraen al viajero. Lástima que el clima se torna nublado, con una luz grisácea, cenicienta, que le resta encanto, creo, al entorno. 
Llanes

"Vamos a parar en Llanes", recuerdo que decía el autobusero en aquellos mis viajes como estudiante en la Universidad de Oviedo cuando iba a Bilbao a ver a mi familia, a mi hermana mayor. Y también a algunos buenos amigos descendientes del útero de Gistredo. 

Sentir el mar como bálsamo dejándote arrullar por su sonido primigenio. 
Regresar al espacio uterino con la percepción de hallar la templanza. 
Respirar su aroma conversando con el vaivén de las olas en un estado de trance mientras acaricias el horizonte de tu porvenir desde el acantilado de tu presente. 
Dejarse entrañar por la ternura (M. Cuenya)

Llanes siempre me fascinó por sus playas y sus casas de indianos como si se tratara de una tierra exótica, que lo es. Una tierra que parecía religarme con otras tierras acaso americanas. 
Playa de Troenzo-Celorio

Llanes (todo su concejo) es una tierra agraciada a la que uno siempre desea volver. Volver a empezar. Como aquella película de Garci que viera hace montones de años. Y no he vuelto a revisar. 
Llanes de cine, pues en este exuberante concejo astur se han rodado diversas películas, entre otras muchas, El abuelo, del propio Garci. O bien algunas de Gonzalo Suárez, con quien tuviera contacto en los años dosmil debido a que era el director honorífico/honorario de la Escuela de Cine de Ponferrada donde uno mismo trabajara. 
A la derecha monasterio de San Salvador-Celorio
A Gonzalo siempre le entusiasmó filmar en su Asturias natal. Y algunas de las playas de Celorio, como Borizo, le han servido para ambientar películas tan bellas y singulares como lo es Remando al viento, sobre la que ha hablado en alguna ocasión con motivo del mito Frankenstein. 

La localidad de Celorio se me antoja maravillosa, con sus muchas playas cuasi salvajes. Y ese monasterio de San Salvador a orillas de la playa de Los curas (como no podía llamarse de otro modo).  
En esta ocasión he disfrutado mucho con la playa de Troenzo, al ladito de un camping donde uno puede alojarse tan ricamente. 
Y además de la visita de otras playas, he podido acercarme a Niembro, donde nunca antes había estado. 
La llegada a Niembro es pura fantasía, puro romanticismo, al menos si uno encara de frente la iglesia y el cementerio en medio de la ría, que algunos directores de cine han empleado como escenario para sus películas. 
Niembro

Niembro era asimismo la residencia del maestro Gustavo Bueno, a quien agradezco mucho que me despertara del letargo adolescente en la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de Oviedo. 
Gustavo Bueno era una colosal fuente de sabiduría. Un pensador único e irrepetible. Un portento. Escucharlo hablar, orar, era todo un deleite. Y alguien que deberíamos tomar como modelo. El mejor filósofo español, sin duda, de la segunda mitad del siglo XX y parte del XXI hasta que nos dijera adiós, justo dos días después de la muerte de su mujer Carmen. 
Gulpiyuri

Aunque podría haber preguntado por la casa de Bueno, preferí quedarme con su recuerdo. Quizá en algún otro viaje. 
Aunque en esta ocasión el viaje al concejo de Llanes fuera breve, he podido disfrutar en algún que otro viaje a los bufones de Pría y a la curiosa y bellísima playa de Gulpiyuri. 
Llanes siempre será ese mapa afectivo al que desearé volver una y otra vez encontrando en cada visita un motivo más que suficiente para disfrutar de su belleza comestible. 

1 comentario:

  1. Todo este recorrido es una maravilla de disfruteis, recuerdos e historias entrañables que te harán seguir con mucha energía en el camino, Manuel. Ánimo y un abrazo!

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