Ángel Fierro por Higinio del Valle
“Mi
poesía tiene vocación existencial”
El poeta, narrador e investigador montañés, autor de novelas como la última de su nómina, ‘El contador de vientos’, y fundador de las legendarias revistas ‘Claraboya’ y ‘Picogallo’, publicará en 2013 ‘Río Curueño. El fluir literario’
Originario de Cármenes, Ángel Fierro pertenece a la generación de
la poesía comprometida leonesa, y aunque su obra poética no es muy extensa, sí
lo es su obra en general. Esencialmente poeta, Fierro es además narrador e
investigador, que ha cultivado con esmero la etnografía, la historia y la
música de su comarca, Los Argüellos, donde
está ambientada su novela, El
contador de vientos.
La suma de estos intereses
hace que su bibliografía y sus grabaciones discográficas, que incluyen estudios
musicológicos y partituras de la montaña leonesa, se acerquen a la cincuentena
de títulos.
Fierro es, junto a Mateo
Díez, José Antonio Llamas y el recientemente fallecido Agustín Delgado, miembro
fundador y responsable de las revistas Claraboya
y Picogallo. “En el caso de Claraboya -aclara Fierro- la irrupción
de la revista abrió debate en el panorama poético español de la segunda mitad
del siglo XX. Para nosotros fue también órgano de amistad, escuela de
aprendizaje y tribuna desde donde elaborar nuestra visión de la poesía, siempre que su escritura tuviese una brizna
de humanidad”. “Por lo que respecta a Picogallo,
su objetivo fue distinto. Se trató de un balcón literario abierto desde la
Asociación Cultural de Cármenes, donde un grupo de vecinos ensayamos el
acercamiento de la cultura al mundo rural; una postura ética de libertad y
respeto a lo diferente, frente al sectarismo de ´ismos´ y tribus, que
enmascaran sus miserias bajo el adjetivo de lo social”.
De Agustín Delgado dice,
con afecto, que fue “uno de los
fundadores e ideólogo del grupo en su etapa inicial, que nos ha precedido a
todos en el más allá y que merecería un homenaje”.
Como poeta, Fierro forma
parte de antologías como León. Una mirada
literaria, que editó la Fundación Hullera Vasco-leonesa en 2006, donde se
encuentran las claves de su obra poética.
“Mi poesía tiene vocación existencial –añade - en cuanto trata temas como
el amor, el tiempo, la muerte, el eterno retorno, lo substantivo del hombre. Un lirismo atemperado por la razón”.
En lo que respecta a su
amplia faceta como etnógrafo cabe destacar títulos como Romancero
de Arbolio o Aromas y memorias. Las
juderías de León. Y en lo referente a su labor de recopilación de la música
tradicional, convendría mencionar sus cantos del alto Curueño, del alto Torío o
el alto Bernesga. Su pasión por la música le ha llevado a transcribir y editar,
mediante dos hermosos libros y nueve grabaciones sonoras, cerca de 500 tonadas
del folclore tradicional de su tierra, Los Argüellos (Arbolio). “Ha sido un gozoso trabajo de recuperación y
recreación musical y literaria, poco reconocido hasta la fecha. Después de haber
coronado este enorme trabajo, estamos en condiciones de lanzar un reto a todas
las comarcas leonesas: que cada río
aguante su agua”.
Arbolio, que da título a
una revista editada por la Asociación Cultural
Los duendes de Tolibia, y en cuyo consejo editorial figura Fierro, es
nombre que aparece con frecuencia en toda su obra, y se convierte en el espacio
legendario donde se desarrolla El
contador de vientos, que obtuvo el III premio de Novela corta “Tierras de
León”.
Escrita como si fuera un poemario
en prosa, esta novela nos hace
recordar, por un lado, El nombre de la rosa,
de Eco, y por otro, El perfume, de
Süskind, pues nos adentra en un sugerente mundo de aromas y sonidos, con el
viento (y la música) como privilegiado protagonista. Aunque entre los
personajes principales -se trata de obra coral-, se encuentran también un herrero,
como símbolo del saber ancestral, y un monje, que ya viejo recuerda su viaje iniciático,
desde su monasterio cisterciense, en compañía de un trovador occitano. “El
contador de vientos tiene algunos préstamos de otros autores –según Fierro-. Creo que esto es inevitable.
Su ambientación podría tener concomitancias con el Merlín y familia, de Cunqueiro.
De Süskind rescato la búsqueda del mundo de los aromas, y las prácticas
necesarias para apresarlos”.
Con esta novela, forjada
en una fragua poética, el autor nos
sumerge en paisajes, tradiciones, formas de vida y un modo de hablar propio del
antiguo Reino de León. “Mi intención fue tejer un crisol con todas las bellezas
de la creación humana en la etapa crucial del siglo XIV: el nacimiento de la
polifonía y el valor de los cancioneros medievales (provenzal, galaico y
castellano). También, el dilema que se presenta a cada hombre: obediencia o
libertad. Y, finalmente, un homenaje al territorio de Los Argüellos, a su
lenguaje coloquial y su ancestral sistema de vida. Su redacción fue para mí un ejercicio poético,
casi mágico, frente a la desnudez del realismo actual”.
Ahora, está trabajando en
varios frentes. La editorial sevillana Isla
de Sístola le publicará en breve un extenso poemario, El andamiaje de los sueños, con motivos mitológicos, e ilustrado con
dibujos de la escultora Esperanza d´Ors. “Creo que será mi testamento poético,
e incluso vital. Las ilustraciones de Esperanza harán de este volumen una
pequeña obra de arte”. Por otra parte, en la próxima primavera verá la luz Río Curueño. El fluir legendario, que se
inscribe, según el poeta, en su intención de recuperar las tradiciones orales
de la montaña central leonesa, a cuyo objetivo ha dedicado tantos esfuerzos.
Mi aldea es el mundo
-¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?
-La pregunta no es
difícil, pero lo es mucho la respuesta, por cuanto implica la necesidad de
elegir.
Mis libros de referencia
son múltiples y no quisiera señalar ninguno en concreto, pero estoy releyendo La saga fuga de J.B. de Torrente y la Suite francesa de Némiroswky.
Siempre regreso a los
clásicos y releo con placer los libros de mis amigos los escritores leoneses.
Si tengo obligatoriamente que señalar algo, me inclinaría por Borges, la obra
poética completa de Paul Celan y los primeros libros de la Biblia.
-Un personaje imprescindible en la literatura (o en la vida).
-Son muchísimos los personajes que admiro y respeto; pero la
elección de sus nombres precisaría de explicaciones y matizaciones bastante
prolijas (Cervantes, Dante, Leonardo da Vinci, Einstein, Jesucristo...).
-Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).
-Son muchos. Todos los que
se ocupan de lo que no conocen o lo hacen con pedantería y afán de lucimiento o
proselitismo. Quizás solo serán salvables para la posteridad un porcentaje
ínfimo de las obras que se publican.
La sobreabundancia de
publicaciones constituye un enorme esfuerzo de dispersión para estar al día. A veces son un insulto a
la inteligencia y, en último caso, castigan de forma inmisericorde a nuestra
depauperada masa forestal.
Pido perdón por no
señalar con el dedo a ningún colega de la escritura.
-Un rasgo que defina tu personalidad.
-Soy un poco perezoso en
el autoanálisis. Diría que soy trabajador, serio, metódico y equilibrado,
bastante intransigente con la ignorancia y la estupidez humanas.
Como es natural, acepto todos los defectos que ven en mí cuantos
me conocen.
-¿Qué cualidad prefieres en una persona?
-Honradez y trabajo, un
poco de inteligencia y sensibilidad (Casi nada)
-¿Qué
opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?
-No me gusta hablar de
política: está monopolizada por muchos en su provecho.
La mayoría de
profesionales de este menester no han leído y no practican los preceptos de
Aristóteles. Coincido con muchos en que ´nuestra´ clase política es un
verdadero problema para la sociedad. Las encuestas sitúan a los políticos como
tercer problema, después de la situación económica y el paro. No reparan en que
estos dos últimos son consecuencia de los malos políticos, a quienes no se
exige conocimientos adecuados a su función, y acceden a sus cargos por el solo
mérito de pertenecer al partido que les ampara. La regla tiene, naturalmente,
honrosas excepciones.
La sociedad actual está
– y recojo el diagnóstico de los pensadores más lúcidos – realmente enferma. Es
penoso observar cómo el fin justifica los medios, se discute el propio concepto
del mérito, se considera la riqueza y posición social como el bien absoluto, se
acalla a la discrepancia.
La situación es una
consecuencia de lo que los sociólogos llaman ´La condición humana´. Su ansia
desmesurada de poder y riqueza, su insensibilidad ante el sufrimiento ajeno, el
hedonismo, la ausencia de valores. La justicia ha emigrado, la corrupción
campea por doquier. ¿Cómo pensar que una sociedad basada en estos parámetros de ruindad puede
responder a las aspiraciones de nuestra especie?
-¿Qué es lo que más te divierte en esta
vida?
-Las ocupaciones
racionales (pensar, hablar, comunicarme, todo lo que hace referencia a la
cultura, el arte, la investigación).
Cosas sencillas: una
partida de mus con los amigos, asistir a un concierto, acompañar a mi nieto al
campeonato de futbol en que participa, escuchar los chistes de Manuel Martín,
tomar los vinos con mi mujer, reunir a mis hijos ante una barbacoa, salir al
monte...
-¿Por qué escribes?
-Se trata de ¿una necesidad espiritual? A través de la escritura desarrollo el propio
perfeccionamiento, mantengo la tensión vital y doy fe de mi forma de entender
el mundo. A veces me ocupo en salvar para la posteridad los patrimonios
olvidados del mundo rural, que conocí en mi infancia. Hablo de amor, de vida,
del eterno retorno. Quiero acercarme a la belleza y la verdad.
De todos modos, como dijo Borges, yo no estoy orgulloso de lo
que he escrito, sino de lo que he leído.
-¿Crees que las redes sociales, facebook o twitter, sirven para
ejercitar tu estilo
literario?
-En absoluto.
Nunca me ha interesado compartir mis asuntos en los patios de vecindad. Con las
debidas excepciones estos foros están llenos de mediocridad, exhibicionismo,
información no contrastada y en ocasiones mala fe, donde se ventilan todo tipo
de trapos sucios.
No los utilizaría nunca para mi trabajo de
creación, ni para ningún otro objetivo, como no fuera el simple
entretenimiento. Pero no tengo tiempo para eso.
Mi postura no se
basa en el desprecio por las nuevas tecnologías: la escritura que me importa es
la que hacen los buenos escritores; mi fuente de innovación no es la que
aportan las redes sociales, sino la de los ingenieros.
Como resumen, no
soy proclive a interesarme por dichas redes.
-¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?
-Mis fuentes son
muy variadas, pues mantengo una gran diversidad de intereses. Me inspiran todas
las obras de la creación humana: literatura, música, pintura, fotografía,
escultura, historia e investigación... Como resumen, 'nada de lo humano me es ajeno'
-¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca
una herramienta literaria?
-No. Ya lo he
contestado antes. Mis herramientas son las obras de los grandes creadores, mi
trabajo y mi propia inspiración.
-Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.
-Anotaría tres
frases, si se me permite:
“Mi
aldea es el mundo” (Verso de mi poema Un borrador de nieve)
“Después de amar es nunca”. (Verso de mi poema Después de amar, del libro El
andamiaje de los sueños.
Y finalmente: “El principio
fundamental de la vida es la libertad” (Lo dice textualmente Vasili
Grossman en su novela Vida y destino).
Me encanta su entrevista, por su realidad y sentido común del que tanto adolece la sociedad.
ResponderEliminarCarlos