¿Qué será de José Luis Moreno-Ruiz? ¿Por qué barrios andará? Quizá se haya ido a vivir a Copenhague (ese lugar maravilloso), aunque me late –como diría un mexica- que sigue en los madriles.
Bueno, a lo mejor vive en Santander, su ciudad natal, donde hace unos años puso una librería, tal como cuenta en su blog: http://diariosmorenoruiz.blogspot.com/2007/09/diarios-i-jos-luis-moreno-ruiz.html, que por cierto es pura dinamita. No deja títere con cabeza, algo que me entusiasma. Pasad y leed. La verdad es que me gustaría volver a reencontrarme con él.
No me olvido, estimado José Luis, de tus programas ni de aquel texto que leíste en la radio hace ya un montón de años, a propósito de otro que te mandara con motivo de un concurso en el que cada participante debía elogiarse mucho a sí mismo en un ejercicio narcisista. No me olvido de tus palabras poéticas, radiofónicas, entre otras cosas porque las tengo registradas en algunas cintas, que conservo, naturalmente.
Qué tiempos aquellos, en los que escuchaba con devoción tu programa de radio, Rosa de Sanatorio, que tan buenos momentos me procurara. Entonces, yo era un jovencito con las ilusiones intactas, algo así “como un hijo clónico de un amigo tuyo de infancia, empollón él.... ”, como tú mismo me recordaste. Y tantas cosas que me sacudieron las entrañas y me hicieron reflexionar, lo cual te agradezco. Ha transcurrido el tiempo, bastantes años por cierto, y he dejado de ser aquel jovencito y me he convertido en un descreído, pelín cínico, si bien tengo presente que uno debe estar siempre presto para la contienda, como tú mismo me sugeriste, con gran acierto.
De vez en cuando leo tu blog y le echo un ojo a algunos de tus libros como Intraliminal, ejercicios exudatorios para virofóbicas; Lentas nubes que dan sueño, Chochito periodista o Ángeles en mis cojones. Hace poco los leyó uno de mis sobrinos y se quedó literalmente flipado. Qué cojonudo, me dijo.
José Luis Moreno-Ruiz -a quien no debéis confundir, ay, con el señor de los muñecos -es periodista, escritor, editor, traductor, librero y músico. Ha colaborado, entre otros, con Javier Corcobado, a quien vi en concierto hace pocos años en León, en el Albéitar, y le pregunté por su colega. Y en tiempos, hace la friolera de veinte años, Moreno-Ruiz presentaba un programa de radio, en Radio 3, bajo el título de Rosa de Sanatorio, que nos evoca la poesía sinestésica del gran Valle-Inclán.
Valle, qué sugerente y lindo nombre.
El programa comenzaba con este poema valleinclanesco: Cubista, futurista y estridente... puesto en boca de su hija, que a estas alturas ya será toda una mocina.
Aquel mítico programa de radio, a altas horas de la madrugada, me hizo soñar e imaginar otros mundos posibles, musicales, estimulantes, cuando la noche se vuelve instructora en la intimidad de la lírica. Aquel programa, que aún hoy recuerdo con mucho cariño, fue como fogonazo de placer e inspiración en mi época de estudiante universitario en Oviedo, y me entrenó en el manejo de las letras, porque me invitó a escribir algunos poemas y textos, entre otros Esa señora metafísica -que resultó premiado-, Jerarquía celeste o En memoria del hidalgo Don Quijote de la Mancha, que luego leería José Luis en su programa. En algún momento daré cuenta de ellos en este blog.
A José Luis Moreno-Ruiz tuve la ocasión de conocerlo en Madrid, allá por el año de 1996. En aquella época él trabajaba como redactor para la revista Interviú, y yo acababa de aterrizar en España, después de una estancia sabrosona en Méjico lindo y chingado. El propio José Luis me contaba que sus padres también habían emigrado al país de los aztecas, siendo él un chavalín. Comimos y charlamos acerca de lo humano y lo divino, y nunca más volvimos a encontrarnos, aunque hablamos por teléfono alguna vez, luego de este encuentro.
Intraliminal, que ahora tengo a mano, como toda la literatura de Moreno-Ruiz, no está hecho para satisfacer a aquellos espíritus que creen en las “ofertas culturales” del poder, ese monstruo caníbal que no se harta de roernos los güevos, porque “la cultura es cosa despreciable (y realmente lo es tal y como se aborda desde los medios), de poca importancia, un relleno de páginas que bien viene...”.
Intraliminal es un libro lleno de citas literarias que “arrehostia” con mordacidad contra el sistema imperante, y se siente deudor de la literatura de Oliverio Girondo, Artaud, Bataille o Luis Buñuel. Como dijera Borges, el pensamiento es un sistema de citas.
Sigo recordando aquel poema de Luis Buñuel, dedicado a las hostias consagradas, que leyera Moreno-Ruiz en su programa de radio. Aquel poema, puesto en boca de su hija, le proporcionó buenos quebraderos de cabeza. Fue denunciado por la madre de su hija, que es de Ponferrada, según me dijera José Luis -qué coincidencias de la vida-, y el juez lo empapeló. No conviene andarse peleando con la justicia, porque al final se acaba perdiendo, sobre todo si uno se dedica a cosas tan así como la literatura y la radio.
Aunque sé que Ponferrada no te entusiasmaba, porque te acarreaba continuos y ruinosos viajes para ver a tu hija, si alguna vez te pasas por la capital del Bierzo, antaño la ciudad pimentera y hoy ciudad de la energía, aquí tienes tu casa, querido amigo y maestro.
Al final, va a resultar que Ponferrada es más conocida de lo que uno creía, porque también tu colega de batallas radiofónicas, Luz Elez, ha estado en la capital del Bierzo.
Amigo Manuel... me llamo Ramón, soy otro sanatorito de aquella época por llamarlo de alguna cachondona manera...
ResponderEliminarme interesa mucho todo lo que dices en esta entrada y sobre todo la posibilidad de que tengas cintas grabadas de aquel mítico programa...
Intento, junto a otros que también recuerdan aquello con sumo gusto, dar publicidad al mayor número de cortes de aquellos maravillosos años en los que el gran Moreno Ruiz era lo mejor de las madrugadas radiofónicas de este país...
Mi email es ramoon.mv@gmail.com y te rogaría me contestases si es posible hacer una especie de intercambio via email o correo postal de una copia de esas cintas para darlas a conocer... La verdad es que los muy capullos dirigentes de todo aquello no registraron nada de aquellas noches y solo los que grabamos alguna cosa hemos podido ir reconstruyendo algunos minutos de aquellas maravillas...
Si no puede ser pues nada... un saludo afectuoso de todas formas... y gracias por tan sentido recuerdo con el que me hermano.
Yo me llevé un chasco cuando al ir a digitalizar dos cintas viejas y en mal estado en las que creí tener un par de programas enteros grabados resultó que apenas tenia unos minutos que subí a esta pequeña paginita, por si te interesa.
Lo dicho, un saludo.
¡Gracias, Cuenya!
ResponderEliminarEnlazo tu blog al mío.
Un abrazo,
JL
me siento huerfano después de disfrutar tanto, tantísimo de la obra del querido Jose Luis, un grade con MAYUÚSCULAS. Si realmente conservas esas cintas y después de ese triste cierre de su blog, entendible por otro lado, compártelas.
ResponderEliminarmi email es rayjaen@gmail.com, dime algo si es posible, sus audios son sóma para mí, de hecho hago podcasting por él, por el Grande Don Jose Luis Moreno Ruiz en todas sus facetas, especialmente en aquella obra maestra discontinua y agradablemente transgresona llamada "Rosa de Sanatorio". Un saludo dsd Jaén.
POR FAVOR, SI SABÉIS ALGO DE JOSÉ LUIS, donde se puede contactar con él, soy un viejo amigo y admirador igual que todos los que le conocimos en los tardíos 80. Manuel tu artículo no puede ser más sincero y generoso, te lo agradezco...
ResponderEliminarOLVIDABA mi dirección de email por si teneis alguna seña, blog, page o lo que sea..
ResponderEliminarManuel, si yo viviese en salamanca como hace años me iría a conocerte a ponferrada, debe ser un gustazo conversar contigo..
kankaes7@gmail.com... ja!! otra vez la olvidaba
ResponderEliminarYo también disfruté en la noche el programa "Rosa de Sanatorio" y de vez en cuando busco a José Luis Moreno-Rúiz con poco éxito.
ResponderEliminarCualquiera diría que va borrando sus huellas a medida que avanza su caballo, como los indios en las películas o se ha perdido como Ulises en valla usted a saber que mares sin ningún deseo de dejar a Calipso paara volver a Ítaca.
A mi por lo menos me queda el recuerdo de su programa, las noches de mi estúpida juventud y las grabaciones de ese programa que se pueden oír en rtve a la carta.
Saludos.