Raquel Lanseros
“Las lenguas son diferentes formas de realidad en sí mismas”
La poeta Raquel Lanseros, autora de Diario de un destello y Los ojos de la niebla, está
inmersa en la corrección de dos libros de poesía a la vez que escribe una
novela sobre la identidad.
Aunque nacida en Jerez de la Frontera,
Raquel Lanseros se siente leonesa, no sólo porque ha vivido una parte de su
vida en esta ciudad, sino porque su obra poética está impregnada de paisajes
humanos y geográficos leoneses. “Machado dijo en una ocasión que las personas
son de donde hayan estudiado el Bachillerato. Creo que al maestro no le faltaba
razón a la hora de ponderar la adolescencia como la etapa vital en la que se
fija de un modo certero la identidad de las personas y por lo tanto las
pertenencias y los arraigos”, aclara la autora de Diario de un destello, un libro por el que siente especial cariño porque
supuso para ella un gozoso punto de inflexión. Este poemario, que obtuvo hace
ocho años el accésit del prestigioso Premio Adonáis, aparece ahora publicado,
en una edición bilingüe, en la editorial francesa Les Éditions du Paquebot.
Raquel
Lanseros es una leonesa universal porque ha tenido la
inquietud de visitar y vivir en muchos lugares, “más al sur, más al norte, y de
todos ellos he intentado absorber la cultura, la luz, las palabras, los
sabores, las sensaciones. Creo que es una de los grandes factores de enriquecimiento de mi mirada sobre el
mundo”.
Licenciada
en Filología Inglesa, profesora, políglota y gran viajera, Raquel Lanseros, a
quien le encanta escribir y cuyos temas preferidos son la memoria, el amor, el
tiempo, los sueños y las ensoñaciones -pues “forman parte privilegiada de los
asuntos del alma, la materia poética por excelencia”-, tiene el don de la
palabra, tanto oral como escrita, y es capaz de transmitir emociones intensas
con su poesía, que es pura luz, como ella misma, porque su obra poética es
fruto de una reflexión sobre el ser humano y el mundo, “a la vez que una
búsqueda en las fuentes de la intuición, de la emoción y de la belleza de las
palabras y sus connotaciones”.
La autora de Los ojos
de la niebla (Visor, 2008) y Croniria
(Hiperión, 2009), dos de sus premiados poemarios, habla con fluidez varios
idiomas, entre ellos inglés y francés, aparte del castellano, lo que le ha
permitido viajar por todo el mundo además de reflexionar sobre el propio hecho
lingüístico, “que me parece altamente enriquecedor para un escritor o
cualquier persona cuyo instrumento de trabajo sea el lenguaje”, apostilla ella,
porque “las lenguas no son diferentes maneras de traducir la misma realidad –argumenta-,
sino diferentes formas de realidad en sí mismas, algo así como ventanas que
desde una misma casa nos enseñan una perspectiva diferente. Por no hablar de la
fascinante historia que lleva aparejada cada palabra, cuyo recorrido en el
tiempo es fascinante”.
“El viaje es una de las metáforas más poderosas de la propia
vida, el enfrentamiento a lo desconocido”
El viaje, en su caso, es un punto de arranque poético. “No
en vano –explica- es una de las metáforas más poderosas de la propia
vida, el enfrentamiento a lo desconocido, la toma de conciencia del propio yo a
través del nosotros y la adopción final de parte de lo nuevo en nuestro corpus
personal”. En todo caso, cualquier experiencia que tenga una persona influye en
todos los demás órdenes de la vida, y los viajes y la escritura no son una
excepción. En este sentido, viajar es -según la autora de La acacia roja-, importante para
cultivarse, aunque no indispensable, y sobre todo “una de las actividades más
enriquecedoras que existen, porque es una fuente de aprendizaje concentrado de
otras culturas, lenguas, modos de vida, paisajes y costumbres”. Y lo mismo
ocurre con la escritura, porque si bien uno puede escribir de modo espléndido
sin haber viajado (al menos de un modo físico), el hecho de viajar te da otra
dimensión de la realidad, te confronta, en definitiva, con otros mundos, con
otras realidades, “concede una apertura que puede incidir de manera muy
positiva en la mirada del escritor, y por lo tanto, en su escritura”.
“De todos los lugares que he visitado o en
los que he vivido, he intentado absorber la cultura, la luz, las palabras, los
sabores, las sensaciones”
Su obra poética figura en numerosas antologías y
publicaciones no sólo nacionales sino internacionales, sobre todo en países de
Europa y América. Recientemente, ha publicado algunos de sus poemas en una antología,
A las órdenes del viento, bajo el
sello editorial Valparaíso. Y además
ha sido traducida a varios idiomas, entre otros el turco, el hebreo o el
francés, lo que la convierte en una poeta con una excelente proyección.
“Supongo que todo autor desea comunicarse con otras personas a
través de su obra, para que ésta adquiera sentido pleno”
“Supongo
que todo autor desea comunicarse con otras personas a través de su obra, para
que ésta adquiera sentido pleno. Por eso siempre es motivo de alegría toda la
difusión que pueda alcanzar, máxime si es fuera de las fronteras del propio
país”, dice entusiasmada la poeta, la cual confiesa su admiración por sus
traductores al turco y al hebreo porque “son dos enormes poetas, Ataol
Behramoglu y Amir Or, muy conocidos y respetados en sus respectivos países… Ambos
consagrados con magníficas obras que ojalá puedan conocerse más en España en un
futuro próximo”.
En
la actualidad, Raquel está inmersa en la corrección de dos libros de poesía que
le han llevado siete y tres años de trabajo respectivamente. “Asimismo estoy
escribiendo una novela sobre la identidad”.
“Mi tendencia es
tomar siempre el camino de la búsqueda”
-¿Qué libro no dejaráis de leer o leerías por segunda vez?
La verdad es que hay cientos
de libros que merecen ese honor. Últimamente he estado releyendo Frankenstein, de Mary Shelley, una
novela tan extraordinariamente rica en matices y metáforas que hacen que su
relectura sea obligatoria si queremos captar todas sus capas de simbolismo.
- Un personaje
imprescindible en la literatura (o en la vida)
Amo los
personajes como don Quijote, Madame Bovary
o el gran Gatsby, porque son capaces de pelear batallas de antemano perdidas
que, sin embargo, los dignifican como seres humanos, al no resignarse a admitir
sólo lo que la realidad les ofrece y tener el atrevimiento de mirar más alto,
de darle al mundo, gracias a su enfebrecida imaginación, algo que antes no tenía,
aun cuando terminen apaleados o muertos.
- Un autor o
autora insoportable (o un libro insoportable)
Creo que todo
autor, por el hecho de haber acometido el ímprobo esfuerzo de escribir un
libro, es merecedor de respeto, independientemente de mis gustos personales.
Así que no voy a tildar de insoportable a nadie.
- Un rasgo que
defina tu personalidad
Supongo que la
inquietud. Para bien o para mal, mi tendencia es tomar siempre el camino de la
búsqueda.
- ¿Qué cualidad
prefieres en una persona?
Hace años quizá
habría mencionado en primer lugar la inteligencia o el ingenio. Ahora sin
embargo no tengo ninguna duda sobre la cualidad que más aprecio en las
personas: la bondad.
- ¿Qué opinión
te merece la política actual? ¿Y la sociedad?
Vivimos un
momento muy inquietante, atrapados entre lo viejo que no acaba de morir y lo
nuevo que no acaba de nacer. Nuestro sistema político actual se ha revelado
ineficaz a la hora de dar respuesta a las necesidades y demandas de los
ciudadanos, a la vez que ha permitido que la corrupción y el envilecimiento
moral de los gobernantes alcancen cotas insostenibles y peligrosas. En mi
opinión, es urgente una refundación de nuestro ordenamiento político, que
permita una regeneración moral global para que la justicia ocupe el lugar del
desatino, la trampa y el abuso de poder. No podemos ni debemos continuar
tolerando un nivel de nepotismo y saqueo de lo público como el actual.
- ¿Qué es lo
que más te divierte en esta vida?
Hay muchas cosas que me
divierten: salir por ahí, leer, conversar, hacer deporte, viajar, conocer
personas y cosas nuevas, bailar… Aunque quizá lo más divertido de todo sea
aprender. Aprender es una fuente inagotable de placer y de vida.
- ¿Por qué
escribes?
Supongo que escribo porque
necesito comprenderme a mí misma y al mundo que me rodea, exorcizar los propios
fantasmas y fragilidades y comunicarme de manera real con mis semejantes para
encontrar consuelo y complicidad.
- ¿Crees que
las redes sociales, facebook o twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?
No especialmente.
Creo que las redes sociales son muy útiles para estar en contacto con muchas
personas que viven lejos, así como para estar al corriente de los
acontecimientos del mundo literario u otros ámbitos de interés. Pero como
ejercicio literario no las veo especialmente eficaces, aunque hay personas que
suben aportaciones realmente bellas y valiosas.
- ¿Cuáles son
tus fuentes literarias a la hora de escribir?
Son innumerables,
de hecho creo que es difícil que exista un autor que no sea un consumado y
apasionado lector. Son tantos los autores que admiro y de cuya obra intento
beber que sería imposible citarlos a todos.
- ¿Escribes o
sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?
Durante un tiempo
tuve un blog, pero mi falta de constancia me obligó a abandonarlo, porque
estaba siempre desactualizado. Existen blogs fantásticos cuyos autores hacen
verdadera Literatura al escribirlos, otros que recogen extractos de grandes
obras de la Literatura universal o poemas, y también son muy interesantes de
seguir. Pero no me queda más remedio que confesar que en la actualidad, la
falta de tiempo para hacer todo lo que me propongo a lo largo del día ha hecho
que ya no siga ningún blog a diario.
- Una frase que
resuma tu modo de entender el mundo
Voy
a utilizar una cita de Terencio con la cual me identifico plenamente: “Nada
humano me es ajeno.”