http://www.diariodeleon.es/noticias/bierzo/cuenya-aborda-en-centro-de-dia-de-bembibre-problema-de-soledad-y-depresion-en-los-mayores_752420.html
http://www.bembibredigital.com/index.php?option=com_content&view=article&catid=58%3Asociedad&id=3897%3Acharla-sobre-soledad-y-depresion-en-el-centro-de-dia-de-bembibre&Itemid=181
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Introducción
Los
términos soledad-depresión están estrechamente ligados e interrelacionados
porque la soledad puede llevar a la depresión, y ésta conduce
irremediablemente a una situación de aislamiento, de soledad. En realidad,
en la depresión puede que exista una búsqueda inconsciente de la soledad, del
aislamiento.
Puesto que los humanos somos, por lo general, seres sociales, salvo casos específicos, a resultas casi siempre de disfunciones o trastornos psicológicos, la soledad prolongada durante largos períodos, ya sea por reclusión o aislamiento forzoso, puede desembocar en cuadros depresivos, con síntomas frecuentes de ansiedad (sensación de ahogo, taquicardia, sudores, náuseas, insomnio…), incluso con delirios y alucinaciones (propios de otras patologías como la psicosis o la esquizofrenia).
*Delirios, que son creencias e ideas
disparatadas, sin ningún fundamento lógico (por ejemplo, delirios persecutorios,
de grandeza, celotípicos, etc.)
*Alucinaciones o pseudo-percepciones
debidas al alcoholismo, determinadas drogas, la privación del sueño, trastornos
neurológicos. También existen las alucinaciones acústicas o auditivas. Se sabe
que la dopamina
(que es una hormona y neurotransmisor) cumple una función definitiva en las
alucinaciones.
Otro asunto, bien diferente, es cuando uno decide estar solo por conveniencia, porque necesita pensar, descansar, trabajar en algo concreto (por ejemplo los artistas, entre ellos los escritores), incluso como forma de meditación (véase al menos determinados monjes, sobre todo los budistas, y monjas que, de motu proprio, deciden aislarse, retirarse), aunque, en su caso, su supuesta soledad es querida y aun religada a alguna divinidad.
Por tanto, convendría hacer una diferencia entre la soledad querida y la sobrevenida (la que finalmente se sufre, acaso por falta de estimulación), que puede desencadenar en depresión y aun en otros trastornos de la psique.
Breve
historia
La
depresión -o mejor dicho la melancolía-,
figura en los tratados médicos hipocráticos, si bien el término como tal surge
en el siglo XVIII. En un inicio, antes de que apareciera la psicología y
psiquiatría modernas, los tratamientos empleados, en casos de depresión,
consistían en procurar a los pacientes algunos estímulos y actividades
placenteras como escuchar música, pasear, incluso tener una dieta saludable.
No
en balde, la medicina actual sugiere que las deficiencias nutricionales, por
carencia y aun por exceso de determinadas vitaminas como B1 o tiamina (carne de cerdo
y vacuno, legumbres, cereales integrales, frutos secos, maíz, huevos, hígado,
corazón, riñón, patatas, arroz,
arroz, harina de trigo, garbanzos, nueces, etc.),
B6 (carne, huevos, pescado y verduras,
legumbres, nueces, panes y cereales) o
B12 (huevos, leche y sus derivados, mariscos, carne de ave, etc.), entre otros
minerales como hierro, magnesio, zinc, etc., pueden dar lugar a depresión. Lo
mejor, en todo caso, siempre es una alimentación equilibrada.
El
término “depresión” hace referencia a un estado, que puede ir de lo transitorio
a lo permanente, desde la tristeza profunda, con la consiguiente falta de ganas
por hacer cosas -incluso las que más gustaban-, hasta por vivir. De ahí que una
fuerte depresión pueda conducir al suicidio.
En toda depresión, asociada en ocasiones a la angustia o la ansiedad, hay un trastorno del estado del ánimo, del humor.
Causas
múltiples y complejas
Entre las causas que pueden llevar a la depresión son múltiples y complejas (y no siempre bien identificables, al menos en un primer diagnóstico), pero sí se sabe que intervienen factores genéticos, biológicos y psicosociales, que, en definitiva, obedecen a sucesos traumáticos: accidentes, asesinatos, muertes de seres queridos (vividos y no asimilados), estrés por problemas económicos o por malas relaciones interpersonales, de pareja, experiencias cercanas con enfermedades como el cáncer, determinados trastornos hormonales, Parkinson, accidentes cerebro-vasculares, malas noticias en general.
Asimismo,
la depresión también podría tener una base educativa (a resultas de un mal
aprendizaje o aprendizaje des-adaptativo, tal como propone la psicología
conductual) y bioquímica, en la que intervienen determinados neurotransmisores
(que en esencia son drogas endógenas), como la disminución de la serotonina (y aun de la dopamina y la noradrenalina), y aun por la ingesta de
alcohol así como otras sustancias psicotrópicas. Por eso, en caso de una
depresión grave en términos clínicos (y aun una depresión psicótica) se recetan
*antidepresivos (que veremos más adelante),
puesto que son muy efectivos, aunque se recomienda combinarlos con psicoterapia
para problemas relacionados con la depresión: aislamiento (soledad), falta de
apoyo, carencia en habilidades sociales, etc., para que no haya una recaída a
los pocos días del tratamiento.
*Serotonina: Aparte de un
neurotransmisor o droga endógena, también se encuentra
en varias setas y plantas,
incluyendo frutas y vegetales. La serotonina regula el apetito, interviene
en el deseo sexual, controla la temperatura corporal, actúa como un reloj
interno regulando los ciclos del sueño y la vigilia. Y sabemos que disminuye al
atardecer. Los hombres, frente a las mujeres, producen un 50% más de
serotonina. A través de determinadas
actividades podemos aumentar la serotonina: con técnicas de relajación, yoga,
meditación, ejercicio regular, vida al aire libre, pasear, bailar, hacer cosas
nuevas, emprender nuevos proyectos, viajar.
Dopamina:
Como hormona y neurotransmisor o droga endógena, que se
encuentra en una amplia variedad de animales y en todos los seres humanos,
regula el sueño, el humor, la atención, y el aprendizaje. Y está asociada a la motivación y el placer. La
cocaína, las anfetaminas y la nicotina serían sus homólogos como drogas
exógenas, pues potencian e incrementan la dopamina. La dopamina es a su vez
precursora de la noradrenalina o norepinefrina.
Noradrenalina:
Se biosentetiza a partir de la dopamina.
Es
asimismo neurotransmisor y hormona, conocida como la hormona del estrés, incrementando
la presión sanguínea y la frecuencia cardíaca en su respuesta lucha-huida ante
situaciones de alarma. Cumple una importante función en la atención y
concentración. Y está implicada en trastornos por déficit de atención, hiperactividad
y depresión.
A
grandes rasgos, existen varios tipos de depresión.
Se puede
hablar de depresión mayor, cuando se
diagnostican, durante varios días, semanas e incluso meses, estos síntomas: estado
de ánimo de tristeza e irritabilidad durante todo el día, falta de interés por
actividades que antes sí eran placenteras, disminución o aumento del peso y el
apetito, insomnio o hipersomnio, sensación de debilidad, sentimiento de culpa,
pensamientos recurrentes de muerte.
También se
puede hablar de distimia, cuando la tristeza
se prolonga de forma ininterrumpida, a lo largo de los días, durante uno o dos
años, y se observan trastornos alimentarios, insomnio o hipersomnio, astenia,
baja autoestima, pérdida de concentración y desesperanza.
Resultan
habituales los casos de un estado depresivo y ansioso a la vez. O depresiones
debidas a un estado psicótico.
La
depresión en la infancia y en la juventud
Aunque no es habitual la depresión en la infancia, sí se dan algunos casos, cuyos síntomas se traducen en falta de interés por jugar, ir a la escuela, desprenderse de sus padres, con los consiguientes trastornos alimenticios, enuresis y somatizaciones varias.
En la adolescencia, en cambio, se incrementan los casos de depresión, también a resultas del consumo de alcohol, sustancias tóxicas, la exposición abusiva a pantallas de ordenador y televisión, incluso a la contaminación lumínica de las grandes urbes, que acaban alterando el ciclo luz-oscuridad. A este respecto, cabe destacar que las personas que viven en los países nórdicos, donde la tasa de suicidio es muy elevada por depresión, están expuestas a inviernos donde casi no ven la luz solar, porque siempre es de noche, y veranos en los que siempre es de día, lo cual provoca graves alteraciones en el estado anímico.
Se
recomienda la luminoterapia, que tiene una eficacia probada sobre
todo en trastornos afectivos estacionales (otoño e invierno), así como en
depresiones provocadas por un cambio estacional.
La
depresión en los adultos
En la actualidad, la depresión entre la población adulta
está causando estragos, sobre todo en nuestro país debido a la situación de
paro, pérdida de empleo y, en estos últimos tiempos, los desahucios, un
auténtico drama humano. Se calcula que en España puede haber entre cuatro y seis
millones de personas que sufren depresión (10-15% de la población), la mitad de
ellos sin diagnosticar. Y, a partir de ahora, con la situación de
crisis, esta elevada cifra podría incrementarse de forma notoria. Se trata de
una de las dolencias (junto con la ansiedad, con la que se presenta muy a
menudo) más comunes de la humanidad, que afecta sobre todo al mundo occidental.
Se
calcula que en el mundo hay unas 350 millones de personas depresivas.
La
depresión en personas mayores
Es
muy habitual la depresión entre las personas mayores. En ocasiones se confunden
los síntomas con una demencia senil, porque también se da una alteración de la
memoria, ansiedad, irascibilidad, insomnio, entre otros.
La
psicoterapia con los mayores resulta eficaz a través de charlas con un o una
terapeuta que les ayude a continuar con sus relaciones habituales, a combatir
sus pensamientos negativos y distorsionados.
Según
recientes estudios, lo que sí parece evidente es que las personas mayores
resisten peor la soledad que las jóvenes. Y, entre las personas mayores, suelen
ser las mujeres quienes mejor se adaptan a la soledad. Sin embargo, la
frecuencia de la depresión es casi el doble en las mujeres que en los
hombres.
*¿Por
qué se da con más frecuencia en la mujer que en el hombre?
Debido
fundamentalmente a factores hormonales, en concreto a menores niveles de
estrógenos (hormonas sexuales), y a cambios del ciclo menstrual... embarazos,
postparto, abortos, menopausia...
Y,
por otro lado, a resultas del sexismo, que procura estrés, desencadenante en la
depresión.
Antropológicamente,
la mujer ha permanecido, a lo largo de la historia, en su hogar, que ha sido su
mundo, y esto acaba por resultar asfixiante. En cambio, los hombres (cazadores) han
salido fuera de su hogar en busca de trabajo, nuevos horizontes, etc.
Si bien, en la actualidad, ha cambiado por fortuna la situación de las mujeres, un buen porcentaje siguen aún “esclavizadas” a su hogar, a sus hijos. Y los hombres, por su parte, cuando se jubilan o pierden su empleo, no saben qué hacer con sus vidas, y acaban cayendo en un estado profundo de tristeza (véase depresión).
Si bien, en la actualidad, ha cambiado por fortuna la situación de las mujeres, un buen porcentaje siguen aún “esclavizadas” a su hogar, a sus hijos. Y los hombres, por su parte, cuando se jubilan o pierden su empleo, no saben qué hacer con sus vidas, y acaban cayendo en un estado profundo de tristeza (véase depresión).
Sin
embargo, la tasa de suicidio consumado, por depresión, sobre todo a
partir de 80 años, es muy superior en hombres que en mujeres. Y, en ambos casos,
esta patología está asociada a un alto riesgo de padecer una enfermedad
coronaria.
*Antidepresivos
como tratamiento
Los Antidepresivos,
adecuados para tratar la ansiedad así como los dolores crónicos, son los
psicofármacos utilizados para tratar sobre todo las depresiones "de
caballo".
Grosso modo hay
tres tipos:
*Inhibidores de la
monoaminooxidasa (IMAO)
*Tricíclicos
*Antidepresivos de
segunda generación, que son los más empleados, porque actúan sobre
los neurotransmisores implicados en la depresión, a
saber, la serotonina, la dopamina y la noradrenalina.
De ahí que también existan algunos otros Antidepre como los Inhibidores selectivos
de la recaptación de serotonina, de dopamina y de Noradrenalina, entre otros
"combinados", incluso los opioides (véase la buprenorfina).
Uno de los más conocidos es sin duda
el prozac o fluoxetina, que algunos consideran como estimulante de acción lenta
y anorexígeno. La fluoxetina es un Inhibidor Selectivo de la Recaptación
de Serotonina, que se usa para tratar la depresión y la bulimia
nerviosa, aunque también se emplea en otro tipo de trastornos. Se sabe que el
prozac aumenta los niveles de dopamina y noradrenalina.
Quienes toman este tipo de antidepresivos
pueden desarrollar osteoporosis.
La mayoría de antidepresivos, salvo
los IMAO (que estimulan la Acetilcolina) producen disfunciones sexuales. Y
casi todos suprimen la fase REM del sueño, provocando pesadillas. Los IMAO, por
ejemplo, suprimen por completo esta fase del sueño, y además producen
hipertensión, incluso letal, si se toman con alimentos que contengan altos
niveles de tiramina, tales como los quesos fermentados, habas, carne de caza…
Algunos siguen prefiriendo los
remedios naturales caseros (la homeopatía) con
hierbas e infusiones para tratar la
depre, o bien la acupuntura, que pongan en funcionamiento nuestras endorfinas,
las drogas de la felicidad.
*Endorfinas: Son opioides endógenos que funcionan como neurotransmisores. Son propios de los vertebrados. Se
producen durante el ejercicio, la excitación sexual, el enamoramiento, el dolor, el consumo de alimentos picantes o el
consumo de chocolate. Son homólogos de
las drogas exógenas llamadas opiáceos (véase la morfina) porque tienen el mismo
efecto analgésico y procuran una sensación de bienestar.
Psicoterapias
Hay muchos tipos de psicoterapia, que van desde terapias a corto
plazo (de 10 a 20 semanas) e incluyen tareas que el paciente debe realizar,
según los casos, entre ellas la psicoanalítica
(el o la especialista ayuda al paciente a que verbalice su malestar y de este
modo que tome consciencia de su situación para que salga de ella), interpersonal
(basada en diálogos con el terapeuta), la cognitiva (basada en la
reestructuración cognitiva o mental del paciente, en la que el/la terapeuta
ayuda al paciente a analizar los errores de su pensamiento negativo) y la conductual
(el terapeuta ayuda al paciente a programar actividades gratificantes y a organizar
su tiempo. También le ayuda a ser más asertivo y más sociable, utilizando para
ello el juego de rol, ayudándole a exponerse a situaciones sociales que suele
evitar por miedos diversos).
“El mayor enemigo
del ser humano es la depresión que anula toda posibilidad de esperanza, y una
vida sin esperanza carece de sentido y está amortizada anticipadamente" (Rojas
Marcos).
Por eso, debemos
buscar nuevos horizontes, viajar (una buena forma de aprender, de superar
miedos y fobias sociales y de conectarnos con la diversidad del mundo y
nuestros compañeros de vida), salir del entorno, buscar y hacer nuevas cosas,
relacionarnos con la gente, practicar sexo, bailar, cantar, escuchar música, ver cine, hacer teatro, ser optimistas y
alegres… realizar todo aquello que nos procura bienestar.
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