Os dejo este artículo publicado la pasada semana en la Nueva Crónica.
Monumento al ciclista en Ponferrada
Hemos pasado, casi sin darnos cuenta, de aquella Ponferrada
pimentera a una Ciudad
de la Energía que en breve, en concreto a finales del mes de septiembre, celebrará
su Mundial de Ciclismo, algo que atraerá a muchos
visitantes, sobre todo a aquellos
y aquellas con interés por este deporte, que a uno le
entusiasmaba cuando era un adolescente y aún un jovencito. En otros tiempos
siempre seguía, a través de la televisión, el Tour de la France, el Giro italiano
y la Vuelta a España. En realidad nunca he perdido el gusto por el ciclismo y
mucho menos por pasearme y aun desplazarme en bicicleta, incluso en una ciudad
como Ponferrada, que no está precisamente diseñada para viajar en este
vehículo. Como ocurre, pongamos por caso, con las modélicas ciudades
holandesas, que son una delicia para moverse en este medio de transporte.
Torre La Rosaleda
La bici me
sigue pareciendo un invento saludable, poético, que permite contemplar, a ritmo
vital, el mundo, que invita a tomarle el pulso al paisaje. Ojalá este Mundial
de Ciclismo en la capital del Bierzo sirva, además de darle proyección, para
concienciar a la población que moverse en bici es
algo sano tanto para la ciudad (el ecosistema en su totalidad) como para las
propias personas.
Aquel pueblo pimentero, que posteriormente se reconvirtiera en ‘Ciudad
del dólar’ gracias a la minería y la térmica (con el feísmo carbonero por
bandera), y años más tarde se dejara asomar con timidez como ‘Ciudad del Cine’
(rotonda incluida), se ha transformado en la actualidad en una urbe dinámica, a
pesar de la crisis, con un rostro harto limpio (a veces me da la impresión de
estar en el Tirol o en la Selva Negra, sobre todo en invierno, cuando miro la
montaña nevada de la Guiana) y una vida deportiva y cultural apetitosa, con el
Bergidum como emblema del buen hacer, sobre todo en lo tocante a espectáculos
teatrales, además de otras salas dedicadas a la música en vivo y en directo
como la Tararí (en el casco histórico), La Vaca (en la Gran Manzana), la/el
Cocodrilo (en la céntrica avenida General Vives) o bien El Morticia, en el
moderno barrio de La Rosaleda, donde otrora despuntaran las jorobas carboneras,
que ahora luce como una urbanización estadounidense, con rascacielos incluido.
La Ponferrada, que se prepara ya para acoger el Mundial de
Ciclismo (con el monumento al ciclismo a la entrada, próximo al Campus
universitario), nos abrazará con sus mejores galas ciclísticas. Esperamos que
sea todo un éxito y dé a conocer más y mejor, en todo el mundo, a
la capital del Bierzo, la ciudad en la que vivo desde hace cerca de quince
años.
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