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martes, 28 de febrero de 2023

Baldosas amarillas danzan en el desván del alma, de Mayela Paramio


'Baldosas amarillas danzan en el desván del alma', de Mayela Paramio

Manuel Cuenya

“En el principio, se enmudeció la luz y una negra sombra se acomodó en el lecho conyugal”, escribe Mayela Paramio al inicio de su libro titulado Baldosas amarillas danzan en el desván del alma (Endymion, 2022).

La negra sombra, en clara referencia a la gran poeta Rosalía de Castro, se aparece con fuerza para desbaratar el lecho conyugal, de modo que la autora nos anticipa, como una crónica anunciada, el desamor. “Y vomité aún una palabra más en la escupidera de mi matrimonio: malquerida”.

(Puedes seguir leyendo esta reseña en: https://elbierzo.eldiario.es/cultura-y-ocio/resena-baldosas-amarillas-danzan-desvan-alma-mayela-paramio_1_9987105.html)

martes, 21 de febrero de 2023

La caza, de Saura

 

Vuelvo a visionar La caza (1966), de Saura, con motivo de una clase de cine. Y siento un impacto parecido al que experimentara cuando la vi por primera vez, lo que significa, en mi opinión, que resiste el paso del tiempo con creces, con lo cual creo que estamos ante una película clásica, extraordinaria, que marcó, por lo demás, un hito en el cine español de la época, donde aún seguía presente el franquismo dictatorial. Por cierto, los franquistas de esa época gustaban mucho de la caza y del tiro al plato. Se me erizan los vellos cuando alguien empuña un arma.  

Valiente y arriesgado Saura con esta película que nos invita a adentrándonos en los bajos fondos del ser humano a través de diálogos secos, cortantes, y gestos mínimos, los cuales dejan que entreveamos como espectadores el interior oscuro y terrible de los personajes.

Logra crear, con ayuda de su director de fotografía Luis Cuadrado, un ambiente asfixiante, claustrofóbico, a pesar de que La caza esté rodada en exteriores con luz natural cual si se tratara de un documental. 

Resulta impactante esa forma de filmar en primeros planos los rostros de los personajes, incluso esos primeros planos con miradas a cámara. Y esos planos medios de los cuerpos de los cazadores con sus escopetas en busca de conejos. Un montaje magnífico gracias a la labor de Pablo del Amo.  

Aparte de los personajes protagonistas -magistralmente interpretados, sobre todo Paco (encarnado por Alfredo Mayo)-, la presencia de los animales: conejos (víctimas) y hurones (depredadores) y una perra de nombre Cuca (cómplice de los depredadores).

Ya desde el inicio vemos unas inquietantes imágenes de hurones en jaulas al tiempo que la música, creada por Luis de Pablo, nos retumba en el consciente anticipándonos un universo perturbador. 

El final de la película se me antoja brutal.  


miércoles, 15 de febrero de 2023

Wolfgang Burmann, un extraordinario director artístico

 

     Recupero este texto publicado en Diario de León hace ya un montón de años que le dediqué al director artístico Burmann. 

Ahora he reescrito algunas cosas para que siga teniendo vigencia. 

            W. Burmann, sin duda uno de los mejores directores artísticos españoles, fue profesor de la ya desaparecida Escuela de Cine de Ponferrada. 

            “La dirección artística es muy importante en el cine, pero poco reconocida, y muy poco valorada, a veces ni siquiera por los propios directores artísticos o escenógrafos”, llegó a decirme Burmann. 

            “En la película Memorias de África, por poner sólo un ejemplo, la labor del director artístico es fundamental, pues es él quien hace los localizaciones, y luego llega el director de fotografía para filmar los hermosos paisajes, para retratar la realidad antes elegida por el director artístico. Esto no lo sabe la mayoría de la gente”. 

            Es verdad que un operador de cámara se puede jugar el físico haciendo piruetas en el aire, subido encima de una grúa, de un helicóptero  -dijo Burmann-, mientras el director artístico corre menos peligro.

            “El cine es como una orquesta, que puede funcionar sin el director”, aseguró. “Para ser director de arte hace falta, al menos, saber dibujar, al igual que para ser guionista es necesario saber escribir, pero para ser director de cine no hace falta saber nada”, contó Burmann con absoluta sinceridad, aunque se pudiera creer que es una de sus salidas humorísticas, que de seguro lo es también.

            Burmann creció en el circo del cine, acaso como el genial Fellini, con quien tuvo la ocasión de trabajar como ayudante en Giulietta de los espíritus

        "El cine italiano de Fellini y Visconti es el mejor". En cambio,  los americanos, aun sabiendo hacer cine, no acaban de convencerlo con sus métodos de trabajo, que por otra parte son muy intensivos y eficaces. 

        Pertenece a una familia de artistas, la saga Burmann. Su hermano, Hans, es director de fotografía, y su padre trabajó como escenógrafo en algunas obras de teatro de Federico García Lorca. A Wolfgang también se le nota su talento para la escenografía teatral. Realizó decorados para obras de Buero Vallejo y Antonio Gala, entre otros. Alguno de los hijos y sobrinos de Wolfgang también se dedican a esta profesión del cine. En Tesis de Amenábar estuvieron trabajando varios Burmann.

            Comenzó su carrera profesional como segundo ayudante en Cleopatra de Joseph L. Mankiewich, llegando a trabajar con casi todos los grandes directores españoles, salvo con Fernando Trueba, por quien siente una gran admiración. 

        "Berlanga fue un director extraordinario. Lástima que no trabajara con actores de talento como Mastroiani y Alberto Sordi, "porque hubiera sido el mejor director del cine español". 

    En España -llegó a contar Burmann-, se han desperdiciado a muchos actores extraordinarios. Es sorprendente el caso de Dustin Hoffman, que fue rechazado para un papel de sepulturero hace ya muchos años. Como para tirarse de los pelos. Hoffman esperaba sentado su turno, con su nariz afilada y su carita de niño asustado. Pero no le llegó la oportunidad.

–No, no hay nada para ti –le dijo con jeta de mala follá uno de los que realizaba el casting.

Luego, pasado el tiempo, Hoffman aparecía en cartelera en uno de los cines de la Gran Vía madrileña. Se estrenaba la película El Graduado. Al verlo, quien lo rechazó en el casting, ni se inmutó. Qué curioso. Hay quienes no admiten sus errores por más que sean como templos de grandes. Hay gente tan tonta que es incapaz de bajarse de su burrez brutal y  esperpéntica.

        El cine español ha sido muy injusto con actores como Harvey Keitel y Klaus Kinski. Y eso es lo que nos hemos perdido. También se desaprovechó a Robert Redford, que pasó una temporada en Málaga intentando hacer cuadros de pintura. Y posteriormente  tenemos el caso de la maravillosa Sharon Stone, que quedó deslucida en una película de cuyo nombre no puedo acordarme. Así de cruel es a veces el cine. Eso llegó a decir este extraordinario director artístico.

    "Buñuel era un genio... Woody Allen es un genio".

        Un tipo estupendo Chinín Burmann, que trabajó en la escenografía de películas como Abre los ojos, de Amenábar, Remando al viento, de Gonzalo Suárez o La flor de mi secreto, de Almodóvar, entre otras cintas, al que recuerdo con afecto.

    A Burmann le gustaba ir al café Gijón madrileño con el actor Alexandre a charlar, a pasar el tiempo, a hablar de literatura, que era, por otra parte, una de las aficiones del veterano actor madrileño. Solían colocarse en una mesa, que mira a la calle, casi todos los días de la semana, salvo cuando tenían algún compromiso ineludible.

    También recuerdo alguna anécdota potente que me contó Burmann acerca de Almodóvar. Pero esto me lo guardo. 

jueves, 9 de febrero de 2023

La minería a través de la Curuja


Seguimos volando con La Curuja en este número de invierno, lo cual es motivo de satisfacción para el Colectivo Cultural La Iguiada y para uno mismo como responsable de esta revista cultural editada en el útero de Gistredo.

Esta edición (número 28 de la segunda época) la hemos querido dedicar fundamentalmente a la minería, con la portada de la artista Cecilia Orueta y los textos de Benjamín Arias Barredo, Noemí Sabugal, Margarita Álvarez, Javier Arias Nogaledo y el ya fallecido Toño Morala, además de un homenaje al tamoritero Pepe Mateguines y a la futbolista internacional Carmen Álvarez. 

Benjamín Arias, con su artículo dedicado a las mujeres mineras, y Javier Arias, con los recuerdos de su tío Tomás (Johnny), que fue minero, nos dan testimonio de la gente que conocieron en Noceda del Bierzo. 

Por su parte, el poeta y narrador Toño Morala cuenta entresijos muy interesantes, acaso desconocidos por la mayor parte de la población, de las mujeres mineras; la filóloga y escritora Margarita Álvarez, con su Santa Bárbara bendita, nos acerca el mundo de la minería a través de su padre con un léxico magnífico; y la escritora y periodista Noemí Sabugal nos ofrece un precioso fragmento de su libro Hijos del carbón.

Cierro este número, como editor, con un texto dedicado al entrañable músico Pepe Mateguines, que fue asimismo minero, y una entrevista a la deportista de élite Carmen Álvarez, con raíces en Noceda del Bierzo.

Mi agradecimiento a todos los colaboradores y por supuesto a las personas asociadas, que aportan una cuota anual para que puedan editarse dos números al año, éste y el de verano, aparte del Encuentro literario que esperamos realizar en el mes de agosto, como venimos haciendo desde el año de 2010. 

Esta es nuestra web: https://nocedadelbierzo.com/la-curuja/

miércoles, 8 de febrero de 2023

La poesía, una forma de estar y ser en el mundo

Encantado de formar parte parte de estas Declaraciones Poéticas (Ágora siglo XXI) que ha editado la poeta astur Carmen Nuevo (Verso Fuster). 

La poesía es acaso una forma de estar y ser en el mundo, una necesidad y respiración. Un modo de nombrar lo innombrable, revelando los secretos de la vida; la poesía es vida, latido que nos conecta con otras realidades, acaso con otros universos. 

La contemplación de la Vía Láctea, un amanecer en el desierto, una puesta de sol en la Costa da Morte, por ejemplo, el alumbramiento de un bebé, la ternura brotando como un manantial de agua pura, acaso como un manantial de palabras con sangre y alma, la sonrisa de un niño o una niña en el campo de batalla son poesía en estado puro.

Ese intento por ahondar en el subconsciente, en los sueños, mientras buceamos en los bajos fondos de la condición humana y tratamos de articular el pensamiento, recreándonos en imágenes que nos procuran sacudidas emocionales, eso es poesía.

Aquello que nos ayuda a fundirnos con la serenidad en una tarde primaveral, mientras procuramos comprender el mundo en que vivimos, y sobre todo ese deseo por entendernos a nosotros mismos, porque nada de lo humano ni de lo animal nos es ajeno, eso es poesía.

Esa predisposición a abrir nuevas sendas, surcar terrenos baldíos, navegar ríos y mares, abrazar nuevos horizontes, mientras nos columpiamos en la hamaca de los deseos y las ilusiones, eso es poesía. 

Ese río-océano en el que nos embarcamos para dejarnos fluir, incluso contracorriente, por cauces y terrenos reinventados, por veredas en ocasiones intransitables, eso es poesía.

Esa forma de mirar la realidad o irrealidad en la que estamos inmersos, acaso para que podamos combatir la desmemoria y también para expulsar la bilis, el veneno que hemos acumulado a lo largo de esta vida, que por instantes se nos muestra absurda, eso es poesía.

Esa belleza que engendra amor y luz, que nos hace sentir la vida, el tiempo, el cual corre veloz como un caballo desbocado por las praderas de una infancia-matria, que ya no volverá, eso es poesía.

Aquello que nos acaricia en todo su esplendor, con su mirada de amor, esa magia que nos invita a contemplar la lejanía con el tacto, a olfatear la hierba seca en una noche de estío, eso es poesía, porque la poesía es revelación y una forma de regresar a la vida y aun proyectarla en un presente continuo.

Poesía es lo que nos permite elevarnos por encima de las miserias, más allá del bien y el mal, como quisiera el filósofo Nietzsche, que amaba sólo aquello que alguien escribiera con su sangre, con su propia sangre-espíritu.

viernes, 3 de febrero de 2023

La poeta murciana Magdalena Sánchez Blesa en León

 

El auditorio Ángel Barja en León acoge el viernes la presentación del libro 'Ahora que soy arena'