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martes, 27 de octubre de 2015

La fragua literaria leonesa: Manuela Bodas Puente

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La Fragua Literaria Leonesa

Manuela Bodas: "La vida es un libro lleno de páginas por escribir"

Manuel Cuenya | 27/10/2015 - 09:23h.

La poeta y narradora Manuela Bodas, autora de 'Gotas de vida, gotas de sangre', siempre tiene un poemario y un libro de cuentos y relatos entre manos.

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Cuenta la poeta y narradora Manuela Bodas Puente que nació lectora y con ganas de escribir, a lo que contribuyeron, de un modo determinante, las ilustraciones, los párrafos ordenados y los colores de los cuentos, que la abdujeron desde poco después de ver la luz de este planeta, en el que lleva varios años respirando. Leer y escribir le han ayudado en los malos momentos de la vida, "sin lectura, me faltaría una parte de mí. La lectura es un apéndice mágico que traje conmigo, del mundo anterior", añade ella, quien desde pequeña buscó en los versos las posibles explicaciones a los secretos y desentendimientos, procurando que éstos saciaran la inquietud que se agolpaba en los pliegues de las dudas. "Leer crea existencia con esencia", señala esta leonesa que lleva viviendo desde que tenía tres años en Veguellina de Órbigo, su hogar, su entorno y contorno, el que deja poso en sus cuentos y poemas. A partir de su afición a la lectura surgieron, de un modo inevitable, sus ganas por escribir o "plasmar signos poblando albos folios, para dejar mi imaginación jugando en la extensa meseta del espacio en blanco", detalla esta agente de seguros, el trabajo que le da de comer "hasta que la literatura se digne a darme un susto definitivo (es broma, pero queda muy bien así escrito)", ironiza Manuela, que se define como 'escribidora', 'escribiente' o 'caminante de versos', que indaga por entre los versos para encontrar "la palabra que defina un estado de ánimo, una lágrima, un viento interno, la soledad, la luna llena que va vaciando los días", porque siente que aún está en el aprendizaje literario, en la acción de escribir, distinto al de 'escritora', que ya consolida la acción. "Quizás esta sea una explicación para demostrarme a mí misma que me queda mucho recorrido para llegar a escritora. Pero mientras llega, si es que tiene que llegar; aquí tenéis una pequeña muestra de mis ejercicios de escribiente, eso sí, escritos con el alma y con el cariño de quien desde el Órbigo ha escrito, escribe y escribirá", asegura ella, para quien escribir es "un acto de reflexión o irreflexión, según se necesite, que renueva al que efectúa ese verbo". La escritura creativa como un bálsamo ante las angustias vitales, que la ha redimido de muchos errores, ayudándole mucho en las épocas bajas y en los días en los que la vida se pone picuda. La escritura como catarsis, incluso como terapia, habida cuenta de que Manuela necesita escribir para dar significado a la rutina, al cansancio, a la belleza, a la vida.
"Me queda mucho recorrido para llegar a escritora. Pero mientras llega, si es que tiene que llegar; aquí tenéis una pequeña muestra de mis ejercicios de escribiente, eso sí, escritos con el alma y con el cariño de quien desde el Órbigo ha escrito, escribe y escribirá"
Lectura y escritura, esenciales en la vida
Comenzó a escribir de un modo creativo porque necesitaba hablar consigo misma en voz alta y "escribir es una manera extraordinaria de salvar tus miedos, de canalizar las emociones, de preguntarte y responderte sobre los vacíos de la vida. Para mí también ha sido una forma terapéutica de sanar algunos sufrimientos y de espantar a los espíritus menos queridos", apostilla la autora de "Gotas de vida, gotas de sangre", un relato que escribiera motivada por la donación de sangre, gracias al generoso mecenas Francisco Mendaña Nistal, que le ayudó a seguir construyendo renglones de vida. "Creo que todos debemos proponernos hacernos donantes de sangre y de órganos, mejor que compartan nuestras células, cuando ya no las necesitemos,  nuestros congéneres que los gusanos".
Escribir es, en su opinión, una forma de vivir otra vida paralela a la de la rutina, que le procura calma y la ha puesto cara a cara consigo misma. Le ha mostrado sus mejores, y también, sus peores recovecos. "En las líneas del poema siempre he encontrado una cura, un alivio, una calma", especifica esta autodidacta que recuerda a su profesor de Literatura, Don Julián, un enamorado de su profesión, quien logró transmitirle el amor a las palabras. Su encuentro con él le ayudó a despejar alguna incógnita del lenguaje y a ser una lectora a ratos visceral.
Manuela ha recibido varios galardones de poesía y de narrativa, entre otros el Primer premio del XXXVII Concurso Poético Ciudad de Astorga en el 2006, el Primer Premio de poesía Voces de Mujer de Astorga 2008 o el Primer premio Cuentos Navidad en Astorga 2013, los cuales le han estimulado para poner más intención y más profundidad en la escritura, un impulso para la creatividad. No obstante, cree que "nadie escribe para que le premien, porque el mejor premio es poder desgranar los sentimientos en el papel blanco que espera la cosecha de las letras que en él, se van sembrando", matiza ella, que dice escribir por pura intuición y solaz, sin pensar a priori si lo que escribe será premiado o publicado, porque su sueño es que las personas que lean sus textos o poemas se sientan reconfortadas. Y algo así le ocurrió con 'En el nido del volcán', con el que ha llegado a ver sonreír a niños y niñas cuando lo ha presentado en alguna escuela. Un cuento que escribiera gracias a su hija, y también al cabildo de Fuerteventura, que lo publicó para que se leyera en las escuelas de esta isla.
(Puedes seguir leyendo esta fragua en el enlace):

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