Ruth Miguel Franco: "Todo marca, pero nada es definitivo"
Manuel Cuenya
| 26/04/2016 - 11:18h.
La
profesora, investigadora y poeta Ruth Miguel Franco, autora de 'La
muerte y los hermanos', está ahora preparando varias ediciones críticas
de textos latinos, además de trabajar en un corpus de textos
documentales de diversas procedencias. Asimismo, tiene un libro de
poemas o, más bien, una mórula de libro de poemas.
Ruth Miguel Franco
EL globo que me ataste a la muñeca
padre, voló hasta el cielo
me quedó la conciencia del peso de mi mano
de leyes más fuertes que los nudos
como un dolor de huidas ajenas.
Y los otros niños miraron sus globos
aliviados y los otros padres
miraron a sus hijos. Nada les pesaba.
Tú y yo, padre, las manos vacías,
miramos al cielo.
('Domingo 2 (paseo)', 'La muerte y los hermanos', Ruth Miguel Franco)
Doctora en Filología Latina y Licenciada en Filología
Clásica y Filología Románica por la Universidad de Salamanca, Ruth
Miguel Franco es una poeta leonesa, que en la actualidad imparte clases
en la Universidad de las Islas Baleares, donde desarrolla toda su labor
investigadora y docente. Ha publicado diversos artículos en revistas
como 'La sombra del Membrillo', 'Cuadernos de Valverde', 'Letralia' o
'Los Noveles'. Y ha sido incluida en diversas antologías, entre otras:
'Cuento y poesía juveniles: León 1979-1996 (Madrid, Cátedra, 1997),
'Voces nuevas (XXIII Selección) (Madrid, Torremozas, 2010) o 'La voz +
joven' (Caja Madrid, 2010). También ha traducido poemas y ensayos y ha
editado diversos textos y documentos de carácter filológico, que sin
duda son importantes para los especialistas de la lengua y la
literatura. "Considero importante todo lo que sea sacar a la luz
información nueva y ponerla a disposición de otros estudiosos. Es la
labor base del filólogo, pero a la vez la menos vistosa: buscar,
transcribir, editar", señala Ruth, quien recibiera un accésit del
prestigioso Premio Adonáis en el 2011 por su poemario 'La muerte y los
hermanos' (Rialp, 2012), lo que le sirvió para darse a conocer como
poeta, porque, en su opinión, no cree que le hubiese resultado tan fácil
publicar un poemario sin haber ganado este accésit. "Y, aunque hubiese
llegado a publicarlo, nunca habría tenido la difusión que este tuvo",
matiza Ruth, a quien le gusta leer y escribir, "con y sin premios. Pero
con premios es mejor, naturalmente", apostilla ella, que entiende la
poesía, al menos la suya, como algo suave y acogedor. Y en lo referente a
su poemario recuerda que se esforzó en su estructura y ritmo global,
"el camino hacia la comodidad en la expresión", dando lugar a un libro
revelador y sugerente, original en su composición.
QUÉ rápida es la muerte si es pequeño
el cuerpo que se lleva.
Qué rápida es la vida.
Sin ti
no hay nada que me aparte del peso y de la ausencia
no hay nada que me una
al peso y al recuerdo. Sin ti todo es ligero.
Tu cadáver era diminuto.
Cabía entre los brazos de cualquiera.
Qué rápida y pequeña fue tu muerte.
El cuerpo que tomó
lo que nos deja.
('La muerte y los hermanos', Ruth Miguel Franco)
Poesía versus investigación
"Creo que es más fácil escribir cuando pasas
semanas sin establecer contacto visual con nadie. La soledad, el
aburrimiento y la falta de público (y, con ella, la falta de vergüenza)
ayudan a escribir"
Aunque cree que su condición y labor como filóloga le ha
impulsado a leer libros que de otro modo no habría leído, y por supuesto
que le ha influido en su capacidad de trabajo y concentración, en
general está convencida de que su faceta como investigadora y como poeta
son formas de pensar opuestas, "la investigación y la poesía requieren
dos cerebros desconectados", aclara ella, consciente de que el poeta
funcionario es un mito, "a no ser que se trate de un funcionario
decimonónico, con manguitos y visera, copiando a mano extensos libros de
cuentas", precisa con humor. "El tiempo y la energía que se dedica a la
docencia y a la investigación normalmente se roba a otros menesteres",
resume esta investigadora, profesora y poeta, que también llegó a
impartir clases en Italia durante su estancia en ese país, lo que, según
ella, le resultó muy terapéutico para su pluma, a resultas del
extrañamiento de la lengua, la falta del más elemental contacto humano y
sus experiencias estéticas. "Cuando sabes que te vas a ir, pierdes la
vergüenza. Haces lo que te da la gana. No estoy hablando de libertad,
sino de sacar los pies de las alforjas. Creo que es más fácil escribir
cuando pasas semanas sin establecer contacto visual con nadie. La
soledad, el aburrimiento y la falta de público (y, con ella, la falta de
vergüenza) ayudan a escribir", especifica Ruth, que ha estado y vivido
en muchos lugares, siempre de uno lado para otro, salvo en estos
momentos: la primera vez que vive más de dos años seguidos en la misma
ciudad, lejos de su tierra leonesa, desde donde la ve pequeñita, porque
"las cosas desde la distancia se ven pequeñitas", aunque diga que no es
mucho de sentir. "Sí es cierto que me identifico más con las blasfemias y
los dichos leoneses. Además, he vivido y vivo cada día grandes choques
culturales en el Mediterráneo. Tampoco es que el carácter leonés sea
precisamente llevadero, pero lo de uno siempre es mejor", señala esta
poeta, cuya familia es leonesa al completo, "no hay nadie de fuera desde
que se conserva memoria de los apellidos, exceptuando, quizá algún hijo
de maestros nacido en Asturias o Valladolid por casualidad".
Extraordinario y sanador para ti, Manuel, abrazo
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