Vistas de página en total

lunes, 27 de enero de 2025

El oficio de vivir de Vicente Rodríguez Manchado

 Muchas gracias, amigo Chema García, por el homenaje al gran poeta Vicente R. Manchado. Os dejo esto que escribí sobre él y también este vídeo en el que se me hace mención también a partir de la hora y ocho minutos. 

"Creo que Manchado habría sido poeta aunque no hubiera publicado ni un solo libro en su vida". 

https://www.youtube.com/watch?v=p9U5yQw2yd0

...Sé que el amor y la saliva
son una misma cosa entre
los colmillos filosos.
Sé que la lengua y los insectos
usan yesca aun en verano...
         (Vicente Rodríguez Manchado, Bajo otra luz, la última)

El oficio de vivir de Vicente Rodríguez Manchado

Vicente R. Manchado en Salamanca. Foto: Cuenya

Entablé contacto con el poeta Vicente Rodríguez Manchado hace años a través del Facebook. Y, a partir de ese momento, aunque nos viéramos en contadas ocasiones, tanto en Salamanca como en León, mantuvimos una buena relación de camaradería.

Recuerdo cómo en una de mis visitas a Salamanca, allá por el año de 2017, ejerció como un excelente cicerone y me redescubrió la capital charra, al menos una parte de la misma, adentrándome en lugares como la terraza de El Quijote, un huerto epicúreo, en calma, donde es posible conversar sin ruidos. O bien en el casino (maravilloso espacio), incluso en el jardín (desde el que se gozan de estupendas vistas a la catedral) así como el museo dedicado al gran artista, también fallecido, Venancio Blanco.

Vicente, al que le entusiasmaban los espacios verdes, era un enamorado de su ciudad, al que le agradezco que me presentara a algunos amigos suyos como Mari Ángeles (rapsoda), Elba Maribel (poeta, artista) y Fernando (catedrático de la Universidad de Salamanca y poeta). 

Torrente Ballester en el Instituto Villarroel de Salamanca

Vicente tuvo el privilegio de conocer al maestro Torrente Ballester, pues el escritor gallego, afincado en Salamanca, llegó a darle clase en el Instituto Torres Villarroel, creo recordar, donde estudió el Bachiller. Era, según él, un profesor atípico, asistemático pero excelente. Lo que más le gustaba de sus clases era cuando contaba anécdotas acerca de Valle-Inclán. 

Recuerdo haber visto, al menos una vez, a Torrente Ballester en el café Moderno. Y es que los bares de Salamanca, que suelen estar hechos con esmero, son toda una institución y atraen mucho a los estudiantes de toda España y aun de otros puntos de la geografía internacional.  

Torrente Ballester, Novelty

Decía que Vicente me redescubrió Salamanca porque ésta es una ciudad que forma parte de mis mapas de los afectos, ya que tuve la ocasión de estudiar el posgrado en su universidad a principios de los años noventa. Y vuelvo siempre que puedo a la misma.

Agradezco la hospitalidad que me brindara Vicente, así como su cercanía, su verbo, tan lleno de sabiduría, de poesía, porque él era (da pena decirlo ya en pasado) un poeta con mayúsculas. Creo que Manchado habría sido poeta incluso aunque no hubiera publicado ni un solo libro en su vida. Y él no sólo publicó varios libros, entre otros Bajo otra luz, la última o Sólo por habitarte, sino que fue premiado en diversas ocasiones.

Contaba que los premios literarios son un estímulo, que a uno lo dan a conocer y, además, le permiten conocer a otras personas que también aman la poesía.

Recordaba con entusiasmo el Premio Nacional de poesía Conrado Blanco que le concedieran en el 2014 por su poema Nadie te espera en la ciudad en el Certamen Poesía para Vencejos organizado por el poeta leonés Felipe Pérez Pollán, ya fallecido. "Un trabajo interesante que rememora la figura de Claudio Rodríguez en un ambiente propicio cerca del Duero –en palabras del poeta Adolfo Ares–. El poeta transmite su pasión y se hace fluir junto a ese río, que ha sido el de tantos poetas. Hay soledad y hay noches de emociones contenidas... porque el ser humano aparece en cualquiera de los versos, en un camino nuevo de un autor que sabe hacer discurrir el río a través de la poesía".

Su poemario Sólo por habitarte fue galardonado con el Primer Premio en el XIX Certamen de Poesía Pepa Cantarero (Baños de la Encina, Jaén, en octubre de 2015). Este galardón fue para él un aldabonazo... “un verdadero acicate en los años venideros... Representa el trazado de lo que yo llamo 'el bajo continuo del oficio de poeta' (con un guiño a Cesare Pavese y su Oficio de vivir)", rememoraba Vicente, que obtuvo en 2016 el Primer Premio en el XXXII Certamen Juan Bernier de Poesía del Ateneo de Córdoba con su poemario Bajo otra luz, la última, lo que significó, a su juicio, el asentamiento interior, la convicción de seguir la ruta emprendida, sin inquietarse por el paisaje. 

Vicente R. Manchado en Salamanca. Foto: Cuenya

"Y en esa línea sigo, con algún que otro 'apagón' por motivos de salud”, decía él, porque en el año 2000, "siempre en otoño/invierno", fue ingresado en el Hospital Clínico. Y lo que en principio fue diagnosticado como un tipo de leucemia, finalmente quedó en una anemia hemolítica autoinmune: "mi organismo destruía plaquetas, y, para cuando ingresé, en el recuento ¡salieron seis mil, cuando el mínimo del rango son ciento cincuenta mil plaquetas! Fue una convalecencia de casi siete meses: allí, en la habitación del hospital, nunca dejé de leer y escribir. Y, ya en casa, tampoco. En ese aspecto, puedo decir que fue algo terapéutico. Y cuando en 2006, ingresado de nuevo en el Hospital, me fue diagnosticado un Lupus Eritematoso Sistémico, que, en mi caso me afecta a la sangre, se repitió mi respuesta”, comentaba Vicente, para quien la poesía, la lectura y la escritura fueron su tabla de salvación.

Chema García, poeta salmantino. Foto: Alejandro Nemonio


“Así, en esta segunda convalecencia, me encontré con una producción muy amplia que necesitaba una criba. Y ahí aparece ya el concepto de 'lavoro', tan 'pavesiano' y querido para mí. Comienzo entonces a ordenar los materiales, a participar en concursos...", rememoraba este creador, que en mi opinión tenía cierto parecido físico con Unamuno. Y para quien la poesía es revelación y emoción, como el poema que le dedicó a su madre afectada de Alzheimer, que falleció hace unos años, según me comunicó en su día el poeta Chema García, al que también agradezco que me haya invitado a participar en este acto, que tanto se merece el gran poeta Vicente Rodríguez Manchado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario