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domingo, 28 de febrero de 2016

Ruta de las fuentes de Noceda del Bierzo, por Vicente García

Me apetece, hoy, darle vida a esta ruta por mi útero de Gistredo, que publicara hace algún tiempo el fotógrafo y narrador leonés Vicente García. Grande, Vicente. Gracias por mencionarme. Enhorabuena. Texto y fotos son suyas. 

 Ruta de las fuentes de Noceda del Bierzo

Vicente García (Texto y fotos)

Una ruta en la que el agua es salud

Ficha de la ruta
Zona geográfica
Noroeste de la provincia de León, zona Bierzo
Entorno
Monte de brezos con  zonas rocosas y tramos de bosque de robles, abedules y algún que otro acebo, siempre siguiendo el cauce de los arroyos. 
Tipo de ruta
Circular por carretera, pista, camino y sendas
Inicio/ fin
Noceda del Bierzo
Distancia aproximada
12 Kilómetros
Tiempo aproximado
Entre dos y cuatro horas
Desnivel
Aproximadamente 530 metros
Dificultad
Media o baja porque el descenso está muy bien preparado.
Observaciones
Ruta muy bien señalizada y con cuerdas y escalones en tramos con mucha pendiente. Puede haber problemas con la roca húmeda.

Ruta de las Fuentes de Noceda

La ruta de las Fuentes de Noceda es una de mas mejor cuidadas de nuestra provincia, y preparada para todo tipo de personas, ya que desde 1992 cuando se comenzó el desbroce de caminos perdidos y la adecuación de los distintos tramos y las fuentes por parte del Centro de Iniciativas turísticas de Noceda, de su ayuntamiento, Junta Vecinal y el Consejo Comarcal se ha llegado a lo que es ahora, una ruta bien señalizada, con carteles en todos los cruces, escalones en tramos difíciles y pasamanos de cuerda en zonas de pendiente, caminos para visitar las diversas fuentes, puentes de madera y plataformas metálicas en alguna de las fuentes, todo ello lleva un esfuerzo que indica el interés de las citadas instituciones por la mencionada ruta como un interesante reclamo turístico para conocer la belleza de la zona.

Anualmente se concentran numerosas personas el último domingo de julio para realizarla en una actividad programada por el Ayuntamiento, con una paella al finalizar el recorrido, aumentando cada año el número de participantes.
Alguna de las fuentes tiene componentes minerales que, según ciertas persona suelen ser curativas o medicinales y que desde antaño se han considerado como tales, de ahí nombres tales como la fuente de la salud o del azufre, y el sobrenombre dado a la ruta por sus promotores, de las fuentes medicinales o curativas. O ese poético sobrenombre de la Fuente de la Salud: “Manantial de la Doncella” que podemos atribuir al berciano Manuel Cuenya, uno de los primeros escritores que llevó esta ruta a las páginas impresas.


La ruta, que está señalizada como PR LE 44, se puede hacer en ambas direcciones, aunque la propuesta normal es la que aquí se plantea, con un ascenso tranquilo y un vertiginoso y fuerte descenso desde el Mirador.

Desarrollo de la ruta

Comienza la ruta en la iglesia de San Pedro, en el barrio del mismo nombre de Noceda, se inicia con un tramo de fuerte pendiente con firme de cemento, que llega hasta el camping y continúa con otro asfaltado recientemente, para seguir en una pista de tierra, que en los sucesivos cruces hay que continuar de frente, hasta un punto en el que la pista desciende y hay que tomar un camino, ya más estrecho a la derecha. Tras andar algo más de un kilómetro por el camino entre castaños centenarios y robles, se llega a la fuente de Juan Álvarez, que se encuentra al lado del camino y sirve para aplacar la sed, ya que no tiene componentes medicinales. La ruta continúa hasta que se llega a un cierre metálico y un poco antes se toma un estrecho sendero que sube y luego va paralelo al arroyo, cruzando poco después el primero de los numerosos puentes de madera que se han de pasar a lo largo del recorrido. Poco después se llega a una desviación hacia la fuente del azufre, un lugar al que se accede por un camino que se divide al final en dos, el más elevado es el bueno, ya que el bajo va a la parte inferior de la fuente y no es posible un correcto acceso a la plataforma. La fuente del azufre es una surgencia en la roca de un color amarillo-terroso y con agua de un extraño sabor ferruginoso, ya que según los análisis del folleto de la organización es de ese tipo y bicarbonatada mixta potable. Al lado de la fuente hay una hermosa cascada.

Se vuelve de nuevo al camino principal ascendiendo entre rocas y poco después se encuentra el desvío a la fuente de la Salud, la segunda de las medicinales que se pasan y que algunos han dado en llamar el Manantial de la Doncella. La fuente está escondida al lado del arroyo y su caño se diferencia claramente del agua normal  por el color rojizo que tiene. También tiene un extraño sabor y según los análisis es oligomineral clorurada, sulfatada mixta, potable. Se regresa al camino que se interna en un bosquecillo de robles jóvenes para llegar, poco después de pasar otro puente de madera entre abedules y algún que otro acebo, a la confluencia con una pista que se ha de seguir hasta el alto que da vista al mirador. Es una pista cómoda, ancha, con pendientes mantenidas y casi sin sombras. Se llega a un alto desde donde se ve la mole del mirador al que hay que subir por un estrecho sendero sobre la roca, que puede resultar peligroso con lluvia. Arriba han colocado un reloj solar y desde allí se contempla una vista extraordinaria al Bierzo, con Noceda en primer término. Al otro lado los montes de Gistredo se yerguen sobre el mirador mientras que abajo se escucha caer la cascada que se visitará en el descenso.

A partir de este momento se comienza a descender por la vertiente opuesta hacia Noceda, un descenso empinado en su primera parte, pero que se suaviza por medio de escalones excavados en la tierra y sujetos con tablones de madera y barras de hierro. Al lado del valle unos  postes unidos con cuerda sirven de pasamanos para sujetarse en caso de necesidad, en especial si el terreno está húmedo o llueve. Después de una serie de revueltas se llega a un desvío hacia la parte superior de la cascada de la Gualta, con vistas al primer tramo, aunque un poco más abajo hay otro desvío al segundo tramo, menos complicado y más seguro. Una vez vista la cascada se regresa al camino principal y se continúa arroyo abajo hasta cruzar otro puente de madera y encontrarse con la fuente del Canalijo, de agua natural y muy fresca. Sigue la bajada entre bosques de robles y se llega a una zona más llana y mucho más cómoda donde si se desea se visita la fuente del Rubio, a un kilómetro del camino, para regresar de nuevo al mismo. El agua de la fuente del Rubio puede ser declarada oligomineral bicarbonatada sódica y potable, según el prospecto de la Organización.

Finalmente el camino sigue cerca de la fuente Mía, que queda en la vertiente opuesta del arroyo, y tras pasar un puente más se llega a la piscifactoría de Noceda, para poco después entrar en el barrio de arriba y descender por la calle principal hasta el punto de inicio.


martes, 23 de febrero de 2016

La fragua literaria leonesa: Juan Aparicio Belmonte

La Fragua Literaria Leonesa

Juan Aparicio Belmonte: "La novela negra es una deformación de la policiaca, más satírica y con cierto aire de denuncia social"

Manuel Cuenya | 23/02/2016 - 14:00h.

El novelista Juan Aparicio Belmonte, autor de 'Mala suerte' y 'Ante todo criminal' está ahora con una novela, y con un cuento para una antología.

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Juan Aparicio Belmonte
Aunque nacido en Londres, Juan Aparicio Belmonte sólo vivió un año en la capital inglesa, con lo cual no tiene la impresión de que le dejara mucha secuela. Se siente, eso sí, medio leonés, por familia y por experiencia vital. "Si hacemos caso de lo que decía Max Aub –aclara Juan–, uno es de donde hace el bachillerato, así que en realidad no soy londinense".
Cree que León cuenta, a resultas tal vez del frío y su posición periférica, con una producción literaria enorme y de calidad, "una región con gran personalidad cultural", añade Juan, para quien León representa también ciertas heridas indelebles porque con trece años vivió el drama del pantano de Riaño con tal intensidad que aún recuerda esa herida.
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Su vocación por la literatura le surge en la adolescencia cuando se afianza su condición de lector de novelas y también por su propia tendencia natural a vivir narrando, por escrito u oralmente. Aunque confiesa que no tiene un especial respeto a los géneros literarios -habida cuenta de que no le importa el mestizaje de los géneros o bien romper con sus cánones-, sí siente predilección por la novela negra, "una deformación de la policiaca, más satírica y con cierto aire de denuncia social", según él. Quizá por esto también le interesa el humor gráfico –un reto personal–, algo que está relacionado a su vez con la admiración que siente por humoristas como Chumy Chumez, El Roto o Gila, entre otros. En todo caso, le divierte mucho hacer viñetas, "viñetas macarras de humor discutible", precisa Juan. Véase su blog: superantipatico.blogspot.com
"Si hacemos caso de lo que decía Max Aub, uno es de donde hace el bachillerato, así que en realidad no soy londinense".
El humor como ingrediente literario
En este sentido, el humor, en ocasiones negro, es una constante en toda su obra literaria, en la que por lo demás abundan los personajes expuestos a situaciones extremas, al borde, desequilibrados, cínicos, farsantes... Cuenta el autor de 'El disparatado círculo de los pájaros borrachos', con el que consiguiera el XII Premio Lengua de Trapo de Narrativa (2006), que el humor es la extensión de una parte de su personalidad, de carácter más bien antisocial, que deja que fluya sobre el papel a ver qué sale, aunque luego dice corregir mucho. "Me interesa como materia narrativa la distancia que media entre los principios que la gente asegura tener y su comportamiento real, o la dificultad para la pureza ideológica y de principios dentro de nuestra sociedad, y por ahí se crea el humor a veces negro", apostilla este divertido novelista, "sin duda el más divertido... uno de los más nombrados novelistas de nuestra generación", señala el escritor leonés Luis Artigue, algo que a Juan le parece excesivo o impropio, al menos en lo referente a ser el más nombrado. "Habría que ver quién tiene más entradas en google. Lo de divertido es un elogio. Y, como tal, me parece bien, claro", matiza este premiado novelista que, aparte del ya mencionado galardón literario, ha recibido asimismo el Primer Premio de Narrativa Caja Madrid (2003) por 'Mala suerte', su ópera prima, que podría calificarse como un ingenioso retrato de esta sociedad trastornada, y el Segundo Premio Bubok de creación literaria (2010) por 'Mis seres queridos', una historia ocurrente y chistosa poblada por excéntricos personajes.
Sus últimas obras editadas, hasta el momento, 'Un amigo en la ciudad' (2013) y 'Ante todo criminal' (2015), han sido a través de la editorial Siruela, que tiene un catálogo excelente de escritores, entre los que está Juan, que se siente honrado de figurar en esta lista.
'Un amigo en la ciudad'  se podría leer como un viaje alucinante o alucinatorio al fondo de los tiempos, aderezado con humor negro. Por su parte, 'Ante todo criminal' es, como su título indica, una novela de crímenes, en este caso también impregnada de humor.
Aparicio Belmonte considera que el premio más importante fue el primero, el de narrativa de Caja Madrid, porque gracias a él pudo publicar su primera novela, si bien el resto de premios han supuesto, en su opinión, un pequeño revulsivo económico y también de vanidad.
(puedes seguir leyendo esta fragua en el enlace): 

martes, 16 de febrero de 2016

La fragua literaria leonesa: Patricia Cazón

La Fragua Literaria Leonesa

Patricia Cazón: "Me gusta escribir con frases cortas, esas que te cortan, que son como cuchillas, dentelladas..."

Manuel Cuenya | 16/02/2016 - 12:41h.

La periodista, narradora y "escritora de periódicos" Patricia Cazón, autora de 'Lágrimas de arena', confiesa tener el ordenador lleno de comienzos de historias que nunca termina pero que algún día, a buen seguro, terminará.

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Patricia Cazón. Foto: Moisés Fernández Acosta
La libertad es un sueño con alas,
unas alas que vuelan lejos, muy lejos,
del desierto a las montañas
(Patricia Cazón, Lágrimas de arena)
"Aprendí a leer casi antes que a hablar. Eso marcó mi destino", escribe Patricia Cazón en su blog: http://lakriticona.com
Lectora voraz, "esponja literaria", esta narradora y periodista leonesa, que hiciera sus prácticas en 'Diario de León' y 'El País Semanal', antes de recalar en el 'Diario AS', escribe porque siempre ha leído, algo habitual en los escritores/as, que han sido por lo general grandísimos lectores/as, aunque admira el talento brutal y único de la gente que escribe sin haber leído mucho o casi nada. En todo caso, la lectura es su manera de entender el mundo, porque antes de viajar, ya lo hacía a través los libros. En este sentido, dice que entiende mejor las cosas cuando las lee, y que, cuando habla, es muy mal hablada, porque suelta muchos tacos, y salta de unas frases a otras, se va por los cerros de Úbeda, Alcalá o Santamaría, según ella; en cambio, cuando escribe, le cuesta poner un taco, porque le chirría, le suena mal. Por un lado está la Patricia que escribe y por otro la que habla. Si a ella le dieran a elegir entre leer y escribir se quedaría siempre con leer. "Aunque sin escribir me sintiera mutilada, sin leer me quedaría muda, ciega y sorda, lo necesito, como el respirar, como el comer. Aunque sea un folleto del Lidl, un papel tirado por la calle, una publicidad. Sólo dejaré de leer el día que me muera", se expresa con rotundidad esta autora, que comenzó a escribir y publicar muy joven. Recuerda que, quizá a resultas del frío, "que nos lleva más a la introspección", escribió, con tan sólo dieciséis años, uno de los textos más intensos que haya escrito sobre el maldito paso del tiempo y la muerte.
Por razones de trabajo, como tanta gente de León, Patricia vive fuera de su tierra, si bien ella se siente muy leonesa, muy arraigada a su matria, a su familia. "Leona me llamo a mí misma, por la cantidad de libros que leo, sí, y porque León es mi cuna", precisa con nostalgia esta leonesa que, cada vez que regresa a su matria, necesita caminar por la calle Ancha para ver de pronto emerger la Catedral ante sus ojos, "desde que estudié en Salamanca, siempre ese es mi momento cuando regreso: ir a la calle Ancha y ver aparecer como de la nada, antes de cruzar la última esquina, la Catedral. Cuando vuelvo, siempre, mis compañeros del periódico me lo dicen: 'No sabemos si es mejor que vayas o no, porque siempre que vuelves lo haces con depresión'", rememora Patricia, a quien, además, le encanta presumir de ser de la misma tierra que el autor de "la mejor novela española que jamás se escribirá: 'La lluvia amarilla'", que, en su opinión, le ha dejado un poso enorme. Aparte de la obra cumbre del escritor Julio Llamazares, siente devoción por ''La insoportable levedad del ser', que leyera en su segundo año de carrera y la dejara conmocionada, "no por la historia de amor a tres sino por la manera de escribir de Kundera... Esa sencillez cargada de filosofía", aclara Patricia, que lo recomienda siempre. "Es un libro para lectores, no para cualquiera", le dijo un amigo. Y desde entonces acuñó un nuevo término, que utiliza mucho en su blog: "lectores de callo, aquellos que necesitan libros que no sólo les entretengan sino que les enseñen a mirar el mundo, que les cambie algo". Tal vez por eso Kundera es su escritor favorito, porque escribe tan sencillo y a la vez tan profundo, convencida de que la genuina literatura es la de quienes escriben como él, "que te cuentan algo sin más pretensión que contártelo. Suena a perogrullada. Es tan difícil...", señala Patricia, que siente admiración por quienes escriben de un modo sencillo, con frases cortas, "esas que te cortan, que son como cuchillas, dentelladas... es mi forma de escribir también", matiza esta periodista y narradora que cree en la fuerza de los verbos ser y estar, aunque alguna gente considere pobres los textos que abusan de estos verbos, "con lo rico que es el lenguaje español (que lo es) pero creo que las personas, lo primero, somos y estamos y, a partir de ahí, sentimos, vivimos. Odio los textos redichos. El azúcar. El llenar una página de palabras que suenan bonitas, pero en realidad están vacías. No soporto el estilo barroco".

Desván de vidas e historias (La Curuja), por Fulgencio Fernández


Hoy, en la Nueva Crónica, el periodista Fulgencio Fernández le dedica tres páginas, incluida la portada, a La Curuja. 


Como responsable de este tinglado, me siento encantado. Y me da ánimo para seguir rescatando nuestra cultura ancestral con el apoyo sin par del Colectivo La Iguiada, que conforman aproximadamente unas cien personas asociadas (digo aproximadamente porque a menudo, de un año para otro, suele haber bajas, más que altas), además de las personas que siguen formando parte del núcleo duro como Pablo Arias, Ramón González, Andrés R. Cuenya y Luis Nogaledo, que se ocupa de nuestra web: http://nocedadelbierzo.com/la-curuja/


http://nocedadelbierzo.com/wp-content/uploads/2016/02/CurujaNuevacronica.pdf

La ventana indiscreta de Pablo Huerga


Hoy, en La Nueva Crónica, artículo dedicado al filósofo de Benavides de Órbigo, Pablo Huerga Melcón. 
https://www.lanuevacronica.com/opinion/la-ventana-indiscreta-de-pablo-huerga_16132_102.html

16/02/2016

La ventana indiscreta de Pablo Huerga
 Manuel Cuenya
Ahora que acaba de fallecer el gran director italiano Ettore Scola, al que seguiremos recordando por películas como ‘Splendor’, entre otras muchas y excelentes; y después de leer el magnífico ensayo del filósofo Pablo Huerga Melcón, ‘La ventana indiscreta, una poética materialista del cine’, me apetece recordar la trascendencia que tiene esta poética del siglo XX (ahora del XXI) y la importancia, asimismo, que ha tenido en uno mismo, después de haber trabajado durante casi una década en la ex Escuela de Cine de Ponferrada, en la que impartieran clases magistrales cineastas como Amenábar, León de Aranoa o Gonzalo Suárez, entre otros, aparte de extraordinarios técnicos o directores artísticos como el oscarizado Gil Parrondo, a quien recuerdo con afecto. 


Hace años, con motivo de unas conferencias en la Facultad de Educación de la Universidad de León, organizadas por el entonces Decano, el entrañable e inolvidable Justo Fernández Oblanca, preparé unas clases o charlas sobre la imagen y la palabra en el cine, en las que abordaba la importancia tanto de la imagen (no en vano, el cine en su estado primigenio es el arte de narrar sólo o casi sólo con imágenes, como ocurre en algunas películas del maestro Hitchcock) y la palabra (la esencia de la literatura) como complemento perfecto, sobre todo en estas películas: ‘Cielo sobre Berlín’ o ‘París, Texas’, de Wenders, ‘Persona’, de Bergman, o ‘Hiroshima mon amour’, de Resnais, por poner algunos ejemplos reseñables.

En aquellas conferencias también hablaba, entre otros asuntos, del montaje dialéctico de Eisenstein, cuyo cine es una síntesis de lo emocional (el cine como arte y emoción porque trabaja precisamente con imágenes) y lo racional o científico. De la imagen al sentimiento y del sentimiento a la idea. De este modo, el cine, al menos el suyo, podría ser un medio de expresión capaz de aunar el lenguaje lírico y el lenguaje de la razón. El cine no sólo como arte, el Séptimo (una síntesis de las seis bellas artes anteriores, a saber, la arquitectura, pintura, escultura, danza, música y poesía) sino como ciencia (‘humana’), una forma de conocimiento científico (verdad), tesis que sostiene el filósofo Huerga Melcón en su volumen ‘La ventana indiscreta’, en evidente alusión a una de las mejores películas del mago del suspense y a la metáfora del cine como ventana indiscreta, a la que podemos asomarnos desde distintos ángulos, planos y enfoques. En esencia, ‘La ventana indiscreta’ de Hitchcock recrea de un modo sorprendente el mito de la caverna platónico, según Pablo, quien aclara asimismo que el término ‘humana’ (en alusión al cine como ciencia humana) no es porque trate del ser humano, sino en cuanto trata «estructuras o procesos dados, sí, por la mediación de los hombres, pero que no son por sí mismos propiamente humanos».

Tomando como punto de partida el materialismo filosófico –la Teoría del Cierre Categorial del maestro Gustavo Bueno–, el profesor y filósofo de Benavides de Órbigo hace un análisis del cine, desde una perspectiva gnoseológica, llegando a la conclusión de que es una categoría nueva de la realidad, ‘la Poética del siglo XX’. Por tanto el cine, aparte de ser considerado como entretenimiento y ‘fábrica de sueños’, manipulación, montaje, engaño, opio, ideología o propaganda, incluso como lenguaje y discurso filosófico, es el arte de la imagen en movimiento (belleza, simulación mimética), poética de la pintura, pintura en el tiempo, ‘pintura en acción’, según hemos visto, por ejemplo, en el cine de Greenaway, o bien en ‘La mirada de Ulises’, de Angelopoulos, que cita Pablo Huerga, el cual también se refiere al ‘Séptimo Arte’ como ‘poesía pintada’ sosteniendo la tesis de que ‘la Pintura constituye la Materia del cine, y la Poesía constituye la Forma del cine, en su articulación dialéctica’.


El cine como ‘máquina del tiempo’, ‘techné’ o arte tecnológico, y aun como ciencia (verdad como identidad sintética, realidad representada), ‘ciencia del Presente’, en la que se dan cita a su vez diversas ciencias, desde la psicología (el fenómeno phi, efecto estroboscópico) y la fisiología de la percepción (la persistencia retiniana) hasta la termodinámica, la química, la física, etc.; o ‘ciencia de la praxis’, en cuanto hay ‘simulación de acciones finalistas en presente dramático’, escribe el propio ensayista en su libro. La verdad en el cine, nos aclara, «no reside en si lo que vemos es verdadero…, porque esto es irrelevante para el espectador, si el truco está bien hecho. La verdad en sentido gnoseológico en el cine tiene que ver con lo que narra…», con lo que construye y reconstruye, diríamos. Incluso una gran parte del cine de ciencia ficción, señala el autor, «está plagado de elementos verosímiles o ideas perfectamente comprensibles, de teorías científicas, etc., que no pierden interés por más que estemos ante acontecimientos de carácter ficticio…». Por tanto, el cine es una forma de conocimiento, más o menos organizado, una ciencia, “todo lo débil y discutible que se quiera, pero una disciplina de carácter científico..., que nos ayuda a analizar y comprender mejor nuestra propia vida», según Huerga Melcón, quien nos ofrece un excelente análisis a través de sustanciosas películas (‘Ciudadano Kane’, ‘Rashomon’, ‘Koyaanisqatsi’, ‘En busca del fuego’, ‘Blade Runner’, ‘El acorazado Potemkin’, ‘El sol del membrillo’, ‘En construcción’, ‘El cielo gira’, ‘La familia’ de Ettore Scola, o ‘La ventana indiscreta’…), que da título a este libro, imprescindible para estudiosos y devotos del cine.