Aunque sea la suya, y la de su banda, una música festiva, propia para estos menesteres, me parece un lujazo que este músico y compositor (al que no es la primera vez que veo/escucho en concierto) haya venido a Lugo de un modo gratuito (para quienes tuvimos la ocasión de asistir a su actuación, claro está).
En cuanto me enteré, no dudé ni un instante en acudir a la cita. Y para allá que me fui en una noche harto templada, con no demasiada gente, aunque el concierto, insisto, no costara ni un euro.
Bregovic con su banda |
Sabemos que aquello que no es mediático (y Bregovic quizá ya haya pasado a otro estadio, acaso nunca fuera del todo mediático, a pesar del cine, que tiene una excelente proyección internacional) no atrae a la masa, que prefiere corretear de un lado a otro en busca sabe dios qué.
En fiestas todo se resuelve por la vía del barullo, las tómbolas, los chiringuitos y los bares... Y un concierto, salvo que lo de alguien que está en la cresta de la ola mediática, no convoca a las masas. No obstante, sí hubo un público entregado. En primera fila estuvieron dos italianas (se presentaron ellas, al parecer estudiantes Erasmus) como fieles devotas de Bregovic y su música.
Sus conciertos son siempre algo grandioso, aunque en esta ocasión no vistiera su singular traje blanco (portaba una chamarra larga de invierno, que no se quitó en todo el concierto, aunque la temperatura fuera muy agradable) y sólo viniera en compañía de seis músicos (magníficos, todo hay que decirlo) y dos voces o cantantes búlgaras ataviadas con sus característicos trajes tradicionales.
Voces búlgaras |
Lo digo porque en algunos de sus espectaculares conciertos hemos llegado a ver sobre el escenario a un montón de músicos, lo que resulta apoteósico y una gran fiesta para los oídos, para los sentidos, para el espíritu, en definitiva, porque su música provoca auténticas sacudidas emocionales en quien lo escucha.
Su música invita a danzar, haciéndote entrar en trance. Sus sonidos balcánicos, gitanos, nos unen y religan con nuestra música gitana. Incluso llegó a tocar alguna melodía con sabor español y/o mexicano. Y, aunque Bregovic parece no hablar castellano (hizo las presentaciones en inglés), también pronunció algunas palabras en lengua española.
Es el gran mecenas y portavoz musical de la música gitana, aunque la propia etnia gitana le haya reclamado el haberse apropiado de melodías tradicionales, como es el caso de 'Ederlezi', incluida en 'Tiempo de gitanos', la película de Emir Kusturica (con quien tantas bandas sonoras hiciera Bregovic).
En cualquier caso, 'Ederlezi', pertenezca o no al folclore balcánico, es una gran belleza, que tuve el placer inmenso de escuchar, una vez más, en vivo y en directo. Y eso me ha colmado de felicidad. En el repertorio no faltaron las consabidas melodías que lo han hecho mundialmente famoso como Kalashnikov.
Seguiremos pendientes de sus actuaciones. Y escuchando su música: un nutriente para el alma.
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