Valladolid

Con Aniano Gago

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid (vaya frase, me he quedado calvo de tanto pensarla), intentaré entrarle a esta villa/ciudad, en la que he estado en múltiples ocasiones, recientemente para presentar mi fragua de Furil. Hace un par de días, nomás. 

Conozco Valladolid desde hace tiempo -mejor dicho he visitado esta ciudad-, que tiene nombre árabe, Baladal Walīd, como otras muchas españolas. 

Confieso que no me parece una ciudad especialmente hermosa ni atractiva.  Será quizá porque no la he pateado lo suficiente porque, para conocer un lugar, necesita uno tiempo (y espacio) para recorrerla, adentrarse en sus fondos... Qué curioso, ahora me acuerdo de un antro, Asklepios, que tenía mucha marcha. Qué tiempos aquellos. Por lo demás, en esta city, de donde son originarios los Arizona Baby -ahora los Corizonas-, se come bien -nunca olvidaré aquella comida con el actor Agustín González poco antes de que nos dijera adiós- y se toman buenos caldos de la Ribera del Duero.  

Con Raquel, Amador, Raqui y Mingo

Amigos/as, originarios de Noceda del Bierzo, y sobre todo diversas ediciones de festivales de cine, entre ellos naturalmente el que organiza La Fila (con Isabel Blanco y Marina a la cabeza), y aun el Festcine (que organizáramos la ex Escuela de Cine de Ponferrada y la Fundación Gabarrón) me han llevado a esta urbe, en tiempos capital del imperio español, en medio de la meseta castellana y surcada por el Pisuerga, que  le da cierto frescor en el verano. 

Con Belén Sánchez y Aniano Gago

Lo cierto es que siempre me han tratado muy bien en Valladolid, acaso porque es un espacio o mapa afectivo donde viven buenos amigos y amigas, que tuvieron a bien acompañarme en la presentación del pasado lunes. Un recuerdo afectuoso para la vallisoletana Ana Isabel, a quien no veo desde mi etapa en el Reino de Disney. 

Pedro Vicente, Juan, Carmela y Ana

También en esta ciudad viven algunos de los grandes periodistas castellano-leoneses como Aniano Gago (que ejerció como maestro de ceremonias en la presentación de mi fragua de Furil), Pedro Vicente (uno de los mejores analistas/columnistas políticos), Ana Ruiz, Carmela, Juan, que también me arroparon en el evento. Gracias a todos y todas por ser y estar. "Periodistas de primera", me escribe mi amigo y prologuista Eduardo Keudell desde el lado de allá (Buenos Aires). "La crem de la crem", me dice mi estimado paisano y amigo Miguel Ángel García, también desde el lado de allá, en este caso desde Berlín, el cual comenzó a trabajar en la TV precisamente en Pucela (pucelle, qué curioso). 

Ahora va a resultar que Valladolid, ciudad hermanada con Morelia y Lecce, es una doncella que se perfila como fresa y que en síntesis paradójica ha parido narradores y poetas de la talla de Delibes (por cuya literatura siento reverencia) o Jorge Guillén. Tiene fama esta ciudad de estirada, mas a este menda, insisto, siempre lo han tratado bien. 

Y en este último viaje a la capital castellano-leonesa, en compañía de Amor-afecto, me he sentido muy a gusto. Gracias, Belén, gracias, Aniano, por ejercer como presentadores de La fragua de Furil en la bella biblioteca de Castilla y León.