El maestro Ennio Morricone

 Hace unos días fui a los cines La Dehesa para ver el documental que el cineasta italiano Tornatore le dedica al coloso Morricone, el director de orquesta y compositor de varios cientos de bandas sonoras para películas como Cinema paradiso, cuyo director es precisamente Tornatore. Una película que es toda una reflexión emocionante acerca del cine en sí mismo. 

Después de ver el documental, me quedé pegado a la butaca, sobrecogido. Me impactó sobre todo la música para La Misión, viéndolo a él, al mago de la música, dirigiendo una orquesta monumental, adentrándose en el proceso creativo... cómo se le ocurrió, cómo compuso esa música. 

https://www.youtube.com/watch?v=3dLxy4jn_vI

En realidad, Tornatore ahonda -a lo largo de este documental de dos horas y media de duración, que a uno se le pasan volando-, en el aspecto de la creación. Y eso resulta fascinante. Me parece todo un hallazgo. 

También a lo largo del documental asistimos a las opiniones que sobre él nos muestran directores de cine como Clint Eastwood (actor fetiche en algunas películas de Sergio Leone), Bertolucci (creador de la grandiosa Novecento), Roland Joffé (el autor de La Misión), Liliana Cavani (inolvidable su Portero de noche) o Quentin Tarantino, entre otros, además de músicos como Springsteen, Pat Metheny o Zucchero, compositores de bandas sonoras como John Williams (escalofriante La lista de Schindler) o Hans Zimmer (magníficos ambos), y aun cantantes como Dulce Pontes, que en directo es maravillosa. 

https://cuenya.blogspot.com/2019/10/dulces-pontes-o-la-belleza-de-la-musica.html

https://www.youtube.com/watch?v=P9L_8voG778

 Agradezco la generosidad de Antonio Donís y de Antonio Morán como responsables del festival de cine de Ponferrada, en el que también uno participara de un modo activo. El propio Morán me mostraba la expo del festival de cine en la sala de la casa de la cultura de la capital del Bierzo. Qué recuerdos. Y qué jóvenes éramos. 

Dulce Pontes-Foto: Cuenya

Creo que al festival de cine de Ponferrada habría que darle más proyección, más cancha, desde las instituciones. Y desde hace algunos años parece que estuviera bajo mínimos. Queda dicho. 

Quienes sentimos pasión por el cine, que además no sólo puede ser un arte sino una ciencia, como nos recuerda el amigo filósofo Pablo Huerga en su libro-ensayo La ventana indiscreta -no hay más que ver algunas películas de Bergman, entre otros, para comprobarlo, em atrevo a señalar-, estamos convencidos de la importancia que tiene el llamado séptimo arte. https://cuenya.blogspot.com/2016/02/la-ventana-indiscreta-de-pablo-huerga.html El cine, por tanto, puede y hasta debería ser más que un mero entretenimiento. Es la nueva poética del siglo XX como queda patente en películas de Fellini, Buñuel, entre otros.