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lunes, 18 de agosto de 2025

Arde el Bierzo... Tiembla la Tierra

  Arde el Bierzo, arde La Cabrera, arde entera la provincia de León, arde Castilla y León, arde Galicia, arde Extremadura, arde España... Tiembla la Tierra. Y con este panorama abrasador también arde la condición humana, porque nada de lo humano, ni de lo animal, nos es ajeno. 

Bierzo Alto, en camino hacia Primout

Ardemos todos en esta desgraciada hoguera... de las vanidades... de la estupidez, de la ineficacia, de la barbarie, porque una parte del ser humano es bárbara, y es esa parte la que nos está abrasando, quemando nuestros sueños y nuestras ilusiones, quemando en definitiva nuestras vidas. 

No podemos permitirnos tanto fuego descontrolado, tanto fuego destructor, tanta maldad contra nosotros mismos, porque al final todos saldremos perdiendo en este campo de batalla incendiario, en este paisaje desolador, en este medio ambiente encenizado y alucinógeno, donde se rompe el espacio y por ende se derrite nuestro tiempo, el tiempo de los asesinos, por decirlo a lo Henry Miller, nuestro tiempo de barbarie y atentados terroristas contra la Naturaleza, nuestra madre, nuestra vida, la casa de nuestro ser, porque este es un atentado terrorista en toda regla, o mejor dicho, en toda desregla. 

La Tebaida berciana

Arde nuestro querido Bierzo, nuestra querida provincia leonesa, arden nuestras queridas provincias españolas, arde el mundo en una inquisitorial hoguera... de estupidez, de infamia, de inmundicia, en esta Tierra castigada por la contaminación, por el fuego... por tantas mierdas que le arrojamos los humanos, demasiado bestiales, los cuales acabaremos a este paso agigantado calcinados como si estuviéramos en un holocausto, en un campo de exterminio, como están las pobres almas gazatíes a merced de un estado genocida como lo es Israel, que a su vez fue masacrado en tiempos de nazismo y fachismo, tiempos criminales que resurgen de nuevo en este mundo convulso, revuelto, con el horror en el frente, en la frente, en la mirada, y también en un horizonte del color de la ceniza, esa que llueve sobre nuestros cuerpos, como hemos visto, por ejemplo, en la película Horoshima mon amour, de Resnais, basada en la novela homónima de Marguerite Duras. Una bomba de relojería. 

Desde mirador de Corullón

Hiroshima y la bomba atómica. Ucrania arrasada por el maldito Putin y sus esbirros. Europa mirando para no se sabe dónde, con el corazón en vilo, eso sí, o eso creo. Estados Unidos en manos de un psicópata arancelario, un delincuente, al que votó una masa de descerebrados, manda huevos; África en sequía, hambruna y guerras en Burkina Faso, Somalia, Nigeria o Sudán; América en manos de narcos, organizaciones criminales y guerrillas, Asia con serios conflictos en Myanmar, Yemen, Irak, Afganistán, Siria, entre otros... el mundo en guerra, el mundo en llamas... Y el fuego abrasador devorando nuestras entrañas. 

Carucedo

El Bierzo arde, el mundo arde... Y sólo nos queda una tristeza inmensa, la rabia, el dolor que sentimos al ver arrasado nuestro patrimonio natural, nuestra esencia, nuestra médula, nuestras Médulas, que es nuestra naturaleza, nuestro paisaje, nuestra vida, nuestro Patrimonio de la Humanidad. ¿Cómo puede arder un Patrimonio de la Humanidad? ¿Somos tan imbéciles para dejar que se queme un paraje de tal belleza e historia? ¿Somos tan brutos y miserables? ¿Es posible que el Bierzo esté tan desamparado, tan mal gestionado, tan dejado de la mano, de todo? ¿Es probable que el Bierzo no exista más que en el corazón de alguna gente? ¿A quién le importan nuestros corazones? ¿A quién le importan las personas que pierden y han perdido sus casas, su paisaje, su forma de vida? ¿A los políticos? ¿Al resto de la sociedad? Cuántas preguntas podemos y debemos hacernos. Es momento de profunda reflexión porque si nos autodestruimos, algo estaremos haciendo mal, si nos quemamos es que algo está fallando.

Colinas del Campo

Arde el Bierzo por los cuatro costados, arde la Omaña, arden incluso los Picos de Europa de León, arde por doquier. Y no parece que pueda pararse tal desbarajuste. Unos por otros y la casa por barrer, una casa, nuestra casa, que está invadida por la ceniza. Y hoy hemos vuelto a amanecer bajo un cielo de cenizas.

Ya sabemos que el fuego también es principio de vida (el fuego inventó al ser humano), pero el fuego descontrolado, en esta catastrófica situación, es principio de muerte, es la muerte caminando desbocada por nuestros montes y nuestros bosques, nuestros pueblos...

Ya sabemos que el fuego puede arrasar con todo, ya lo sabemos, también sabemos -porque el Bierzo, la provincia de León, Castilla y León, Galicia, Extremadura... es de todos, de todas, no sólo de quienes vivimos en estas tierras, en estas comunidades, en estos rincones de España, sino de aquellos, aquellas que se acercan a estas zonas- que la falta de prevención, de medios, la falta de todo lo necesario para que no ocurra tal desastre, nos ha llevado hasta este punto. Y aquí seguimos, en las mismas, como si no hubiéramos aprendido la lección. A buen seguro seguiremos repitiendo la historia de la infamia, de la inmundicia, porque nadie le pone el cascabel al gato. Y los políticos de medio pelo echándose los trastos unos a los otros. Y tú más... Y así en este plan de planes absurdos, maquiavélicos, donde todos salimos perdiendo, porque a fuego revuelto y descontrolado... ya se sabe. A los gestores del medio ambiente de Castilla y León, de todas las comunidades, que los pongan al tajo, que los lleven al campo, al monte, a desbrozar, a cortar fuegos, para que aprendan la lección.
Estamos en manos, salta a la vista a tenor de lo ocurrido y lo que viene ocurriendo a lo largo de los años, de mandatarios que miran para su propio ombligo, para sus intereses, y les importamos una mierda, aunque al final, como ya había dicho, todos acabaremos perdiendo, porque si perdemos nuestra naturaleza, que es la vida, también los políticos basura acabarán enfangados en su propia mierda, en su egocentrismo, en su miseria moral, en su fajo de billetes, que, llegado el caso, no servirían más que para limpiarse el culo, y ni eso, que es de guarros limpiarse del culo con papel. No hay nada mejor que lavárselo con agua y jabón.
Campa o campo de Colinas 

Arde el Bierzo, arde León, arde la comunidad castellano-leonesa, arde nuestra alma, arden nuestros sueños y nuestras ilusiones, arde nuestra vida como ardió en los crematorios la vida de millones de judíos durante el Holocausto, víctimas que se vuelven, con el transcurso del tiempo, en verdugos.
¿Qué nos quedará después de la calcinación de nuestra naturaleza? Un paisaje de ceniza y de muerte.
Arde el Bierzo, arde La Cabrera, arde la provincia de León, arde Castilla y León, arde Galicia, arde Extremadura, arde España... Arde la Tierra, nuestro planeta otrora verde y azul... Y ahora del color de la ceniza, esas cenizas que llueven sobre nuestros cuerpos, sobre nuestros sueños rotos. 

viernes, 15 de agosto de 2025

Decimocuarto encuentro literario en Noceda del Bierzo

 Por razones que no logro entender, hice reseña del Decimocuarto encuentro literario en Noceda del Bierzo para la revista La Curuja, pero no lo plasmé en este espacio del blog. Así que ahora, con un retraso de dos años, puesto que este será ya el Decimosexto encuentro literario, vayan aquí estas palabras de recuerdo. 

Cuenya, Camino, Elisa, Mayela, Carla

El próximo agosto, dios mediante (que diría el cura del pueblo) tengo previsto realizar (con la colaboración del ayuntamiento y el respaldo del Colectivo cultural La Iguiada) el Decimoquinto encuentro literario en Noceda del Bierzo. Estáis invitados/as. Como ya tenemos fecha, hora y espacio, pues no está de más recordaros que será el sábado 17 de agosto, a las siete y media de la tarde en las antiguas escuelas del barrio de Vega, como en la pasada edición. Con la ilusión de que las palabras sobrevuelen el útero de Gistredo, la tierra que me vio nacer y crecer. Cada vez que pronuncio Gistredo siento un chute de adrenalina. Y eso me da energía para proseguir con la tarea, mientras aún resuenan en mi cabeza las palabras de las personas que intervinieran en el Decimocuarto encuentro literario en Noceda del Bierzo, que se celebró el sábado 12 de agosto, a las siete y media de la tarde en las antiguas escuelas del barrio de Vega de Noceda.

Camino, Elisa, Mayela, Mari Cruz y Cuenya

En la pasada edición contamos con la participación de las poetas y narradoras Camino Pastrana, Mayela Paramio, Elisa Vázquez, Mari Cruz Álvarez Durández, Ainhoa Prieto, y uno mismo como organizador del evento. Tengo la impresión de que, en el pasado encuentro literario de Noceda del Bierzo, nos embriagamos de poesía, de emociones, de belleza, esa que engendra luz, quedándose grabado en nuestra memoria emocional, afectiva gracias al numeroso público entregado, amable, y por supuesto al buen hacer de las narradoras que participaron e hicieron posible, con la magia de sus palabras, este encuentro. 


Mi gratitud por tanto a Camino Pastrana, Elisa Vázquez, Ainhoa Prieto Méndez, María Cruz Álvarez Durández y Mayela Paramio Vidal, además de Carla Bodelón Juan (que prestó ayuda) y Jesús Madero García (con sus fotos). Y también a Luis Segura (originario de Quintana de Fuseros), que leyó sus poemas incluidos en el número de verano (30) de la revista La Curuja, a Luis Nogaledo como concejal de cultura, a Tory Álvarez Arias, como representante del ayuntamiento, al Ayuntamiento de Noceda del Bierzo regentado por el joven y dinámico alcalde Andrés Arias Nogaledo. A quienes lo hicieron posible de alguna manera. Tampoco quiero olvidarme de la presencia de las amigas, exalumnas y narradoras Laly Dbt, Gelines, Nieves Chamorro... 

Mari Cruz, Luis, Elisa, Mayela, Manuel Cuenya, Camino

Lástima que este año no pudiera estar entre nosotros José Manuel Nogaledo. Esperamos que esté bien recuperado para el próximo. Una pena asimismo que Ainhoa Prieto, la autora de Estar sin ser y Contra intangibles, se pusiera malita en medio del encuentro y tuviera que abandonarlo de forma precipitada debido a su estado de salud, ya que sufre desde hace años de algunas enfermedades raras. Deseo, Ainhoa, que logres en algún momento curarte y vivir en paz. “Quiero pedir perdón a todos los asistentes, a mis compañeras y al organizador por las molestias causadas. Y también dar las gracias a todos por acogerme de una forma tan cálida y por el cariño que me regalaron. Mención especial a Manuel Cuenya por invitarme y por comprender mi situación. Y también a mis familiares y amigos que estuvieron pendientes de mí en todo momento, ya que eran conscientes de que rozaba el límite. Espero que la próxima vez, salga mejor todo y pueda disfrutar de un ratito agradable. Esto son las enfermedades raras, provocando crisis inesperadas, sin tener ni un ápice de compasión. Gracias a todos y una vez más, lo siento”, llegó a decir Ainhoa Prieto. 

Ainhoa Prieto

La narradora ponferradina Elisa Vázquez, que es toda una especialista en literatura infantil y juvenil, nos obsequió con un relato de corte humorístico, que nos arrancó la carcajada en más de una ocasión. Y eso es de agradecer siempre porque nos hizo pasar un rato de lo más agradable habida cuenta del mundo terrible en que vivimos, con la violencia extrema campando a sus anchas, con tantas guerras y genocidios como en el mundo hay. La narradora de Quintana de Fuseros, Mari Cruz Álvarez Durández, nos encogió el corazón con su relato titulado Cuando el amor no se elige, ambientado en Urdiales y Quintana en una época –en realidad no tan lejana–, donde imperaba la barbarie, y mujeres como Demelsa y María la sufrieron a manos de unos tipos desalmados. La profesora y narradora Mayela Paramio, con su excelente puesta en escena (no en vano tiene vena teatral) y su voz poética (su prosa rezuma poesía) nos envolvió. Y nos hizo incluso caminar por sus Baldosas amarillas, danzando nosotros mismos en el desván del alma. Por su parte, la periodista y narradora Camino Pastrana, quien recientemente había viajado a Senegal, nos deleitó con una excelente reflexión acerca de las nuevas tecnologías. La propia Camino nos dijo y escribió lo siguiente: “Es indudable que la inteligencia artificial ha venido para quedarse. Y no vamos a luchar contra una corriente inevitable.

Mari Cruz, Cuenya y Luis Nogaledo con el público asistente


Lo más lógico es rechazar la dualidad y aceptar que lo artificial y la emoción pueden trabajar en equipo, y hacer que funcionen mixes complejos y extraños, tal y como sucede con el dulce y el salado, el queso con frambuesa, los dátiles con bacon, el vino con nueces y las pasas con asados”, pues eso, amiga Camino, procuraremos convivir en armonía, si tal puede decirse, con lo artificial, aunque a uno le sigue entusiasmando lo natural y la naturalidad, la madre naturaleza, todo aquello que fluye como un río desbordante de energía.

jueves, 14 de agosto de 2025

Taormina, una grande bellezza

 

Con vistas al mar Jónico y el Etna









Aunque el viaje desde Cefalú hasta Taormina no es en exceso largo (unos 200 kilómetros), cuando el viajero llega a la estación de Taormina Naxos Giardini, la tarde está a punto de caer, porque en Sicilia se nota que oscurece mucho antes que en el Noroeste español. Y para más inri el viajero, vaya fenómeno, llega sin haber reservado alojamiento, ¿a quién se le ocurre?, lo cual acaba siendo un inconveniente, porque Taormina en verano, al igual que Cefalú, está atestada de turistas y viajeros provenientes de todo el mundo. No en vano, Taormina ha atraído a ilustres visitantes a lo largo de la historia, incluyendo a escritores, artistas, o gente de la alta sociedad, entre ellos, Goethe, Truman Capote, Thomas Mann, Óscar Wilde, Salvador Dalí, Gustav Klimt (con un bello cuadro titulado Teatro de Taormina), Orson Welles, Rita Hayworth, Tennessee Williams, que escribió en Taormina parte de sus obras, Un tranvía llamado deseo y La gata sobre el tejado de zinc; D. H. Lawrence, quien buscó inspiración en esta ciudad para componer su novela El amante de Lady Chatterley, o el propio Lawrence Durrell (amigo del coloso Henry Miller), que viajó a Taormina atraído por su belleza y su legado histórico, en concreto su teatro grecorromano, el cual acabaría escribiendo un libro titulado Carrusel siciliano, con un capítulo dedicado a Taormina.  

Al fondo la bahía de Giardini-Naxos










En una época como la actual, sobre todo en verano, llegar sin reserva de alojamiento a un sitio tan turístico puede suponer un verdadero quebradero de cabeza, pero el viajero ya está habituado a estos asuntos (es la tercera vez que visita esta ciudad: https://cuenya.blogspot.com/2017/04/taormina.html), y tampoco le mete miedo -el miedo paraliza-, aunque sí se resiente, porque la energía que tenía, cuando era un rapaz al que no se le ponía nada por delante, ya no la tiene. 

Estación de tren de Taormina


Llego a la estación de Taormina Giardini, cuyo exterior me hace recordar una kasbah marroquí. Pero qué imaginación le echa el viajero. Lo que sí recuerdo es que en esta estación de tren el director Coppola filmó la escena en la que Michael Corleone (Al Pacino) se encuentra con su exmujer Kay (Diane Keaton), aunque en la película El Padrino cambiaron el nombre de esta estación por el de Bagheria, que es una población cercana a Palermo, donde además nació el director Tornatore, el creador de Cinema paradiso y Malèna.  

Teatro de Taormina


En la noche asoma una luna que se refleja en la bahía, y el viajero necesita un alojamiento para cobijarse, ¿de qué, del calor? 

Taormina queda en lo alto de una colina, con lo cual al viajero no le apetece treparse hasta la misma. No son horas de andar trasteando. Prueba a buscar un Bed and Breakfast relativamente cercano a la estación de tren, pero no hay suerte. También lo hace con un hotel aledaño, donde el  recepcionista no le ofrece mucha confianza porque parece que intentara quedarse con el viajero. Y el precio que le dice en un inicio se le antoja desorbitado. Bueno, si pagas en efectivo es más barato que si pagas con tarjeta (qué cosas), llega a prometerle el tipo de la recepción. Pero esto al viajero le suena a cuerno quemado y entonces decide lanzarse a la aventura en busca de alojamiento en Giardini-Naxos, que queda a unos pasos de la estación de tren de Taormina. Giardini-Naxos, con vistas al mar Jónico, es una buena opción para alojarse. 



El viajero acaba reservando un Bed and Breakfast con la sensación, nada agradable, de que tal vez no haya nadie para atenderlo, a resultas claro está de la hora que es. Pero al final, luego de algún mareo, consigue contactar con la persona responsable de este alojamiento y se encamina hacia el mismo, que en realidad no es la dirección que tenía anotada según la reserva. Gajes del oficio, nomás. Lo que hay que andar es espabilado porque de lo contrario te comen la merienda, la cena... lo que se tercie. El alojamiento no está ni mal ni bien, pero está y tiene aire acondicionado, sin el cual resultaría cuasi imposible dormir. Y eso que al viajero no le hace gracia el aire acondicionado. Pero en Sicilia en verano el personal debe adaptarse al mismo o de lo contrario puede darse por jodido o por muerto, que es peor. 
El Duomo de Taormina

La entrada en este viaje a Taormina, mejor dicho a Giardini-Naxos, que es una población pegada, no es la mejor que se diga. Y eso que el nombre de Taormina es en sí mismo una grande bellezza. Como el título de la sorprendente película de Sorrentino.

Lo mejor será descansar, si el calor lo permite, se dice el viajero para sus adentros (esto ha quedado cursilón) y al día siguiente dios dirá, o mejor dicho, las diosas del teatro grecorromano dirán. Ese teatro que es una delicia.

Al día siguiente, aún con el calor metido en el cuerpo, el viajero desayuna rico en la trattoria del tío de la responsable del alojamiento, y emprende camino en bus hacia lo alto de Taormina, que se encuentra encaramada a un mirador sobre el mar Jónico, en la cima del monte Tauro, y eso le hace sentir dichoso, porque, desde las alturas, el mundo parece incluso más amable que desde el suelo o subsuelo de la realidad. De repente, me asaltan las Memorias del subsuelo, de Dostoievski.

Porta de Catania (Taormina)

Acaso conviene elevarse para ver y sentir mejor que cuando uno permanece a ras de suelo. El viajero piensa que quizá Taormina podría ser un lindo nombre para una mujer. No cabe duda de que Taormina es una mujer, se dice, una literata, como Mary Shelley, que fue una visionaria del siglo XIX, una figura poética, un paraíso en la tierra, como dijera Goethe de esta Casa en el Monte Tauro que al gran Maupassant, el autor de El horla, entre otros terroríficos relatos, le pareció que esta ciudad griega, romana, bizantina y árabe, contenía en sí misma todo lo que hay en la Tierra capaz de atraer la vista, la imaginación y el espíritu.

Plaza IX Aprile

Desde las alturas, Taormina, "la perla del mar Jónico", es en verdad una mujer, una isola bella de azul turquesa, una belleza que parece de otro mundo, o acaso fuera del mundo, con sus escalinatas y sus calles y callejuelas empedradas, fotogénicas, llenas de color y de flores, calles de cuento de hadas con aroma a helado de pistacho, con sus puertas de Catania y Messina, que dan entrada y salida al corso Umberto I, la arteria principal de esta ciudad con sabor griego, una animada calle peatonal llena de tiendas, restaurantes, galerías de arte, que cada día atrae a más visitantes, y que conduce directamente a la plaza del Duomo, fuente con caballo incluida, que sacia la sed del viajero, aunque mana a cuentagotas.

A continuación, caminando por el Corso Umberto I, se encuentra con la Plaza IX Aprile, desde donde se abren estupendas vistas al mar Jónico y al Etna.

Taormina

Taormina es pues una isla luminosa dentro de otra isla llamada Sicilia, un paisaje donde florecen los mitos, las leyendas.
Las vistas desde el teatro antiguo, griego, colgado en la colina, que también es romano (donde se realizan conciertos, como el reciente de Kraftwerk, o representaciones teatrales de Esquilo y Sófocles, incluso su prestigioso festival de cine por el que han pasado estrellas como Marlon Brando o De Niro, Sophia Loren o Elizabeth Taylor...), quitan el hipo.
También el cineasta Woody Allen lo eligió para rodar algunas escenas de su película Poderosa Afrodita.
Giardini-Naxos

El Etna, que es todo un símbolo de la fuerza y la belleza de la naturaleza, se eleva imponente con su fumarola y la bahía se extiende inmensa hasta Giardini-Naxos, que es la playa natural de Taormina, un paisaje de ensueño, que siempre recordaré, entre otros sabores, por el gelso, un granizado de moras realmente insuperable, pura delicatessen, porque Taormina es un bocado exquisito, una delicia para los sentidos. Y este sabor me traslada a mi infancia y adolescencia, al mosto de uva que hacíamos en casa. 

Plaza IX Aprile

En sus recorridos por Taormina (también por la luminosa bahía de Giradini-Naxos), el viajero siente que ha logrado tocar, acariciar la grande bellezza. Y eso le ha colmado de placer, de un placer inmenso, mientras mira, una vez más, cómo el funicular desciende desde el centro de esta pintoresca localidad hasta la bahía de Mazzarò.   

Siempre nos quedará Taormina como lugar de inspiración. Con este pensamiento, el viajero pone rumbo a la ciudad de Catania, donde naciera el gurú musical Battiato https://cuenya.blogspot.com/2011/09/battiato-guru-de-la-musica.html, que nos dejó canciones tan sobrecogedoras como La cura, que cada vez que la escucho me hace lagrimear. 

https://www.youtube.com/watch?v=IYeYQRBqIUg

Con esta canción me despido de este viaje por Sicilia, con la idea de volver en algún momento. 

Aún queda el viaje desde Taormina, desde la estación de tren que le sirviera a Coppola como escenario de rodaje de su Padrino, hasta Catania Centrale. Y desde ahí rumbo al aeropuerto de Fontanarossa. 

miércoles, 13 de agosto de 2025

Cefalú, un sueño marino, un Cinema Paradiso


Después de la visita al mítico territorio de Corleone, que es algo así como la Comala de Rulfo en el interior de Sicilia, a unos quinientos metros sobre el nivel del mar, el viajero regresa a Palermo con la sensación de haber estado en un lugar asombroso, que perteneciera a otro tiempo, acaso a un tiempo fundido con un espacio fabulado. Puro realismo mágico. 

Palermo le espera de nuevo al viajero con su emplazamiento entre montañas, en un golfo luminoso, que contrasta con la decadencia de algunos de sus edificios desconchados y de sus sombrías calles y callejones y sus mercados callejeros con olor a parrilla y a especias. Con sabor a granizado de fresa, también. 


Creo que Palermo es un sitio especial, que acaba atrapando al viajero, porque no es un simple decorado, aunque haya servido como escenario fílmico, como otros muchos sitios turísticos, véase Cefalú, que en verano está atestado por hordas de turistas. En todo caso, nadie puede olvidar Palermo, como se dice en la película de Rosi, Olvidar Palermo, porque la capital de Sicilia resulta hechizante con su aire arábigo, su monumentalidad y su abandono, con sus mercados y su bullicio, con su autenticidad. 
A pesar de que Cefalú es un sitio turístico, el viajero desea visitar este pueblo de la costa norte siciliana donde se rodaron algunas escenas de la película Cinema paradiso, de Tornatore. Una película que me fascina, una belleza comestible, que nos habla del poder del cine, de su magia, de la capacidad que tiene como medio de masas, de concentrar en torno a su luz a toda la población de una aldea. Y por tanto, la capacidad del cine para mostrarnos la vida. 

https://cuenya.blogspot.com/2020/07/cinema-paradiso.html

Cefalú, con la belleza azul de lo marino y la luz acariciadora del celuloide

El antiguo puerto de Cefalú se convirtió en escenario para esta maravillosa película, en la que vemos cómo el cine de verano se traslada a la playa y los pescadores disfrutan de las historias del cine. El cine y Cefalú nos hacen soñar, incluso despiertos. 


A menos de cien kilómetros de Palermo en dirección a Messina, cuyo trayecto en tren puede realizarse de un modo confortable en aproximadamente una hora, se halla Cefalú, que parece emerger del mar como una poderosa Afrodita al regazo de una gran roca, la cual es todo un símbolo y un escenario mitológico, desde donde se tienen buenas vistas, al decir de los lugareños. El sol aprieta y la subida a este peñón no parece la mejor idea, a sabiendas de que desde las alturas -me encantan las alturas-, se pueda gozar de un soberbio espectáculo visual. 

Cefalú es, por lo demás, uno de los puntos de salida hacia las islas Eolias y un pueblo costero de aguas azul turquesa y aspecto medieval -sus calles me hicieron recordar a Santillana del Mar-, cuya vida gira precisamente en torno al mar y a sus calles principales paralelas al mar, a saber, Corso Ruggero y Vittorio Emanuel, con sus tiendas, restaurantes, heladerías y pastelerías... con sus muchas iglesias y sus casas nobles y su catedral-fortaleza, de estilo normando e influencia bizantina, con sus dos impresionantes torres, declarada Patrimonio de la Humanidad. La plaza del Duomo, el centro neurálgico, con sus palmeras, es uno de los espacios emblemáticos. 



Otro espacio para recrearse es el antiguo puerto (Porticciolo), en concreto el Largo degli eroi, dedicado a unos pescadores que perecieron tratando de salvar a otros pescadores. Desde los arcos de este Largo se accede al mirador costero para disfrutar de los acantilados y el espigón del puerto.


Asimismo, a través de la porta Pescara o Marina, que es una puerta en forma de arco de medio punto -en realidad la única puerta que queda de la antigua muralla de Cefalú-, se llega al antiguo puerto, donde se encuentran las casas colgadas que asoman al mar como una ensoñación fílmica. Y es que Cefalú es un sueño marino, un Cinema Paradiso. 

El viajero continúa rumbo a Messina, conocida por su estrecho marino, que separa la isla de Sicilia de la península de Italia, un espacio mitológico donde habitaban, según la mitología griega, dos monstruos marinos, Escila y Caribdis, cada uno en una orilla del estrecho. Y, aunque en un inicio, el viajero tiene la intención de visitar Messina, al final prosigue camino hacia Taormina, su siguiente parada, antes de regresar al punto de llegada a la isla: el aeropuerto de Catania. 

lunes, 11 de agosto de 2025

Corleone existe

 

En ocasiones, la realidad se confunde con la ficción, y la ficción toma visos de realidad. Este es el caso de Corleone, que asociamos al apellido de El Padrino (Vito Andolini/Corleone), la novela de Puzo (por cierto, este autor estadounidense se inspiró en Los hermanos Karamazov, de Dostoievski, para su familia Corleone), que Coppola nos ofreciera adaptada al cine en una trilogía gloriosa, cuyas tres películas me fascinan todas ellas, aunque, si tuviera que elegir una, me quedaría con la segunda, así que eso de que segundas partes nunca fueron buenas es, en mi opinión, una tontería, como tantas otras.

Precisamente, en El padrino II vemos cómo el pequeño Vito logra huir en Corleone de los tiros de los sicarios de don Ciccio y puede embarcarse rumbo a los Estados Unidos. Cuando el niño Vito llega a Ellis Island un oficial norteamericano de inmigración lo inscribe bajo el nombre de Vito Corleone, aunque su apellido fuera Andolini. ¿Suena mejor Corleone, verdad, tiene más fuerza? 

A menudo la literatura y el cine inmortalizan espacios, personajes. Y Corleone ha quedado inmortalizado, grabado en la retina de la memoria. Pues, además de un apellido que suena a mafioso, es un pequeño pueblo (Corleone significa corazón de león) situado al sur de Palermo, en el interior de Sicilia -a mitad de camino de Palermo y Agrigento-, de donde salieron algunos de los más terribles capos de la Cosa Nostra, de la mafia, y donde imperó durante décadas la ley del silencio. 


En este reciente viaje a Sicilia no podía faltar la visita a Corleone porque me apetecía adentrarme en este territorio legendario, real y a la vez ficticio, porque Corleone existe no sólo en el mapa sino también en la literatura y en el cine, aunque Coppola no llegara a rodar en este lugar, supongo que por temas de seguridad, teniendo que filmar en otras localizaciones como Forza d’Agrò y Savoca, en la provincia de Messina, en el este de Sicilia.  

Corleone, por tanto, existe y su relación con la mafia persiste o persistió hasta hace bien poco (no en vano, el Ayuntamiento de Corleone fue disuelto en 2016 por su vinculación con la mafia), aunque uno como visitante no se percatara de ello y encontrara un pueblo casi desértico bajo un sol de justicia (con doble sentido, también), con una temperatura superior a los cuarenta grados. No se extraña uno de que no asomara el pescuezo ni un alma por las callejuelas de Corleone. Con el recuerdo imborrable de un joven panadero que atendió al viajero con una amabilidad proverbial. Y es que los sicilianos son todo hospitalidad. Me hizo recordar a la gente del Bierzo, incluso de otro tiempo. 


Curiosamente, a Corleone se le conoce, aparte de ser la cuna de la mafia, como el pueblo de las cien iglesias. ¿Tendrá relación lo eclesiástico y lo mafioso? Espero que no me arrojen a la hoguera inquisitorial por plantear esta pregunta que, por por otra parte, parece del todo pertinente. ¿No se hablaba también (más leña al fuego) de la vinculación del terrorismo en el País Vasco con la iglesia? Lo dejo en interrogante.  

La verdad es que Corleone, entre dos rocas, del color de lo terroso, se me apareció como un pueblo del Oeste, del Oeste vaquero americano, quizá porque sus habitantes tuvieron que emigrar en su día a Yankilandia, que ahora está en manos de otro trilero con nombre de pato. De pato mareado, porque el tipo de marras parece que se hubiera jamado más de un tripi. Dicho lo cual, el viajero también se chuta con las imágenes de la saga el Padrino en un bar en Corleone que es todo un escaparate fílmico. Y por supuesto me hice una fotica a la entrada del pueblo con un cartel donde figura el nombre de este sitio mítico. 

Sólo por haber arribado hasta aquí ya me produjo un gran placer, que se potenció con el capuccino con hielo que tomé acompañado de un dulce de pistacho. 

Ahora, al recordarlo, me produce aún más placer. 

viernes, 1 de agosto de 2025

Palermo, un gran mercado al aire libre

El viaje de Siracusa a Palermo atravesando el interior de Sicilia dura unas tres horas (aún me viene el sabor de panino caprese), o sea, que no resulta pesado porque existe una autopista. 

Puerto de Palermo

El paisaje, que uno se va encontrando a lo largo del recorrido, presenta ciertas similitudes con algunas zonas de La Mancha, o al menos esa es mi impresión en cuanto a terrenos secos y extensos, sobre todo en época estival, aunque en este trayecto también se aprecian colinas, montañas, con una vegetación variada. 

En lontananza, a unos cuantos kilómetros de distancia, ya se intuye Palermo rodeada de montañas. Es la segunda vez que visito la capital de Sicilia. En anterior viaje volé a su aeropuerto. 

https://cuenya.blogspot.com/2017/04/palermo.html

El Duomo

La ciudad de Palermo, situada en el norte de la isla, en la llanura costera llamada la concha dorada, se asoma al mar a través de su Golfo. Su ubicación se me antoja de una gran belleza. Luego, cuando uno penetra en sus entrañas, en sus callejuelas, se da cuenta de que no es oro todo lo que reluce, aún así esta es una ciudad monumental,  en la que han dejado su huella tanto fenicios y griegos como romanos, árabes y normandos (véase por ejemplo el Palacio de los normandos, o palacio real, donde se halla la capilla palatina, la máxima expresión del arte árabe-normando), incluso españoles. 

Porta Vicari

No es mi intención aburrir con datos ni monumentos, aunque sí mencionaré algunos, como el Duomo-la catedral, del siglo XII (Patrimonio de la Humanidad), que en cierto sentido me hace recordar la mezquita de Córdoba. En realidad, fue una mezquita. Con sus torres, cúpulas y arcos de medio punto y ojivales, muestra un estilo oriental; o bien San Giovanni degli Eremiti, una iglesia construida sobre una antigua mezquita, con sus llamativas cúpulas. 

Quattro Canti


Asimismo, destacaría la piazza Bologni, entre la piazza Quattro Canti y el Duomo, conocida por la estatua en bronce de Carlos I de España sobre un pedestal; la fontana Pretoria, con la homónima plaza en la que se halla, una fuente circular renacentista que representa un mundo mitológico de dioses y ninfas desnudos, cuya desnudez escandalizó en su día al clero y a los burgueses palermitanos; la antes mencionada piazza Quattro Canti (una plaza octogonal, donde se cruzan la Vía Maqueda y Vittorio Emanuele, de cuatro esquinas barrocas con placas solemnes de los monarcas españoles. Cuatro magníficas fachadas con sendas fuentes), o el emblemático teatro Massimo, de estilo neoclásico, uno de los mejores de Europa, con la estatua de Verdi en el exterior, es a su vez sede de la Ópera, y sirvió de escenario para las secuencias finales de la película de El padrino, tercera parte. Sobrecogedor es el grito de Michael Corleone en las escalinatas del Teatro Massimo cuando se da cuenta de que su hija Mary (que interpreta la actriz y directora Sofía Coppola) ha sido asesinada. Un placer volver a encontrarme con este monumento.

Teatro Massimo

Palermo ha servido como escenario cinematográfico a diversas películas, como por ejemplo Palermo Shooting de Wenders, Olvidar Palermo, de Rosi, o secuencias de Cinema Paradiso, de Tornatore, y El gatopardo, de Visconti, entre otras muchas.

Aparte de los monumentos citados y de las principales vías como Vittorio Emanuele -la calle más antigua de Palermo, fundada por los fenicios en el siglo VII a.C., gran parte de la misma es peatonal, la cual conecta la catedral con la zona marítima-; o bien la Vía Roma y la Vía Maqueda (al final de la cual puede verse la porta Vicari, que es una de las siete puertas que se conservan en la actualidad), me quedo con sus mercados, como el de la Vucciria, cuyo origen se remonta a la época de los árabes, donde se vendía la carne (buchería) y donde puede degustarse la sabrosa gastronomía italiana/siciliana.


Curiosamente, en esta zona se halla el Instituto Cervantes de Palermo. El eje principal de la Vucciria está representado por la piazza Caracciolo, que está abarrotada
 de terrazas de bares y restaurantes, donde se sirven comidas típicas y bebidas a precios más bajos que en las calles céntricas que rodean el mercado, y la vía Maccheronai, una calle estrecha, en el otro extremo del eje, donde otrora se ponían a secar los macarrones de pasta que elaboraban los artesanos, de ahí el nombre de vía de Macarroneros, donde se encuentran varios locales de comida típica durante la noche, a precios bien asequibles, y bebidas, como la cerveza Moretti, a un euro la botella.
Fontana Pretoria

Asimismo, merece la pena darse una vuelta por el mercado de Ballarò, el más antiguo de Palermo. Se cree que los primeros puestos datan de épocas musulmanas, cuando Sicilia estaba bajo el imperio Otomano. A grito de tendero se venden frutas y verduras, quesos, pescados y carnes, encurtidos, frutos secos, especias para condimentar la pasta...

Mercado de Ballarò


Algunos puestos también cocinan platos tradicionales, te hacen una bruschetta o un bocadillo de pulpo, o bien te asan a la parrilla pinchos morunos o tripas de cordero. También en este mercado, en general, en Sicilia son típicas las arancini, que son croquetas o bolas de arroz empanadas y fritas rellenas de diferentes ingredientes como el ragú, queso, jamón...  O los cannoli (dulces típicos de Sicilia rellenos de queso ricotta, están exquisitos) como postre. Son mencionados por Clemenza en la película El padrino. Y en la película El padrino III Connie asesina a don Altobello con cannoli envenenados, o bien un solo cannolo envenenado, pues vemos cómo le hace probar uno a ella para después zampárselos él. 

Instituto Cervantes

El mercado de Ballarò es como un gran zoco magrebí rebosante de vida, porque la ciudad de Palermo es un gran mercado al aire libre, humeante, oloroso... Palermo es asimismo una tierra abierta, de e-migrantes, sobre todo a América, donde algunas familias sicilianas acabaron montando un imperio mediante el control de los bajos fondos.

Entre la luminosidad de su puerto y lo sombrío de sus callejones, donde paradójicamente luce la ropa tendida o algún tipo lunático, Palermo se me aparece como una ciudad curiosa, sorprendente, animada, también caótica, cuya población me late cercana, hospitalaria, como suele ser habitual en toda la isla de Sicilia.

Lunático

Lo que no olvidaré, ay, es el excelente granizado natural de fresa. El mejor que he probado en mi vida. También tienen fama los granizados con brioche o bien los brioche rellenos de helado (brioche farcita).

En esta ocasión me alojé enfrente de la estación central de trenes y de buses, en el hotel 55 Aira, que es un sitio confortable, con desayuno incluido. Eso de alojarse cerca de los transportes tiene sus ventajas.
La Vucciria


A unos sesenta kilómetros al sur de Palermo, en el interior de la isla, se halla la población de Corleone, que me gustó visitar sólo por ser el escenario de la Cosa Nostra. De eso daré ya cuenta en una próxima entrada. Si bien, durante los próximos días, viajaré a miña terra galega.