LA FRAGUA LITERARIA LEONESA
Andrea Valbuena: "La poesía es un proceso de reflexión, sobre todo lo que me rodea y sobre mí misma"
La poeta Andrea Valbuena, autora de 'Si el silencio tomara la palabra' (Valparaíso Ediciones, 2018), está en estos momentos trabajando en su próximo poemario. Y preparando más viajes junto a la poeta Elvira Sastre, con la que acaba de volver de una gira por Argentina que les ha dado muchas alegrías.
Manuel Cuenya | 12/06/2019 - 10:26h.
"De la tierra embrutecida,
de los campos de girasoles,
de las zarzas y sus moras,
del castillo en la colina;
brota la poesía.
...
De arrancarle las palabras a la herida,
de remar a contracorriente,
del miedo al enemigo,
de la cicatriz y esa ausencia,
del pecho que le queda;
brota la poesía..."
(Andrea Valbuena, 'En esta nueva batalla', incluido en 'Si el silencio tomara la batalla')
Admiradora de las poetas Elvira Sastre y Raquel Lanseros, entre otras y otros, Aldrea Valbuena es una joven promesa de la nueva poesía española.
Escribe Raquel Lanseros, en la contraportada de 'Si el silencio tomara la palabra', el reciente poemario de Andrea Valbuena, que "es una poeta que no necesita levantar la voz para convencer. Sus versos –nacidos para ser susurrados como cercanías cálidas- se arremolinan alrededor del fuego del silencio, revelador de las verdades más hondas... Poeta de muchas lecturas, Andrea pasea por las palabras de los poetas para depositarlas suavemente en nuestro presente, con un discurso cargado de ternura y convicción, de preguntas y de búsqueda". Algo de lo que Andrea Valbuena se siente muy orgullosa.
"Admiro mucho la obra de Raquel Lanseros y a ella misma, así que estas palabras me abrumaron la primera vez que las leí de la misma manera que lo hacen ahora. Aprendo mucho de cada coma que escribe y me parece increíble que mis versos le merecieran esa opinión".
Aunque nacida en Barcelona, porque sus padres vivían allí en 1992, toda su familia (padres, tíos, abuelos, bisabuelos y tatarabuelos) procede de la provincia de León, en concreto de los pueblos de San Pedro de Valderaduey y Cea, que son su único hogar permanente, "aquél en el que puedo recordarme, desde el principio de mi memoria, al menos un verano al año", rememora ella, que también ha vivido en Burgos, Madrid y Segovia.
En realidad, nunca ha desarrollado un sentido de pertenencia hacia ninguna de las ciudades en las que ha vivido. Y siempre se ha sentido forastera y un poco de ninguna parte. Con el tiempo ha descubierto que el único lugar al que pertenece sin reservas es su pueblo, o mejor dicho sus pueblos: San Pedro de Valderaduey y Cea.
"La historia familiar reafirma esta idea. Todo esto influye en mi manera de mirar y estar en el mundo porque siempre he tenido presente esa herencia en la sangre de mis padres, e incluso las maneras y el acento de León, con el que tanto me gustaba volver a Barcelona cada septiembre", afirma la autora de poemarios como 'Una tormenta tropical lleva mi nombre' (2012) o 'Las vidas que me habitan', que fueron autoediciones. Hasta que consiguiera en 2016 el Primer Premio Valparaíso de poesía con 'Mágoa', lo que le permitió publicar, a través de Valparaíso Ediciones, su libro más reciente titulado 'Si el silencio tomara la palabra' (2018), en el que figuran bellos poemas como 'A tres centímetros del suelo', que es un homenaje al padre o bien 'El Majuelo', basado en una anécdota familiar que descubriera mientras recogía la poda del majuelo de su abuela en el páramo de Cea.
"Cuando se encuentren en tu boca el queso y la uva, / recuerda que ese beso es mío. / Recuerda que un día quise pintarte el cielo aún más azul / y regalarte toda la vida de la tierra. / Aunque no pude escalar las nubes / aquí abajo supe cuidar nuestro suelo. / Planté la semilla de un deseo / y crecí con ella cada vez que sonreíste..."
(Andrea Valbuena, 'El majuelo', incluido en 'Si el silencio tomara la batalla')
"Uno de mis primos (somos diez) se quejaba de la cantidad de trabajo que daba esa tierra para luego perder las uvas porque eran muchas y nunca terminábamos comiéndolas (argumentos con los que yo comulgaba), pero entonces mi tía Toñi nos dijo que si no lo hacíamos por nosotros lo hiciésemos por mi abuela, porque esa tierra se la había comprado mi abuelo Valentín a ella para que nunca le faltasen uvas en su vida, porque le encanta comerlas con queso. Se me pusieron los pelos de punta. Para el resto era una historia más y muchos ya la conocían. Pero a mí me cambió por completo y me inspiro ese poema. Me pareció la constatación de un amor puro y de verdad que, si bien yo había crecido con él y había sido testigo del mismo, quizá no lo entendí del todo hasta que escribí ese poema y supe de esa historia. Para mí es uno de los más importantes del libro y el que más alegrías me ha dado, porque hay mucha gente con historias parecidas que se identifica con él", se expresa con sinceridad y añoranza esta Graduada en Estudios Ingleses por la Universidad Complutense de Madrid, cuyos dos primeros libros, "bonitos recuerdos de adolescencia", estaban dedicados casi completamente a su familia.
"Andrea Valbuena es una poeta que no necesita levantar la voz para convencer. Sus versos –nacidos para ser susurrados como cercanías cálidas- se arremolinan alrededor del fuego del silencio, revelador de las verdades más hondas..."
Un modo sin duda magnífico la autoedición para darse a conocer. Una aventura que le supuso, a su juicio, un empujón de seguridad y confianza, "que se vio acunado por las redes sociales", apostilla Andrea, cuya vocación por la poesía surgió en el instituto, sobre todo cuando descubrió la poesía de la Generación del 27. Y en concreto al poeta Cernuda.
(Puedes seguir leyendo esta fragua en ileon.com: https://www.ileon.com/cultura/098489/andrea-valbuena-la-poesia-es-un-proceso-de-reflexion-sobre-todo-lo-que-me-rodea-y-sobre-mi-misma)
No hay comentarios:
Publicar un comentario