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domingo, 23 de diciembre de 2012

El mejor modo de pasar la Nochebuena



"El mejor modo de pasar la nochebuena es estar solo en una bella ciudad europea que antes no conocíamos.

Observar a la gente feliz, o que lo parece, y no formar parte de su alegría, estar fuera.

Luego cenar pronto, antes de los fastos creyentes, en cualquier bar.

Pasear por las calles nocturnas, cada vez más vacías, llegar al hotel en la medianoche.

Escuchar a Bach, tal vez ojear un libro de textos breves.

Sentir una honda, imprescindible, algo ruda libertad.

Acostarse no muy tarde, tan lejos de todo: sentir ese placer misterioso".

LUPICINIO FÍLFEZ, ensayista y poeta.

El texto de Lupicinio Fílfez, o sea de César Gavela, me ha despertado estas palabras, a propósito de la Nochebuena. 

El mejor modo de pasar la noche buena, querido César, es estar con una bella y afectuosa compañía. Ser feliz observando a la gente feliz que uno quiere. Cenar pronto o tarde, eso no importa, pasear o bien acurrucarse al amor de la lumbre, escuchar música vibrante y placentera: el oratorio de Navidad de Juan Sebastian Bach, está muy bien, pero podrían ser también otras músicas posibles, leer algo o nada, escribir un aforismo, una greguería, incluso un micro, o nada, sentir, eso sí, sentirlo todo de todas las maneras, sentir la libertad, algo imprescindible, volar aunque sea en sueño, acostarse con las palabras acariciadoras, siempre en dulce compañía, sentirlo todo... el placer inmenso de estar vivo, gozar de salud y tener la temperatura afectiva adecuada, al lado de un brasero, que procure asimismo la temperatura ambiental necesaria, mientras afuera nieva con esplendor navideño. Y para rematar la velada de la nochebuena, lo mejor, lo más saludable es dormir sereno, en paz, con la placidez de los ángeles (o las ángelas) y soñar, eso sí, con mundos hermosos y posibles.

Gracias, amor, por estar ahí.

1 comentario:

  1. Gracias eternas por éste regalo de vida que me ofreces cada día. Gracias por ser, por estar, gracias al momento y al lugar que nos unió y a cada mañana que encuentro tu sonrisa.
    Gracias por tu magia, por hacer éste mundo hermoso y posible.

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