LA FRAGUA LITERARIA LEONESA
Lola Quintanilla: "Mi máxima inquietud es contar cosas y contarlas bonito"
La narradora Lola Quintanilla, autora de 'Tacones en la arena', entre otros libros, nos adelanta que está próxima la publicación de una guía sobre el Páramo leonés, con la que ella colabora. Y está leyendo mucho sobre la Guerra Civil, el Holocausto, la II República... acaso con el fin de escribir una próxima obra.
Lola Quintanilla. Foto: Juan Carlos González Muñoz
Manuel Cuenya | 13/02/2019 - 08:56h.
"... No soy misógina, ni machista, ni homófoba ni nada parecido. Creo en la igualdad total de derechos, deberes y oportunidades entre hombre y mujer, siempre que sea desde el respeto de las diferencias esenciales de ambos. La violencia es violencia sin distinción de quien la padezca, sea hombre, mujer, anciano o niño. Abortan las madres; los niños que aparecen en los contenedores los tiran las madres; si mueren cincuenta mujeres al año en España por violencia doméstica, mueren alrededor de veinte hombres y eso sin hablar de los cientos que se suicidan por violencia verbal, social y moral e injusticias judiciales. Y sin embargo, los medios de comunicación y poderes públicos únicamente se hacen eco del asesinato de las mujeres omitiendo el resto. Asociaciones afines al feminismo radical se están financiando a través del dinero público de esta lacra que también están beneficiando a los medios de comunicación: más sangre, más audiencia, más caros los anuncios. ¿Es que nadie se da cuenta del negocio que hay alrededor de la violencia?...".
(Lola Quintanilla, 'Yo misma', incluido en su libro 'Tacones en la arena')
Originaria de Laguna Dalga, pueblo del Páramo leonés (la Celama de la que nos ha hablado el escritor lacianiego Mateo Díez, que bien podría ser asimismo la Comala de Rulfo), Lola Quintanilla es autora, entre otros, de 'Tacones en la arena', que hace recordar el título almodovariano de 'Tacones lejanos', aunque el título de esta obra de Lola se refiera a que los seres humanos, en algunos momentos de nuestra vida, dura e insegura, caminemos con tacones por la arena.
"Vidas con incierto o trágico final o con un amargo continuar... Llenas de incertidumbre, desesperanza, placer o inevitable dolor. Dulces y amargas a la vez", apunta Lola Quintanilla, que ha sabido contarnos (mediante la voz de sus protagonistas, con sus propios testimonios) estas historias, "algunas con medida y meditada ironía, incluso con cierto cachondeo; otras con la rabia, el dolor o la impotencia que provoca la injusticia vivida en sus propias carnes", expresa la autora de 'En nombre de mi madre', que reivindica el derecho a sentir y vivir como cada cual quiera y pueda, y a denunciar inmoralidades, clamar justicia a quien corresponda y esclarecer verdades incómodas y ocultas en este, en su opinión, nuevo movimiento intolerante y fascista que está resurgiendo en nuestra sociedad carente de valores y sentido de la justicia.
Un libro valiente, arriesgado, emocionante, que, a través de diecinueve voces femeninas (incluida ella misma en el relato 'Yo misma'), nos ayuda a reflexionar acerca de nuestra propia vida, acerca de la condición humana, en definitiva. Y nos enseña el mundo en que vivimos, donde todo lo manda el dinero, según Lola, algo que ya nos dijera también con clarividencia el genio Valle-Inclán, por ejemplo, en esa obra teatral titulada 'Luces de Bohemia'.
"La gente que sufre hoy en España, mayoritariamente es por leyes sujetas a ideologías donde lo que prima es el dinero. Todo lo mueve el dinero. Penoso", puntualiza al tiempo que confiesa haber aprendido mucho escribiendo esta obra porque, durante el proceso de creación (qué interesante resulta este proceso), se le cayó la venda de los ojos. "Mis antiguos ideales no se corresponden con la realidad. La libertad es un ideal y la igualdad un imposible. Me rabio cuando veo una injusticia y más cuando descubro que he sido engañada. Por eso quise dar voz a historias que son ocultadas. En mi inocencia, pensaba en los valores y en la buena intención de la gente. ¡Tonta de mí! No tenía ni idea de cómo funcionaba el mundo. La izquierda en la que yo creía se ha vuelto totalitaria; se encarga de pensar por nosotros e intenta que seamos seres gregarios y dependientes de papá estado", reflexiona, asegurando haber escrito en cada uno de sus libros lo que realmente le apetecía y lo que le pedía el cuerpo. "O el alma. Con su lenguaje, sus sentimientos, sus estados de ánimo y su entusiasmo".
'Tacones en la arena' (Lobo Sapiens, 2017), cuyo diseño de cubierta corresponde al artista bañezano Odón Alonso, se me antoja un libro de imprescindible lectura pues, a través de diecinueve voces narrativas: Fatma, Mamen, Adela, María, Amelia, Berta, Marina, Carmela, una madre, Ivana, Dina, Brenda, Raimunda, Gemma, Emilia, Jana, Sofía, Antonia y Yo misma (Lola), nos introduce en los pensamientos y los sentires, las vidas de estas mujeres, haciéndoles que se expresen con voz propia (un ejercicio hermoso). En el fondo, está dando visibilidad y voz a quienes no tienen ni una ni otra, lo que me hace recordar el emotivo discurso que el actor leonés Jesús Vidal, galardonado con el premio al mejor actor revelación, pronunciara en la reciente gala cinematográfica de los Goya.
"Mis antiguos ideales no se corresponden con la realidad. La libertad es un ideal y la igualdad un imposible. Me rabio cuando veo una injusticia y más cuando descubro que he sido engañada"
Cabe destacar, según nos cuenta ella misma, que el relato titulado Gemma, sobre la enfermedad conocida como Lyme, lo escribió la propia afectada. "Cada palabra y cada coma, cada taco y cada exclamación son suyas. Es su historia y nos la ha contado a su manera. A mí me encanta", apostilla Lola, cuya vocación por la narrativa, por la escritura creativa, se remonta a su infancia.
(Puedes continuar leyendo esta fragua en ileon.com: https://www.ileon.com/cultura/094438/lola-quintanilla-mi-maxima-inquietud-es-contar-cosas-y-contarlas-bonito)
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