Proyectos
hechos realidad son los que nos ofrecerán, en el Espacio Vías de la capital
leonesa, cuatro artistas, a saber, Marta Muñiz (pianista, poeta y narradora),
Ángeles Rodríguez (actriz), Ulises Solís (músico) y Martín Castaño (director
técnico).
Se trata de Gloria
y los más fuertes, en claro homenaje a una de las grandes poetas españolas
de la Generación de los 50, la escritora Gloria Fuertes. Y Lorqueando ando,
dedicado al genio Lorca, uno de los más grandes del siglo XX. Ambas son obras
de teatro musical para un público infantil, “pero para niños de todas las
edades”, aclara la poeta, narradora y compositora musical Marta Muñiz Rueda.
Gloria y
los más fuertes se
representará el próximo 30 de septiembre, mientras que Lorqueando ando
podrá verse el 7 de octubre.
Cuenta Marta
Muñiz –quien se ha pasado todo el invierno componiendo y escribiendo, y en
verano ensayando– que han invertido muchas horas y energía en estos trabajos,
que esperamos tengan una gran aceptación por parte del público.
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Marta Muñiz y Ángeles Rodríguez. Foto: Alejandro Nemonio Aller |
“Surgieron como proyectos porque ambas familias mantenemos sólidos
vínculos de amistad. Nos unen muchas cosas, Ángeles y Ulises son mexicanos, los
niños tienen edades similares y sentimos idéntica pasión por el arte y la
cultura. Por ello decidimos
que sería bonito trabajar juntos. Primero surgió la apuesta por Lorca. Y
después, al ver que nos encantaba trabajar juntos y que el tipo de formato
(teatro musical) era atractivo, surgió Gloria. Todo de forma espontánea, en
cenas familiares. Y así la idea original fue creciendo y creciendo”, apostilla
Marta, que se muestra muy ilusionada. También con el hecho de que intervengan
sus hijos y el de la pareja formada por Ángeles Rodríguez y Martín Castaño.
“Alex y
Marcos saldrán a escena en una canción como un pato y un mono chinos. Y Carmen
recogerá las entradas de Gloria. Nos gusta que se involucren y que se sientan
parte de esta pequeña compañía que está naciendo”, nos explica la autora de Tiempo
de cerezas, que pronto espera publicar nuevo poemario.
En Gloria y los más fuertes, que es un espectáculo
concebido sobre todo para niños/as de entre 3 y 12 años (una obra perfecta para
disfrutar en familia), podremos escuchar diversas canciones, cada cual,
representando el ritmo de un país, desde un tango argentino pasando por un
vals, ranchera, un chachachá cubano, samba, canción oriental o pasodoble
español, entre otros, con el objetivo de que este espectáculo resulte de
interés desde la diversidad cultural. Una diversidad que nos enriquece a todos.
Y para ello el músico mexicano Ulises Solís (pareja de Marta Muñiz) contribuyó
de un modo decisivo, con su aportación, los ritmos populares universales,
habida cuenta de que ésta es su especialidad.
La puesta en escena se acompaña con marionetas y diferentes
recursos, estableciendo un diálogo entre Gloria Fuertes y sus personajes (que
están enfermos, si bien la enfermedad se presenta como una circunstancia
natural en la vida), con el fin de captar la atención del público
infantil.
Esta obra, además, aborda otros temas transversales de suma
importancia en el mundo infantil, etapa en la que se forjan los principios
fundamentales de los seres humanos. La música como hilo conductor, universal y
emocionante. “La obra es muy cómica y la dirección técnica la lleva Martín
Castaño, que es genial creando atmósferas… Por su parte, la actriz Ángeles
Rodríguez busca el acercamiento y participación del público, la interactuación,
de tal manera que los más pequeños se sientan atrapados en todo momento por la
historia que les estamos contando”, apunta Marta.
En
cuanto a Lorqueando ando, estamos ante un proyecto arriesgado a
la vez que mágico, porque su creadora ha puesto música a siete poemas de Lorca
para niños/as, entre ellos El lagarto está llorando, que a Marta le
resulta emocionante. Incluso ha añadido un fragmento del Romancero gitano
(Verde que te quiero verde), que en su día ya había ideado para Noceda
del Bierzo, sólo que ahora –matiza– es más largo, tiene piano, introducciones,
intermedios... “y un poema del Cante Jondo lo recita la actriz Ángeles
Rodríguez con la guitarra de Ulises de fondo… Todo se centra en un sueño del
poeta, con escenas de cuando era niño hasta una pesadilla incluida”, concluye
la poeta, narradora y compositora Marta Muñiz Rueda.
- ¿Cómo
surgió el proyecto de Gloria y los más fuertes. Y qué importancia tiene
la escritora Gloria Fuertes en la vida y obra de Marta Muñiz?
-Recuerdo
perfectamente el momento en que nació Gloria.
Estábamos cenando en nuestra casa Ángeles, Martín, Ulises y yo. Era una noche
oscura de diciembre y era Navidad. Afuera nevaba. El proyecto de Lorca iba
avanzando y pensamos de pronto que podríamos hacer uno más para niños. Yo este
año quería dedicar mi espacio creativo a los niños, porque veo crecer a mis
hijos muy rápido y me gustaría que disfrutasen algo que ha hecho su madre antes
de que la niñez y sus tesoros abandonen nuestra casa. Por eso yo creo que
nacieron estos proyectos y un cuento de Navidad que escribí en su día para
Carmen y que se publicará también en breve. Quería dedicar parte de mi labor a
los niños. Y nadie ha escrito mejor para los más pequeños que Gloria Fuertes.
Miles de adultos hemos crecido leyendo sus poemas, su obra la llevamos en
nuestro “maletero emocional”. Gloria para mí es uno de los grandes referentes en
poesía femenina del siglo XX. Fue una gran poeta social y actualmente se está
divulgando mucho su obra para adultos, que leo y admiro. Sin embargo, escribir
literatura infantil de calidad es muy difícil y también es un acto muy
generoso. Pocos autores reconocidos han dedicado obras al público infantil,
como si la categoría infantil no
tuviese el mismo prestigio o renombre que la literatura adulta. Caer en este
tipo de prejuicios es un grave error. Creo que es enormemente difícil llegar al
corazón de un niño. Los niños son auténticos, no fingen. Y también muy
exigentes. Creo que Gloria Fuertes se merece como nadie este y mil homenajes.
Su poesía infantil tiene una gracia y una espontaneidad difícilmente
superables. Es un patrimonio inmortal del que debemos sentirnos muy orgullosos.
- ¿Qué se va
a encontrar el público viendo esta obra, sobre todo el público infantil a la
que va dirigida?
-Se va a
encontrar con una obra divertida, porque la poesía de Gloria lo es, al menos la
infantil. Una historia simpática que trata de presentar la enfermedad como algo
natural que no nos hace débiles, sino fuertes. El valor, en la vida, no
consiste en hacer el viaje sin sobresaltos u obstáculos, sino en saber hacerles
frente. Muchos personajes derrotan prejuicios, hay tortugas y caracoles que no
son lentos, orangutanas presumidas, arañas que bailan, mosquitos que se
enamoran… También creo que es importante destacar el papel fundamental de la
música como elemento integrador. Vivimos en una sociedad cada vez más plural y
diversa en la que conviven niños cuyos orígenes y culturas son muy diferentes.
La música es un lenguaje universal que llega en vena a todos los seres humanos mediante la emoción. Es emoción a
flor de piel, como el llanto o la risa. El público va a poder cantar con la
actriz y los músicos porque escuchará melodías pegadizas en ritmos que seguro
le son familiares. Hay géneros que los llevamos en el ADN, aunque no lo
sepamos. Podemos sentir y reconocer fácilmente un chachachá, un vals, una
samba, un tango, aunque los más pequeños no sepan ponerle etiqueta. Esa ya se
la añadimos nosotros. Y sobre todo se van a encontrar con una Gloria divertida
y solidaria, con su maravillosa poesía y su infinita ternura.
- ¿Qué destacarías
de esta obra en homenaje a Gloria Fuertes?
-En cuanto al
texto de la obra teatral, la escena planteada pretende ser lúdica y es en sí
misma un viaje. Desde el minuto uno la actriz va a intentar romper la cuarta pared, el público forma parte del
ensueño. De pronto todos habremos viajado a África. En el teatro todo es
posible.
La parte musical me resultó especialmente complicada durante el proceso
creativo, tal vez porque me impuse a mí misma el reto de escribir cada canción
en un ritmo diferente. Quería resaltar esa capacidad integradora de la música
como lenguaje universal. Pero claro, partía de un texto que no podía cambiar,
porque no es mío, y debía tratarlo con el máximo respeto. Hacer coincidir
tempos y ritmos entre los poemas de Gloria y esquemas preestablecidos, como
pueden ser la samba o el vals, fue muy complicado. Hay una canción, El caracol herido, que me hizo sudar
sangre. Tardé muchas horas y días en lograr el efecto chachachá. Y hacer de La tortuga presumida un tango también fue
complejo. Uno lee los poemas de Gloria y al utilizar un lenguaje sencillo,
cercano, al tener rima y ser muy musicales, podría parecer fácil ponerles
música. Si me hubiese limitado a realizar canciones sencillas en un formato,
digamos colegial, como de función
escolar, con todos mis respetos a este tipo de canciones, hubiese sido más sencillo.
Pero la métrica de Gloria da giros inesperados y de pronto comprendes que es
difícil de acomodar a esquemas fijos. Y añádele a esto el hecho de que tiene
que tener gracia. El poema es cómico, la música tiene que subrayar esa chispa.
Fue tremendamente complicado musicalizar a Gloria. Sin embargo, una vez
terminado, estamos disfrutando muchísimo los ensayos, espero que sea un buen
presagio y que al público le guste.
-Lorca,
que es pura musicalidad, puro ritmo, pura poesía, ¿cómo crees que será recibido
por los más pequeños?
-Lorqueando ando es una obra
completamente distinta a Gloria y los más
fuertes. Aunque tratemos de repetir formato, teatro musical para niños,
Lorca es tradicionalmente un autor para adultos. Un poeta y dramaturgo oscuro
en sus temas, parece perseguirle en toda su obra un destino trágico que
efectivamente terminó alcanzándolo. Por este motivo, desde el principio sabía
que musicalizar a García Lorca para el público infantil era un reto de primera
magnitud. Sin embargo, yo soy muy lorquiana y también muy perseverante.
Federico es uno de mis poetas favoritos, mi poeta de cabecera, podría decirse,
desde niña. He leído su obra toda mi vida. También he contemplado en varias
ocasiones sus dibujos y he tocado su música, porque Lorca componía música para
sus obras. He analizado su teatro y su poesía hasta la saciedad en la
Universidad, en mis lecturas personales, en trabajos privados… Ya en el colegio
era algo sabido por mis compañeras esta pasión lorquiana. Mientras otras
adolescentes escribían en pupitres y árboles el nombre del chico que les
gustaba yo sólo escribía LORCA y
pintaba un corazón. Me miraban como si estuviese loca. Si cuento esta anécdota
ahora es para que se entienda hasta qué punto realizar este proyecto para mí es
un sueño cumplido.
Desde hace muchísimos años quería poner música a las siete canciones que
Lorca dejó escritas para niños, pero no veía el momento de llevar a cabo este
proceso hasta que Ángeles Rodríguez apareció en mi camino. Fue un instante
revelador, casi evangélico, tipo Saulo.
Paralicé todo lo que estaba haciendo en ese momento y me centré absolutamente
en las canciones de Federico. Durante meses me absorbió por completo, casi era
una obsesión. Cuando toco al piano El
lagarto está llorando aún me emociono, y no es plan, porque los que deben
llorar son los lagartos. Sé que el peligro máximo es que me supere esta
emoción. Pero también sé que posiblemente sea esta la obra en la que más amor
he puesto en mi vida. Creo que cuando el público la escuche, niños y adultos,
va a advertir eso, que es un acto de amor. Por lo demás, acercar la figura y el
universo poético lorquiano a los más pequeños es su principal objetivo. No hay
tragedia en este Lorca, solo sueños. Nos vamos a encontrar un Lorca mágico,
porque la magia es el puente entre su poesía y la infancia.
- ¿Qué te
gustaría reseñar acerca de Lorqueando ando? ¿Por qué este título en
gerundio?
-Este título fue
idea de Ángeles Rodríguez y yo acepté su propuesta porque me gustó de
inmediato. El gerundio, como forma verbal no personal, que tantas veces va
asociada al verbo ser, denota
participación, interacción, nos lleva de la mano a un presente compartido, un
presente continuo que dura toda la función y es además un juego de palabras que
funciona como una puerta lúdica para el público infantil. Queremos que los
niños se acerquen a Lorca y Lorqueando
ando es una invitación a ese juego onírico y poético en el que les vamos a
sumergir.
Transversalmente trata temas que es bueno acercar a los niños, el modo en
el que afrontamos los miedos, la importancia de no rendirse, la libertad vista
como un tesoro, y me encanta la última pieza de esta suite, en la que se funden
la Nana de Yerma (un bosquejo breve
que dejó escrito en notas el propio Federico para su obra de teatro) con la Canción tonta a la que yo he puesto música en sol menor
para que ambas se fundiesen, con el propósito de decirnos que el amor de una
madre es un bien de incalculable valor para cada ser humano. Cuando vi el
resultado final y cómo ambas piezas encajaban con precisión me parecía mentira,
es como un milagro. Si tuviese que volverlo a hacer no sé si lo conseguiría.
Si Gloria representa la simpatía y la
ternura, Federico será la música y la magia. Lorca era también pianista y muy
bueno, además. Llegó a dar algún concierto de piano en su Granada natal. Esa
musicalidad vocacional está presente en toda su obra poética. Su poesía es
música escrita con palabras. Lorca es puro ritmo. Sin embargo, lograr captar su
esencia es una tarea más delicada. Soy consciente de haber asumido un reto muy
difícil. En mi defensa solo puedo alegar que, si es un delito, lo cometí por
amor.
- ¿Qué
dirías sobre las aportaciones de tus compañeros de trabajo Ángeles Rodríguez,
Ulises Solís y Martín Castaño?
-Las tres son de inestimable valor. Conocer a
Ángeles ha sido decisivo en mi vida. A nivel personal creo haber ganado una
amiga que es un ángel, una mujer todo corazón y a nivel artístico es una actriz
descomunal. Devora el escenario, te secuestra el corazón, hace de tu emoción
carne viva. Creo que su interpretación de la Dra. Gloria y de Teresita Guillén
(la protagonista de Lorqueando…) no
pueden tener mejor encarnación. Disfrutamos muchísimo los ensayos: reímos,
lloramos, nos abrazamos… Está siendo muy emocionante.
Ulises me ha ayudado muchísimo con su visión
y sus conocimientos de la música popular. Yo soy tremendamente clásica, muy
academicista, por trayectoria y experiencias, y acercarse a los ritmos propios de
la música popular es difícil cuando tu mente está amueblada musicalmente de
otra manera. Gracias a Ulises cada canción pertenece a un subgénero que le encaja
como anillo al dedo (creo). Además, es
un crítico muy exigente, tanto en lo literario como en lo musical. Jamás ha
sido flexible ni condescendiente conmigo, todo lo contrario. Se lo agradezco
mucho. Tiene infinita paciencia porque es el primer crítico y testigo de todo
lo que hago. Yo sé que es un lugar difícil.
Y sobre Martín creo acertar si digo que es un
hombre que domina muy bien el tiempo y el espacio, sabe crear atmósferas
adecuadas, coreografías cuidadas y es muy delicado y puntilloso. También valoro
mucho su sensatez, es el más maduro de los cuatro y nos contagia cierta calma
que dada la pasión femenina de este clan, les aseguro que es necesaria. No le
haremos caso siempre porque la locura debe estar presente, pero le escuchamos y
le queremos muchísimo. Los tres son maravillosas personas y con grandes
personas no sé si se hacen cosas grandes, pero sí cosas buenas.
- ¿Y qué
señalarías acerca de tu aportación?
-Quienes me van conociendo saben que soy una mujer muy apasionada, que
se vuelca en todo lo que hace hasta la extenuación. Para bien o para mal soy
así. Lo mejor ha sido poder unir mis dos grandes amores: música y poesía. Creo
que una parte que había olvidado de mí misma, la Marta niña, ha regresado a mi
conciencia en estas dos obras. Cuando empecé a componer las canciones y a
escribir los textos me parecía una aventura peligrosa. Todo era nuevo y estaba
coqueteando con un mundo desconocido por dentro para mí hasta ahora: el teatro.
Aunque pienso que mi sitio está en la poesía primero y en la novela después,
escribir y componer estas obras infantiles está resultando una experiencia muy
emocionante, inolvidable, sobre todo porque es un proyecto en el que
participamos los siete. Es como si dos familias cogiesen un barco y se lanzasen
mar adentro con el objetivo de conocer el mundo.
Por lo demás, he tratado de dar, como siempre, lo mejor de mí misma. No
sé si he acertado o si he cometido una locura, incluso un delito, como ya he
dicho. Eso tendrá que valorarlo el público. Es sin duda una gran lección.
Aceptaré el veredicto con humildad, sea cual sea.
- ¿Qué
importancia tiene México, habida cuenta de que dos de las personas que
intervienen de un modo activo en estos espectáculos son de este país
norteamericano?
-Pues, aunque parezca imposible o extraño que
México se haya colado en dos obras inspiradas en poetas españoles, tengo que
decir que ha sucedido. ¿Cómo no estando ahí Ángeles y Ulises? Toda huella se
siente. Por ejemplo, en Gloria y los más
fuertes, hay una ranchera que canta Ulises, El gallo despertador. Y El
lagarto está llorando es una fusión muy sorprendente musicalmente hablando,
porque la melodía es claramente española, con giros que se acercan al flamenco;
el otro día una amiga me decía que advertía en algunas partituras de Lorqueando ando el poso de Granados, lo
que no sería raro porque es un autor con el que he trabajado mucho, seguramente
Beatriz acierta, pero el ritmo de esta canción es de Huapango mexicano. ¡Ojo a la combinación! Los lagartos son
españoles, pero cantan en huapango
mexicano. Me encanta la fusión de culturas y ese lazo omnipresente entre todo
lo latino. Y algo muy conmovedor y a la vez bellísimo es el efecto contrario,
como un boomerang, Ángeles Rodríguez
en Gloria y los más fuertes es la araña de España. Ángeles, mexicana de
“hueso colorao”, con bata de cola, peineta y clavel reventón cantando un
pasodoble. Maravilloso.
- ¿Qué es
para ti la música, la poesía, el arte… en definitiva?
-Es mi aliento,
mi respiración. No concibo mi vida sin la música y la poesía. No concibo un
mundo sin arte, sería un horror. No comprendo que nadie pueda ser feliz sin
experimentar esa descarga eléctrica que solo el arte aporta, ya sea como
creador o como espectador. El arte es la categoría emocional y ontológica que
más enaltece a los seres humanos, siempre y cuando sea efectivamente humano, es
decir, no divino, sino hecho a la medida del hombre, por y para él. Aunque el
arte acerque al creador a la divinidad, pues es una de las pocas formas en las
que un ser humano da vida a algo desde la nada, eso no debe hacernos sentir dioses.
Cuando llega la idea de dios a la
cabeza del creador, el arte desaparece, porque el arte no es divino, es humano.
Debe vivir tocando el suelo, aunque sepa y pueda volar.
- ¿Crees
que la cultura debería estar mejor considerada en nuestro país? ¿Y por ende
remunerada como se merece?
-Desde luego.
España nunca ha tratado como se merece a sus artistas. Se nos llena la boca
hablando de Lorca, de Machado, de Dalí, de Picasso, de Velázquez… Pero si
vivieran hoy entre nosotros les dejaríamos morir de hambre. Tenemos o se
pretende que así sea, la idea de que la cultura debe ser gratuita. La cultura
debe ser universal, es cierto, es un derecho de todo ser humano acceder a ella
para crecer como persona, pero eso no significa que no haya que pagar a los
artistas. Parece que incluso está mal visto que un autor cobre por sus
pinturas, sus canciones, sus libros… No comprendo esto. Pagamos la consulta a
un médico, a un abogado, pagamos el pan y la carne en el supermercado. Pagamos
la gasolina, el alquiler, pero nos da pereza gastar en libros, cd’s, cuadros,
etc. Si se pueden descargar gratis mejor. Y el artista que lo es a tiempo
completo vive de su profesión porque ha dedicado su vida a formarse para ser un
buen profesional. E invierte tiempo, dinero y mucho esfuerzo en sacar adelante
sus obras. Es justo que se valore su trabajo, porque a todos nos gusta escuchar
música, leer poesía, ir al cine, pero a muchos músicos se les sigue pagando con
copas. Eso no es ético ni moralmente admisible. Los músicos no somos vagabundos
vagos y perezosos. Somos profesionales como en cualquier otro sector. Y digo músicos
como podría decir pintores, actores o fotógrafos. Hacen falta también más
ayudas estatales a proyectos que merezcan la pena. La cultura es nuestro mayor
patrimonio y el orgullo de un pueblo, pero si queremos que siga viva tendremos
que hacer un esfuerzo.