Muralla de Urueña
El hombre de marras, después de echarse algunos vaixines de morapio al gorgüelo -si es que no hay mucho que hacer-, se despacha a gusto contando leyendas e historias de Urueña. Que si el término proviene del agua (qué sorprendente). Eso mismo estaba pensando. Parece increíble -asegura el guía improvisado- que a pocos metros de profundidad haya agua. Y eso que estamos a mucha altura, en la meseta. Pero es así... todo el mundo tiene un pozo en su casa... Qué maravilla. Un sitio donde abunda el agua es rico, sin duda. Y Urueña es un pueblo -apenas hay 150 habitantes durante el año- con mucho encanto (esto no lo dice el señor envinado, sino mi voz de la subconsciencia).
Lo que uno desconocía (en verdad, poco sabía de esta población antes de poner los pies en ella) es que hubiera tantos museos (todos naturalmente chapados, por ser lunes, claro). Que si el museo del vino, que si el museo de las campanas, que si el Centro Etnográfico de Joaquín Díaz (sobre este sí tenía noticias), que si el museo de los instrumentos... dedicado a una colección del músico Luis Delgado (qué agradable sorpresa, aunque no lo visite) porque me entusiasma la música de este compositor y multi-instrumentista, quien realizara, entre otras y otros trabajos, la banda sonora de la serie de TV Alquibla, con guión de mi admirado Juan Goytisolo, sobre el mundo islámico, véase por ejemplo el capítulo dedicado a los Nas Al Ghiwan: música del trance.
Dicho sea de paso, a Luis Delgado he tenido la ocasión de verlo/escucharlo en concierto, con mi paisano Amancio Prada, en el teatro Bergidum de Ponferrada.
http://www.youtube.com/watch?v=4AZJCzf9r2w (Alquibla)
http://www.youtube.com/watch?v=uaGG5G_9RVI&feature=related (Nas Al Ghiwan)
http://www.luisdelgado.net/museo.htm
A uno se le antoja que Urueña podría ser declarada "capital" de la música, aun antes que Villa del libro, lo cual está muy bien. Me sorprende, nada más poner los pies en el pueblo, encontrarme con un ejemplar de Sexus de Miller.
Pero ahora prosigamos el paseo por Urueña, antes de emprender rumbo a la capital castellano-leonesa (qué raro queda esto, bueno no tanto) si en días despejados se llega a atisbar el monte Teleno desde Urueña. Una visión para ser soñada más que contada. Al fondo se contempla un paisaje digno de una pintura de Van Gogh. Un paisaje pictórico, en el que se atisban unos palomares, con el que el viajero (o turista) acaba identificándose.
La primera visita a Urueña amerita, como no podía ser de otro modo, de una segunda. Hasta la próxima.
Un gran pueblo, Manuel. Merece la pena visitarlo, sobre todo al atardecer dándo un paseín por la muralla.
ResponderEliminarUn saludo