http://www.nocedadelbierzo.com/lacuruja.html
La Curuja, A Curuxa, La Coruja es como le decimos en mi pueblo a las lechuzas, esas rapaces nocturnas que siempre están ojo avizor, al acecho de cuanto pueda acontecer en la noche.
Curujas o Corujas se les dice, por ende, a las vecinas y vecinos chismositos, que siempre están de cotorreros, pendientes, tras los visillos de alguna ventana, de lo que uno pueda hacer. Algo muy común en los pueblos y aldeícas. Supongo que de toda España. Aunque en el Bierzo es habitual.
Fisgonear es un deporte harto practicado por quienes desean espiar las vidas ajenas. Una forma nomás de matar el tiempo. Qué pena, matar el tiempo, cuando deberíamos aprovecharlo cada segundo. Pues el tiempo no lo da dios de balde, como siempre se creyó, sino que el tiempo es una realidad, una dimensión que pasa inexorable, y nunca más vuelve. Pero no nos pongamos estupendos y volvamos al punto de partida: la Curuja o Coruja, que da título por lo demás a una publicación que llevamos haciendo en Noceda del Bierzo desde hace años, y que en la actualidad ha llegado al número séptimo de su segunda época, pues hubo una anterior, donde se editaron hasta quince números.
Para este número, el 7, hemos contado con las colaboraciones de paisanos y paisanas (y aun otros y otras) como Nicanor García Ordiz, que nos ofrece un poema, La luz que ya no es, dedicado a un Bierzo al que se le va la vida; Esperanza Arias, quien nos hace una semblanza magnífica de la poeta y maestra nocedense, Felisa Rodríguez, a la que tanto debemos agradecer; Raquel Viejobueno, una escritora madrileña que nos deja sus impresiones poéticas de Noceda; Pepe Álvarez de Paz, que nos enseña nuestros molinos de agua con orgullo y una prosa ágil; Manuel Bernardo, quien, como presidente de la Asociación Micológica Cantharellus, nos muestra, a modo de síntesis, un repaso por las diferentes ediciones de estas jornadas bercianas dedicadas a las setas; Víctor Rodríguez, que nos da algunas claves para que se controlen los fuegos en Gistredo, Ricardo González, que nos hace recordar aquellos tiempos de pastores en La Camposina y aun otros llamazos; Américo Vázquez, quien, desde su Argentina querida, Bierzo soñado, nos deleita con sus recuerdos de infancia en Noceda; y Carmen Busmayor, poeta y amiga berciana que cierra la edición con un poema, Aliso, el cual nos devuelve a una niñez alegre y veraniega.
Ah, olvidaba deciros que, como coordinador o editor de esta revistina, también he tenido el atrevimiento de dejaros algunos textos como el de Mineros (como homenaje a estos seres de la profundidad), Ilustres e ilustrados en Noceda del Bierzo, que versa sobre diferentes personalidades literarias (y otras), véanse Amancio Prada, Cristóbal Gabarrón, Aniano Gago o Ramón Rubial, entre otros, que han tenido a bien acercarse al útero de Gistredo. Y para finalizar, un artículo-homenaje al escritor Ramón Carnicer.
http://www.diariodeleon.es/noticias/bierzo/la-revista-curuja-homenajea-a-ramon-carnicer_708402.html
Espero que os guste.
Salud.
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