Nyman en Guanajuato. Foto: Cuenya |
http://www.michaelnyman.com/
La primera vez que escuché a este músico, en Radio 3, se me erizaron todos los vellos del alma. Es tal la fuerza de su música, que en concierto te sacude las entrañas y hasta te puede hacer saltar las lágrimas de emoción. Luego, pasado un tiempo, llegaría a verlo/escucharlo en vivo y en directo (con su banda, la Nyman Band) en Getxo, en compañía de mi amigo Javi. Una maravilla, aquel concierto. Y ya en los años 90, durante mi estancia en México, puede verlo y escucharlo en el Festival Cervantino de Guanajuato. Recuerdo verlo pasear, sosegado, por las calles de Guanajuato. Dicho sea de corrido, el Festival Cervantino se me hace magnífico. Y por allí han pasado y siguen pasando (imagino, porque hace tiempo que no estoy al tanto del mismo) extraordinarios artistas, tanto en lo musical como en lo teatral. https://www.youtube.com/watch?v=t3KgZlxTz8g
Nyman paseando por Guanajuato (México) |
Aunque Nyman es sobre todo conocido por su banda sonora de El Piano, lo que le procuró un enorme éxito y fama internacional, uno recuerda con mucho cariño sus colaboraciones en las bandas sonoras de las pelis del cineasta británico Peter Greenaway (otro fenómeno): El vientre del arquitecto, Drowning by numbers, El contrato del dibujante, Zoo, El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante o Prospero's Books.
http://www.youtube.com/watch?v=9WAxyU2CV5s
El inventor del término minimalista, que tiene pinta de confesor (gafitas incluidas) y cuyas composiciones gozan de este estilo -a veces con toques rockeros, es un decir- y aun de la influencia de la música clásica: Mozart, Purcell... ha compuesto no sólo música para pelis, entre ellas Gattaca o Carrington, sino algunos cuartetos de cuerda y óperas como El hombre que confundió a su mujer con un sombrero (The Man Who Mistook His Wife for a Hat), basada en una obra del neurólogo inglés Oliver Sacks, que versa sobre un músico que sufre una agnosia visual (prosopagnosia).
Grande, Nyman.
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