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lunes, 31 de enero de 2011

Valdeorras

Recupero este texto, escrito recientemente para el periódico el Buscador http://www.periodicoelbuscador.com/(con el cual colaboro desde hace ya algún tiempo).


Al fondo, O Barco
La comarca de Valdeorras y la comarca del Bierzo están emparentadas, hermanadas por el río Sil, en tiempos aurífero (lo que nos devuelve a una época legendaria), por el  sentir común de su paisanaje, por su meloso y pegadizo acento, por su riqueza paisajística y gastronómica (incluidos sus vinos, con variedades autóctonas como el godello y la mencía, acogidas ambas a Denominaciones de Origen), por su microclima, y aun por su esplendor pizarrero, sobre todo Valdeorras, que sigue exportando pizarra a varios países del mundo. No en vano, esta bella y familiar comarca ourensana así como su vecina  región de Trives pertenecieron en su día  a la antigua provincia del Vierzo/Bierzo. También la historia nos marca.

         Panorámica de O Barco, desde el Castro

El Barco (O Barco), su capital, nos aproxima al mar y de paso nos convida a navegar por el Sil, ese río legendario y telúrico,  en busca de algún tesoro escondido. Cabe recordar que el Paseo del Malecón, con sus cafeterías y terrazas, es uno de sus lugares animados y emblemáticos, y por momentos hace que el viajero fantasee, en cierto modo, con alguna ciudad caribeña.
Parque de Viloira
Cuentan que el término O Barco proviene de la instalación, en época romana, de una barca que conducía a la gente hasta el hermoso y pintoresco pueblo de Viloira (Villoira), con el fin de comunicar las poblaciones existentes a ambas márgenes del río. 
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Haylos, en cambio, que sostienen que el topónimo proviene del celta barc o barg, que haría referencia a una concavidad. Acaso haya otras versiones, que el visitante desconoce. 




En todo caso, la capital valdeorresa amerita de una visita, incluso de varias. En un primer recorrido, y para tener una impresión genérica del entorno, merece la pena subirse al Castro, que domina la ciudad. Desde este promontorio se gozan de espléndidas panorámicas sobre el valle.
También puede visitarse el Pazo del Castro y las murallas de la fortaleza medieval, que aún se mantienen en pie, en medio de algunas casas y algún que otro cable. Cosas de la modernidad.

                                       Xagoaza
Luego, el viajero puede acercarse al Mosteiro de Xagoaza, de estilo románico y dicen que perteneciente a la Orden de Malta, que se halla a pocos kilómetros de O Barco. Xagoaza, enclavado en un entorno de gran belleza, despierta la curiosidad del viajero, que gusta de la naturaleza, y aun del vino. Aquí se encuentra Bodegas Godeval, cuyo nombre hace honor a la variedad de uva, el godello, con la que elabora sus vinos.
                                                                                                                                                                        
Río Sil (en el límite del Bierzo con Ourense. Del lado de allá)

Y para finalizar este recorrido, el viajero –llevado acaso por su instinto-,  decide visitar Viloira, esa otra orilla desde la que se atisba en la cercanía O Barco. Viloira es un buen lugar para reponer fuerzas y descansar al calorcito de un sol invernal, que sorprende por su amorosidad. 
Sus jardines, con árboles centenarios, dan paz y sosiego al viajero, que se siente como en el huerto sensual de la felicidad.

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