Aparte de leernos algunos de sus textos, desde aforismos (que son sentencias breves y doctrinales, una mezcla de máximas y proverbios), microrrelatos, poemas o diálogos (acaso platónicos) -que en verdad son microcuentos con trasfondo filosófico, sociológico, etc-, nos habló de algunos de sus secretos a la hora de componer con las palabras, partiendo de lo cotidiano, desde su experiencia/existencia, para trascenderlo, hasta llegar a lo auténtico, a la esencia. Reflexionar a partir de su yo, desde la introspección, como quisiera el humanista Montaigne, a quien reivindica Mario, que adereza sus textos, siempre reflexivos, emocionantes, con humor, con un punto de sutil ironía, buen síntoma de inteligencia y lucidez.
Oscura lucidez se revela como una obra que analiza la realidad de nuestro tiempo, abordando los temas que más nos interesan, tanto desde un punto de vista racional como emocional, arrojando luz sobre lo opaco.
El propio título de este libro es, según Puerto, un oxímoron (figura retórica que consiste en complementar una palabra con otra que tiene sentido diferente u opuesto, tan presente, por ejemplo, en poesía mística de San Juan de la Cruz).
figura
retórica recurrente en la poesía mística del Siglo de Oro o en odas
amorosas de cualquier época - See more at:
http://www.hermanotemblon.com/oximoron-donde-habita-la-paradoja/#sthash.SgE4Thbo.dpuf
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http://www.hermanotemblon.com/oximoron-donde-habita-la-paradoja/#sthash.SgE4Thbo.dp), habida cuenta de que a Mario se le antoja que la realidad es paradójica y contradictoria, en la que "se valoriza lo trivial y se banaliza lo primordial", incluso se banaliza el mal y todo lo que eso conlleva de cara a la autodestrucción de la Humanidad.
El escritor y profesor Puerto, como buen diseccionador de Oscura lucidez, nos habló de los orígenes del género aforístico, desde Nietzsche (quien por cierto escribió una obra monumental, Así habló Zaratustra) hasta Canetti (a quien recomiendo, sobre todo Las voces de Marrakech, aunque este no sea un libro de aforismos) pasando por grandes poetas como Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado o el leonés Colinas, entre otros, que han escrito aforismos. El propio Puerto nos habló del pensamiento a través de la razón (vía aristotélica) y el pensamiento a través del corazón (vía platónica) que están presentes en la obra de Mario. Una poesía que piensa y una filosofía que emociona (como quisiera Unamuno). No hay conocimiento sin amor (según Puerto recordando al poeta Valente). El amor que engendra belleza (verdad) y emoción, me atrevería a decir. Y Mario arroja luz sobre la oscuridad, sobre esta sociedad consumista, autómata y videovigilada (la Telepantalla orwelliana siempre presente), cuya política esta degradada ("donde no hay cámaras y focos, la realidad desaparece", escribe el autor, algo que me recuerda la tesis que sostiene el maestro Gustavo Bueno en su libro, Televisión, apariencia y verdad.
En el fondo, Pérez Antolín intenta iluminar, con sus textos chispeantes, este mundo sometido a la ignorancia y al miedo: "una sociedad amedrentada se hace vulnerable.
Por eso los poderosos exageran las situaciones de riesgo", escribe Mario en su anterior volumen, La más cruel de las certezas (en clara alusión a la muerte, tema recurrente en su obra).
Pérez Antolín, en el mejor estilo del pensador Karl Kraus y el greguerístico Ramón, nos invita y ayuda a reflexionar acerca del mundo en que estamos parados, que diría un hispanoamericano/a.
Realmente, nada es querido que no sea previamente conocido.Me han gustado mucho los comentarios de éste Blog.
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