Las fiestas de San Froilán, tanto en León como en
Lugo, son santo de mi devoción (valga la redundancia de santidad), sobre todo
las de Lugo. Espero que no se ofenda la ‘leonesidad’ andante y rampante. En
todo caso, me acuerdo con afecto de los carros engalanados a su paso por la
Plaza del Grano, la más bella de León. Y difícil se me antoja olvidarme de
aquel año –era un rapacín- en el que mis padres, con su pareja galana y
engalanada, ganaron al parecer -porque no vieron ni una perra gorda- el primer
concurso provincial. Y ahora, que me da por rememorar, la editorial Everest
llegó a editar un libro en el que figuraba este evento, ilustrado con una foto
en primer plano de mi padre y de mi madre guiando el carro. También se me hace difícil
olvidar el pulpo a feira de Lugo, aunque Manolo, el dueño del mesón Tres
Portiñas (desafortunadamente ya cerrado) dice, o decía, que en Lugo el pulpo lo
sirven duro, sobre todo para un berciano.
A las fiestas de la ciudad en que naciera San
Froilán suelo acudir con religiosidad (un modo de hablar, nomás) desde hace un
chingo de años, que diría cualquier
cuate, cuata o carnalita mexicana. Llama mi atención que el santo patrón de
Lugo y de la diócesis de León anduviera de retiro espiritual, cual buen
ermitaño, por las montañas del Curueño, ‘el río del olvido’, y también por Vega
de Valcarce, en el Bierzo. Dos espacios literarios por los que siento cariño.
En estos momentos San Froilán, con su ritmo
danzarín, me está llevando a Cuba. Qué curioso, que un santo me embarque en una
aventura cubana, en este caso musical, porque el santo lucense, con sus
magníficas fiestas declaradas de Interés turístico Nacional, me ha permitido
escuchar este año, además del virtuoso violinista Ara Malikian o a la gaitera
Susana Seivane, a orquestas míticas como Buena vista Social Club, compuesta por
músicos de una calidad excepcional (como el colosal y ya desaparecido Compay
Segundo). Buena vista social club –recomiendo también el visionado de la
película homónima de Wenders- tocan como los ángeles mulatos (permítaseme esta
licencia a lo Machín, otro enorme cubano de la música).
A esta genial banda de músicos cubanos, con Omara Portuondo como estrella, tenía ganas de escucharla en directo desde hace tiempo, y aquí que se me presentó la ocasión hace tan sólo unos días, con motivo de las fiestas ‘luguesas’. Recuerdo, no obstante, que a Elíades Ochoa ya lo había escuchado en concierto en Ponferrada, pero no a la banda al completo. Una maravilla, que Lugo festeje por todo lo alto este San Froilán, que en León también toca la zanfoña.
A esta genial banda de músicos cubanos, con Omara Portuondo como estrella, tenía ganas de escucharla en directo desde hace tiempo, y aquí que se me presentó la ocasión hace tan sólo unos días, con motivo de las fiestas ‘luguesas’. Recuerdo, no obstante, que a Elíades Ochoa ya lo había escuchado en concierto en Ponferrada, pero no a la banda al completo. Una maravilla, que Lugo festeje por todo lo alto este San Froilán, que en León también toca la zanfoña.
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