«León es un estupendo centro de operaciones literarias»
El poeta y narrador leonés, Luis Artigue, autor de Tres, dos, uno… Jazz y La mujer de nadie, publicará esta primavera, bajo el afamado sello editorial Alianza, su novela preferida, la que más ama, cuyo título es Club La Sorbona.
La
prestigiosa editorial Alianza acaba de fichar al escritor Luis Artigue, que
publicará en abril Club La Sorbona,
una novela negra, rural, psicológica y de alterne, “mi novela preferida”, aclara el autor de La mujer de nadie, una fantástica historia en la que un
pintor surrealista leonés en París es testigo de las peripecias vitales de otra
maga, Remedios Varo, y luego huyen a México… No en vano, Artigue es un
entusiasta del surrealismo, del París bohemio y de México, del que dice que le
fascina su surrealismo cotidiano y le aterra su crueldad casi asiria.
Se adentró en el mundo de los pintores surrealistas, “repletos de libertad e
imaginación”, de la mano de su amigo Modesto Llamas Gil, “un sabio pictórico
con el don de la pedagogía plástica”. A partir de ahí, por influencia del
psicoanálisis, a través del seminario que imparte Luis Salvador López-Herrero,
y también de las conversaciones con su querido Martínez Sarrión, reconoce que
el surrealismo se convirtió en objeto de estudio, aunque él no se sienta un
poeta surrealista. “Siguiendo el camino interior continuo que proponen a dúo la
vida y la poesía me acerqué al surrealismo decisivamente en León, en los
comienzos del Club Leteo, y de la mano de poetas como Ignacio Abad, Silvia
Zayas y Rubén Mielgo”.
“Gamoneda es el mejor poeta que le queda vivo a la lengua castellana”
Su acercamiento a este
“ismo” le sirvió para entender mejor la obra de dos poetas que le fascinan,
Mestre y Gamoneda (“el mejor poeta que le queda vivo a la lengua castellana”).
“Gracias a él sé que la poesía es lo que queda cuando la literatura se ha
quitado la ropa”, porque para Artigue la poesía tiene que ver con la verdad,
con la intimidad y con los misterios de la autobiografía… “es la vía de
conocimiento alternativa de quienes prueban a alterar su conciencia…”.
Como poeta,
ha recibido prestigiosos premios: el Ojo Crítico de Radio Nacional de
España por Tres, dos, uno… Jazz y el Fray Luis de León por La
noche del eclipse tú, aunque él, que ha tratado de atrapar las sensaciones
potentes que produce la vida, se queda con dos poemas: Canción de cuna y
Oporto.
“El surrealismo
es la vida con todos sus sinsentidos y sus cifrados sentidos… León es muy
surrealista, por cierto”, dice este todoterreno de las letras, leonés de
Villalobar con gran proyección en el mundo literario, que se siente muy a gusto
en su tierra, porque su trabajo le ha ayudado a escribir con libertad y
entrega. “León es mi ciudad, un estupendo centro de operaciones literarias, un
lugar en el que los personajes conviven entre las personas y sólo hay que saber
mirar, y además es un espacio en el que habitan personas a las que quiero y me
quieren… una ciudad con un ritmo a velocidad humana acorde con los ciclos
naturales y mentales que mejor me van...”.
“El surrealismo es la
vida con todos sus sinsentidos y sus cifrados sentidos… León es muy
surrealista, por cierto”
Sabe que, por haber
nacido en León, ha tenido la fortuna de conocer a sus clásicos vivos, “que son
los escritores leoneses de fuera y dentro de la ciudad”, y además se ha educado
en la oralidad y el gusto por contar “lo poco que nos pasa sacando petróleo
verbal del acontecer”. Novelas como El año del francés, Luna de lobos,
La orilla oscura, La ruina del cielo, El tiempo de las lluvias
y muchas otras han hecho de León mitología y poesía, según el autor de Las
perlas del loco Ventura, que quiere convertir León en un personaje, y
sacarlo al mundo.
De este modo, ha
aprendido a viajar, a alejarse para estar más cerca, “…pero teniendo un lugar
nutricio y propio al que regresar... En ningún sitio como en León me siento más
ajeno al sentido de urgencia y abandono que caracteriza a mi generación”,
apostilla este viajero, fascinado no sólo con París, sobre todo de los años 20,
“un lugar en el que las mujeres eran libres y los mendigos llevaban sombrero de
copa”, sino con tantos otros sitios y ciudades, que le han dejado huella,
y en los que se ha encontrado con propuestas literarias, como en La Habana
vieja, donde conoció a un pintor buscavidas que le sirvió de inspiración, o
Lisboa, donde se encontró, frente al Café Brasileira, a un loco
hablándole a la estatua de Pessoa, que sale en su Poesía de Aventuras, aclara
el autor de El viajero se ha ido, como es lógico, novela en la que un
leonés se va al París de los años 20 con una maleta vacía a buscarse la vida, y
la vida va llenando su maleta.
Sobre el París
actual, manifiesta que tiene su encanto, “los conciertos de jazz en vivo en Le
Petit Journal Club… pero París, aunque culturalmente continúa siendo potente,
social y políticamente es ahora otra Babel más como toda metrópoli
inconfesamente opulenta de occidente...”. En todo caso, es consciente de que la
literatura le ha dado mucho, “por ejemplo, esto de descubrir la impagable
universidad del viajar”.
Artigue, que es
un apasionado del jazz, dice que este tipo de música es una metáfora de su
reconstrucción, santo y seña que le recuerda que lo pasó muy mal “pero eso me
ha hecho fuerte, y me ha enseñado a cultivar la voluntad, y a relativizar la
adversidad, y a simplificar anhelos, y a asirme a lo que de verdad merece la
pena en esta vida”.
Aparte de poeta,
novelista, incluso crítico literario, ejerce como columnista, lo que le ha
convertido en mejor escritor y mejor persona, porque “los periódicos te exigen
criterio, disciplina, celeridad, atención a lo que pasa y lo que no pasa pero
debería pasar y te obliga a leer, a pensar, a indagar, a ser crítico y
compasivo y responsable como ciudadano...”.
En la actualidad,
ha acabado un libro de poemas escritos desde la conciencia de felicidad
titulado Poesía de aventuras, “y avanzo lento con una novela esotérica
sobre el trompetista Miles Davis que llevo varios años escribiendo, y que creo
que voy a titular Jazz el Destripador”.
A partir de
ahora, la editorial Alianza
se encargará de reeditar, en formato bolsillo, todas sus novelas
anteriores.
«Me aburre todo James Joyce»
¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por
segunda vez?
—La Biblia: la he leído al completo siete veces.
Y volveré.
—Un personaje imprescindible en la literatura (o
en la vida)
—El
doctor Matthew O’Connor de la novela El bosque de la noche, de Djuna
Barnes.
—Un autor o autora insoportable (o un libro
insoportable)
—Me
aburre todo James Joyce salvo el último cuento de Dublineses.
—Un rasgo que defina tu personalidad
El
entusiasmo.
—¿Qué cualidad prefieres en una persona?
—La
alegría.
—¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la
sociedad?
—Creo
en las listas abiertas como una imperiosa necesidad para avanzar en el espíritu
democrático.
—¿Qué es lo que más te divierte en esta vida?
—Hablar
con buenos conversadores.
—¿Por qué escribes?
—Para
añadir vida a la vida.
—¿Crees que las redes sociales, facebook o
twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?
—No,
las redes sociales amplifican, pero no depuran.
—¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de
escribir?
—El
cielo de León, las conversaciones del Barrio Húmedo, mi neurocirujano, mi
quiosquero, mi abuela, mi pueblo, el periódico del día, mis amigos, mis viajes,
lo raro con lo que me topo, lo que no puedo ser, lo que no puedo tener, los
libros que amo, los que detesto…
—¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo
porque te parezca una herramienta literaria?
—Soy
un perezoso cibernético. Tengo una web oficial www.luisartigue.es y es lo único
que atiendo más o menos puntualmente.
—Una frase que resuma tu modo de entender el mundo
—«Por
ti pintan de azul los hospitales» (Pablo Neruda).
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