Había una vez unas niñas, alegres y desenvueltas, que decidieron emprender rumbo hacia el horizonte.
Comenzaron a andar de madrugada, no bien asomó el sol en lo alto del cielo. Cuanto más caminaban, el camino se hacía más largo, interminable para ellas.
Cansadas de viajar, decidieron hacer un alto en el camino, en medio de la nada, hasta lograr reponer fuerzas para seguir. Por un momento, las chiquillas, con la ilusión puesta en el horizonte, creyeron llegar a su destino.
En realidad, habían alcanzado la meta, acercarse a su casa.
Comenzaron a andar de madrugada, no bien asomó el sol en lo alto del cielo. Cuanto más caminaban, el camino se hacía más largo, interminable para ellas.
Cansadas de viajar, decidieron hacer un alto en el camino, en medio de la nada, hasta lograr reponer fuerzas para seguir. Por un momento, las chiquillas, con la ilusión puesta en el horizonte, creyeron llegar a su destino.
En realidad, habían alcanzado la meta, acercarse a su casa.
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